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Qué regia es mi cultura ‘millennial’

Perder es cuestión de método y también de costumbre, pues. Bien boliviano es que soy yo… Soy de esos que se autosabotean cuando juegan en el mejor equipo de fútbol y piensan en meter autogoles, y zas, al cachito un gol en meta propia. Y pa’ peor… festejamos con mi team. Sí, players, de eso va esta columna… jugadores.

Recientemente se lanzó la convocatoria para el primer campeonato de juegos en red, con el auspicio del Ministerio de Culturas. En la sesión inaugural hubo personas que se vistieron de personajes de  juegos virtuales, detrás estaba el logotipo de la entidad estatal.

Es que como boliviano que siempre veo lo malo del asunto, cuando en realidad debería alegrarme porque los amantes de StarCraft y de otros jueguitos podremos vernos cara a cara (momento, esto es virtual y no hay el face to face)… bueno, como sea, tenemos pues que congratularnos porque cada vez somos más millennials y pronto tendremos un campeonato nacional en red.

Hay que alegrarse, bailar, pues, festejando; pero el don de chingarnos está en nuestro ADN, la duda que ofende vuelve y de pronto me agarra y susurra la muy impertinente: “¿Acaso la Organización Mundial de la Salud (una tal OMS) no declaró que la adicción a los videojuegos es un trastorno mental?”…

—Sí… y?

—Pues nada.
Que alguien piense en los players y en los teams. No es así nomás la cosa. No ves que ahora ser youtuber es una ocupación que se puede lucir con orgullo en una cédula de identidad.

¿Pero —vuelve ese pesimista y envidioso ser humano invisible (quizás virtual) a atacar, qué jodido que es, che— acaso no hay otras cosas más importantes a las cuales apoyar? ¿Acaso el Festijazz, el Siart, el Cine Radical, la Bienal del Cartel y otras actividades no andan mendigando apoyo y el espaldarazo del Ministerio de Culturas? Recién nomás los cineastas que participaron en el concurso de video Amalia de Gallardo se han quejado por falta de ayuda económica para desarrollar sus artes.

—Sí… y?

—Pues nada.

Después de todo, mirar los vasos vacíos quizá solo sirve para tener sed… para rabiar por lo que se podría hacer y no se hace, o se hace como no se tiene que hacer. Quizás meterse autogoles sea uno de los deportes nacionales innatos preferidos en el país. Por eso estamos llenos de chacras, empezando por el que escribe. Tan chacra es que soy que hasta escribo esta columna sindical en primera persona, como un buen periodista no debe escribir jamás. Pero así estamos, pues…

* es periodista de La Razón.