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Ser la hija del Presidente

Claudia, la mamá de Jhonatan (Quispe, el estudiante fallecido en el conflicto de la UPEA) no va a poder ver graduarse a su hijo; Jhonatan quería ser periodista. Por el otro lado, vemos un escenario de la hija del Presidente que se gradúa…”. Así argumentaba una entrevista la periodista Roxana Lizárraga, del programa Cabildeo, de Amalia Pando.

¿Qué motivó la entrevista? La graduación de Evaliz Morales Alvarado como abogada, en la Universidad Católica Boliviana (UCB), en La Paz. La hija del Presidente había sido motivo de escarnio político a pocos minutos después del acto de colación: los titulares de algunos medios de información del país decían que la joven se había graduado en medio de silbidos, gritos de “Bolivia dijo no” y aplausos.

El hecho, sobredimensionado por la prensa al calor de las disputas políticas, ha puesto a Evaliz ante una cobarde actitud, que muchos padres de familia no quisieran sufrirla con sus hijas e hijos.

Gonzalo Chávez, economista y docente de la UCB, además de recalcitrante detractor de Morales y del Gobierno, dio luces de sensatez al cuestionar los titulares “exagerados” que el 1 de septiembre aludían a Evaliz. Dijo en un mensaje en la red Facebook que en el acto de graduación de la ahora joven profesional hubo “aplausos y respeto”, y “tal vez un par de desorejados que silbaron y uno gritó ‘Bolivia dijo no’”, y “que fueron callados inmediatamente por la gente” que asistió al acto.

Al contrario de Lizárraga, que en su afán de descalificar la graduación de Evaliz encontró una “oportuna” entrevista con el exsenador y exprefecto de Oruro Carlos Börth quien circunstancialmente fue docente de la joven en la UCB. En la entrevista, el político recordó que cuando se postuló a vocal electoral Evo Morales lo descalificó y que entendió que esa actitud como una represalia a su decisión de evitar que la entonces estudiante pudiera someterse al examen final de Ciencias Políticas sin haber asistido nunca antes a clases ni haber presentado sus prácticas.

La declaración puso en entredicho la graduación de Evaliz y la misma institucionalidad de la UCB, y las redes sociales, a las que sumaron muchos políticos de oposición, se encargaron de descalificar la condición profesional de la joven, al punto de que otro docente, Rafael Loayza, a su vez director de la carrera de Comunicación Social de la UMSA, se ocupó de refutar a Börth. “Me da vergüenza que se le de crédito al señor Borth (sic), militante campante de todos los partidos de la democracia pactada, que violó el derecho a la intimidad de una estudiante sin ponerse siquiera colorado”, escribió en su cuenta de Facebook.

En otro mensaje, Börth retrucó y dijo que Loayza se echó contra él “como perro rabioso, echando baba por la boca”.

Y la propia UCB, a través de un comunicado de prensa sobre el caso, quiso despejar todas las dudas. Informó que Evaliz, como todos los estudiantes, cumplió “con los requisitos académicos y administrativos prescritos por ley y por las normas y reglamentos” de la universidad.

Pero las dudas y el escarnio están en la opinión pública, el video sobre el “par de desorejados” circula en las redes, y en versión aumentada (“¿por qué no estudió en una universidad pública?” o que lo hizo “con dinero público”), como las “develaciones” de Börth. La víctima de acoso virtual del momento es Evaliz, quizás consciente de las consecuencias en su contra por solo ser la hija del Presidente.

Es insulso reclamar sensatez a sabiendas del odio político campeante en un país dividido en dos aguas. Pero quizás es posible encontrar un resquicio para no dañar a seres inocentes, que no tienen que pagar las culpas, errores o acciones de los padres. Evaliz se merece todo nuestro respeto.