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Salud y descentralización

Una de las propuestas que surgió en las cumbres de salud de La Paz y Oruro fue transferir la tuición de los servicios departamentales de salud (Sedes), hoy en manos de las gobernaciones, al ministerio del ramo, particularmente en lo referente al manejo de los recursos humanos. Esto, con el propósito de solucionar el severo déficit que impera en los hospitales públicos en cuanto a la contratación de personal médico especializado se refiere. Sin embargo, la cumbre de salud de Pando rechazó esta propuesta, argumentando que no desean la designación “a dedo” desde el nivel central de profesionales que desconozcan “la región y sus necesidades”; en palabras de uno de los dirigentes del Sindicato de Ramas Médicas de Salud Pública de Pando.

Ambas posiciones tienen argumentos de peso. Y es que tal y como está estructurado el modelo financiero del Estado, resulta evidente que la mayoría de las gobernaciones carecen de recursos para garantizar una atención de calidad en los centros de salud y hospitales a su cargo. Pero también es incuestionable que los gobiernos subnacionales, al estar más cerca de las necesidades de la población, gozan de una mayor capacidad frente al nivel central para responder a las preferencias y variaciones en la demanda de servicios públicos locales como la atención de salud.

Ahora bien, con el fin de resolver esta paradoja, sería deseable alcanzar un nuevo pacto fiscal en el que las gobernaciones reciban mayores recursos financieros para poder gestionar de manera efectiva las competencias que les corresponde asumir.