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Sistema de partidos

A cuatro meses de las inéditas elecciones primarias para binomios presidenciales, a realizarse el 27 de enero de 2019, ¿cuál es la situación del sistema de partidos que afrontará por primera vez tal reto de democratización interna? Es claro que no todos los partidos tienen la misma fortaleza y solo algunos podrán postular candidaturas. Los demás se limitarán a buscar alianzas.

En la literatura especializada sobre el tema, el sistema de partidos se define como el conjunto de partidos políticos “que cuentan”; esto es, que tienen potencial de gobierno o, en la otra vereda, relevancia decisoria. Por su número, los sistemas de partidos, en la pauta democrática, pueden ser de partido predominante (como el actual en Bolivia), bipartidistas o multipartidistas. También se considera el factor ideológico, según el cual los pluralismos pueden ser más o menos moderados o polarizados.

Ahora bien, de los nueve partidos políticos que tienen personalidad jurídica otorgada por el Tribunal Supremo Electoral, ¿cuáles son los que realmente cuentan hoy en Bolivia? En el oficialismo está en solitario el MAS-IPSP, en rigor el único partido con presencia nacional, que se identifica como “instrumento político” de las organizaciones y movimientos sociales. Con miras a las primarias, el MAS está actualizando su militancia y no alberga dudas sobre la candidatura presidencial de Evo Morales.

En las filas de la oposición partidaria, en tanto, las ocho fuerzas políticas restantes tienen diferente musculatura y alcance. En principio solamente dos organizaciones parecen en condiciones de presentar binomios presidenciales propios o, en su caso, liderar alianzas. Se trata de la agrupación Demócratas, del gobernador cruceño Rubén Costas; y de Unidad Nacional, del empresario Samuel Doria Medina. Ambos, aliados circunstanciales en las elecciones generales de 2014, también actualizan sus militancias.

¿Y los otros partidos? El MNR y el PDC, residuales de la “democracia pactada”, tienen serias divisiones y conflictos internos. La UCS, de la familia Fernández; y el FRI son más bien locales o testimoniales. El Frente para la Victoria es escasamente conocido, aunque distribuye candidaturas. Y el partido más nuevo, Pan-Bol, cuyo líder falleció hace poco, no participó todavía en comicios pero ya está fragmentado. Lo más probable es que todos ellos, como anticipan, busquen adherirse a una alianza.

Pero el sistema de organizaciones políticas en Bolivia no se restringe a los partidos de alcance nacional. Hay más de un centenar de agrupaciones ciudadanas departamentales o locales que pueden ser parte de alianzas. Como sea, lo cierto es que las elecciones primarias de enero próximo, además de definir los binomios presidenciales que competirán en las elecciones generales de 2019, serán una vitrina inequívoca hoy, sin barniz, para conocer la condición interna de los partidos realmente existentes.