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Evo Morales declinaría repostulación

El presidente de Bolivia, Evo Morales, estaría a punto de declinar su controversial y resistida repostulación “indefinida”. Lo haría después de una larga conversación con dos confidentes, a los que me referiré con los nombres ficticios de Pedro y Juan. Como la conversación fue a calzón “quitao”, no se escucharon frases como: “El pueblo lo pide”, “los cocaleros lo exigen”, etc. El único argumento que expuso Pedro en defensa de la permanencia fue el de evitar la fragmentación del Movimiento Al Socialismo (MAS), pero él mismo tuvo que admitir que la permanencia forzada del Presidente, en las condiciones actuales, causaría daños peores.

El análisis habría empezado con la derrota en La Haya por la demanda marítima con Chile. “No hemos perdido. Hay que hablar, dice el fallo, además hay otras opciones, vamos a seguir”, dijo Pedro. “Oye, no seas tan cojudo. Dejáte ya de huevadas”, le retrucó Juan, porque Pedro había sido ideólogo de mediatizar y politizar tanto ese juicio que terminó en derrota. Estaban a punto de irse a los golpes cuando Evo al fin dejó su celular en la mesa y se dispuso a iniciar la reunión. El objetivo era analizar de nuevo su repostulación, ya que cuando ésta se lanzó, fue contemplando un fallo positivo en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

“Bueno, basta. Vamos al grano. Vos, Juan, repetí a ver todas las razones por las cuales dices que yo no me debería repostular”, dijo Evo. “En primer lugar, por tu futuro político, hermano. Esto es una trampa, y si te caes, desapareces para siempre. En segundo lugar: tu fallo constitucional siempre lo van a entender como abuso de tu poder, y corrupción judicial; además que tiene una falla que la van a descubrir. Eso hay que revertir hermano. Tercero: así no tenemos chance de ganar. Por más bueno que seas, a la fuerza, el pueblo se va a sentir ultrajado. Cuarto: Por tu proceso de cambio. Tú eres el proceso, es verdad. Te necesitamos por 20 años más, es verdad, pero no a la fuerza, pues. Con inteligencia hay que hacerlo. Dejas al Álvaro de presidente por un periodo, te quedas como presidente del partido, te dedicas a tejer mejor las alianzas, y después vuelves más fuerte que antes y te quedas otros 10 años”.

“Los cocaleros no apoyan al Álvaro, vos sabes,” replicó Evo. “Huevadas son esas. Nadie plo va a apoyar mientras vos sigas de presidente vitalicio. El que manda en el MAS eres vos, y acuérdate que te vas a quedar tejiendo no solo con los cocaleros, sino con todas las organizaciones sociales. Vos explicas con firmeza que te tienes que salir por un periodo, para salvar tu proceso de cambio, para salvar al MAS, para salvar la democracia, para recuperar la Justicia, y para salvar el empoderamiento que les has dado a ellos mismos. Hasta para el nuevo diálogo con Chile sería bueno. Después de 14 años de desgaste, lo menos que podemos ofrecer es, pues, una renovación dentro del proceso. ¡Cojudos tendrían que ser para no entender! Por último, les explicas que para garantizar tu regreso, necesitamos apoyar todos al nuevo candidato del partido, y listo. Esa sería la única forma de salvar esto, hermano”.  

“Vos sabes que quieren un indígena”. “Está bien. Vicepresidencia le tocaría al indígena. Ahí tienes con experiencia al Diego, y a la Gabriela. Ahora si el cuoteo se va a imponer, a la Leónida nomás, pues.” Evo no parecía convencido, lo cual obligó a Juan a usar su último cartucho. “Ahora, en último caso, si no quieres hacer renovación, cambien entre ustedes dos nomás, el Álvaro que vaya de presidente y vos de vicepresidente, ahí está. Legal sería eso”.

* Escritor, periodista y analista político boliviano, radicado en Estados Unidos.