La discusión con perspectiva de género es cada vez más necesaria en nuestros países, más aún cuando América Latina se destaca por ser la segunda región con el mayor número de mujeres parlamentarias y la primera en el mundo con seis jefas de Estado simultáneamente, en 2014.

Bolivia no ha sido ajena a los avances, pues en el Art. 11 de la Ley 026 del Régimen Electoral se establece que en las listas de candidatos a legisladores nacionales y regionales “se respetará la paridad y alternancia de género entre mujeres y hombres”, estableciendo una equidad del 50% para ambos sexos en espacios de poder y toma de decisiones en la administración pública.

Sin embargo, este avance cuantitativo no garantiza que se resuelvan los problemas de la mayoría de mujeres, ya que luego de alcanzada esta lucha por espacios de poder se invisibilizó la agenda de género. La mujer vive un momento crítico en cuanto a la violación de sus derechos a la vida o una vida sin violencia. A pesar de contar con la Ley 348 del 9 de marzo de 2013, que sanciona el feminicidio, en 2017 se registraron 109 delitos de esta naturaleza. Asimismo, Bolivia es el país con la mayor tasa de mortalidad materna en la región (160 mujeres muertas por cada 100.000 nacidos vivos, lo que significa que 538 madres fallecen a causa de complicaciones durante el embarazo, el parto y el posparto, según los datos del Estudio Nacional de Mortalidad Materna de 2011).

Posiblemente lo más grave es que la atención y urgencia por generar los espacios para el debate político y la incidencia sobre estas temáticas, así como el compromiso con la agenda de género, no han sido solamente limitados desde liderazgos masculinos, sino también desde los femeninos, convirtiéndose en un silencio cómplice y mortal. Por esta razón, la asociación civil Cultura Democrática de Argentina (www.cultdemocratica.org) propone trabajar en el programa “Mujeres por la Democracia”, el cual pone a disposición de las mujeres jóvenes que se desempeñan en el ámbito social, político y académico una instancia de capacitación, empoderamiento y desarrollo de habilidades de liderazgo para la toma de decisiones en varios países de América Latina. Esto, con el fin de lograr un avance cualitativo en esta materia.

Para replicar las capacitaciones con mujeres líderes en Bolivia, en primera instancia se cuenta con la participación de representantes de la plataforma ciudadana Resistencia Femenina, agrupación que se visualiza como la esperanza, a falta de institucionalidad de género.