La locura peligrosa de Trump
La obra de Woodward contiene datos explosivos contra la integridad de Trump y para la seguridad de EEUU.
El célebre periodista estadounidense Bob Woodward, quien hace más de 40 años provocó la caída de Richard Nixon, revelando el escándalo de Watergate, arremete ahora contra Donald Trump en su último libro, que aparecerá el lunes 11 de septiembre bajo el título de Fear: Trump in the White House (Miedo: Trump en la Casa Blanca).
Precedido por sendos artículos anónimos publicados por el New York Times y el Washington Post atribuidos a un alto funcionario del entorno presidencial, la obra de Woodward contiene datos supremamente explosivos tanto para la integridad personal del Mandatario como para la seguridad nacional de los Estados Unidos y las relaciones internacionales. Centenas de horas de entrevistas, múltiples documentos de apoyo y declaraciones “off the record” sustentan las afirmaciones del autor acerca de la salud mental del magnate inmobiliario y hasta de su bajo coeficiente intelectual.
Testimonios de sus cercanos colaboradores indican que no solamente Trump está al borde de una crisis de nervios, sino que ésta se expande hacia toda su planta de asesores, quienes emplean buena parte de su tiempo procurando controlar los atávicos impulsos de su jefe, al extremo de ocultarle las carpetas sensibles o incluso extraer notas ejecutivas para su firma, como aquella que pretendía poner fin a un acuerdo de libre comercio Corea del Sur, y otra más que apuntaba a retirar a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). O más grave aún, la orden de asesinar al presidente sirio Bashar al Assad, anulada in extremis por su ministro de Defensa.
Se dice también que la acusación de su ligamen con los rusos durante su campaña electoral paralizó por días cualquier otra tarea en la Casa Blanca. Sus asesores legales le hicieron pasar simulacros de interrogatorios para evaluar la posibilidad de un testimonio suyo a las probables preguntas del Fiscal General, y al final de esos ensayos, el jurista comentó: “Es un idiota, incurrió en numerosas contradicciones y mentiras. Estamos en una casa de locos”. Al día siguiente renunció a su cargo. Sus consejeros militares del Pentágono estiman que su conocimiento sobre temas geopolíticos es casi nulo, y su capacidad de absorción de los hechos o de análisis crítico se estrella contra un muro de obstinación y capricho casi infantil. Quizá exageran cuando declaran que tiene la capacidad de un alumno de primaria.
Anoticiado del libro, Trump telefoneó al autor, quien le reclamó no haberle recibido para registrar su versión acerca de las alegaciones anotadas en su libro, a lo que el Mandatario manifestó no haber estado al tanto de esta intención. Para luego exclamar días después que Bob Woodward es un instrumento del Partido Demócrata, y como ya es su costumbre, atacar a la gran prensa y a las redes sociales por distorsionar la realidad y deformar su imagen.
Aunque la situación de Trump frente a las investigaciones legales en curso, complicadas por las acusaciones contra su exdirector de campaña Paul Manafort de haber canalizado millones de dólares por medio de empresas ficticias en el extranjero y usar esos fondos para comprar bienes de lujo, las revelaciones de su propio abogado personal Michael Cohen y otras denuncias, las encuestas señalan que cuenta con un 40% de apoyo popular, aunque también se pronostica una amplia victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias fijadas en noviembre próximo.