Cuidado
La próxima carta de la derecha será dar la impresión de una supuesta crisis de la democracia.
La renuncia de vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) es un pretexto más para que la derecha conspiradora y dictatorial pretenda imponer su capricho de no dejar que el pueblo decida quién será el próximo presidente de Bolivia. Eso es dictadura; imponer opiniones e intereses de un grupito de fascistas de corbata, que nunca creyeron en Bolivia, hoy con la recuperación de dinero para el pueblo, con la afirmación de nuestra identidad y dignidad a nivel internacional. Ahora entendieron que Bolivia vale. Ahora quieren manejarnos, copiando incluso nuestros discursos, consignas, canciones. Hasta quieren ridículamente imitar nuestros métodos, como el bloqueo.
Como organizaciones sociales, tanto de mujeres como de hombres hemos dejado en manos del Órgano Legislativo y del Órgano Ejecutivo las decisiones de los nombramientos de las autoridades más importantes del país, como es el caso de vocales del Órgano Electoral. Esta confianza no dejó de callar nuestras dudas como feminismo comunitario, cuando supimos de la elección de la señora Katia Uriona, directora de la mega Organización No Gubernamental (ONG), llamada Coordinadora de la mujer como vocal del Tribunal Supremo Electoral. Siempre esperando que las ONG aprendan del pueblo la autocrítica y que cambien sus posiciones y actuaciones, en una columna por este mismo medio, expusimos nuestros temores sobre este nombramiento a sabiendas del accionar cuestionable, por ejemplo, en el problema del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Recordemos que las ONG que usufructuaron los dineros de la cooperación internacional y de los gobiernos neoliberales en Bolivia se agruparon, los años 90, en dos grandes bloques. La Plataforma de la mujer y la Coordinadora de la mujer. La primera respondía, entre otros partidos, al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Jaime Paz Zamora, la segunda, la Coordinadora de la mujer, respondía principalmente al MIR y al Movimiento Bolivia Libre (MBL) (luego Sin Miedo y Sol.bo). La Plataforma ya murió, pero la Coordinadora sin cambiar su origen fue reciclada en el proceso de cambio, por obra y gracia de la Cooperación internacional que le suministra millonarios fondos anuales y manejan muchísimo más dinero que la Dirección de Género del Gobierno boliviano. Fueron recicladas también, por autoridades de nuestro gobierno, con nombramientos. Y se reciclaron también a través de algunas organizaciones sociales, que se someten a esta ONG coordinadora en busca de fondos para sus actividades.
Las mujeres y los hombres del pueblo boliviano estamos derrotando a la derecha en las calles y en las urnas, por eso la próxima carta de la derecha —además de la violencia fascista— será la de dar, la impresión a nivel internacional, de una supuesta crisis de la democracia, por la renuncia de Katia Uriona que además es feminista. Van a usar todo, pero no van a aclarar que hay un feminismo liberal al servicio del capitalismo y las derechas en Latinoamérica, feminismos y feministas que conspiran contra la descolonización, la despatriarcalización, autonomía y liberación de los pueblos. ¡Cuidado con ese feminismo!
Es feminista comunitaria.