El ‘toque’ de las casas del terror
Y ya charlando luego sobre este tema con otras mujeres, pues resulta que los manoseos en las casas del terror son de lo más común en nuestra sociedad.
Era inevitable. Aquella noche de miércoles, en busca de noticias sobre Halloween, me tocó cubrir la inauguración de una casa del terror en un concurrido centro comercial paceño.
Era inevitable, porque esta fecha me recuerda a mí misma, a mis 15 años, solitaria vagante recorriente de los rincones de mi ciudad, a plena tarde, animada por la oferta de una casa del terror cercana al Teatro al Aire Libre.
Detrás de mí, aquella vez entraron dos chicos mayores. Adentro, los infaltables monstruos que salían al paso, la oscuridad, la música estrambótica y lo inesperado: manos que tocaban una y otra vez mi cuerpo. Y ahí estaba yo, la adolescente que daba manotazos al aire, sin saber cómo escapar. Por fin libre y furiosa, la luz reveló a los muchachos que disimuladamente reían. No sé si fueron ellos o los otros monstruos (sí, sé que suena exagerado) quienes me “metieron mano”.
Lo cierto es que 25 años después volví a una casa del terror, esta vez, con fines noticiosos. Entré al final de un grupo de cuatro chicas y dos chicos. Así, pude ser testigo de que los gritos de terror de una chica no suenan tanto por el susto de ver un espectro saliéndole al encuentro; sino, más bien, por sentir el toque de alguno de ellos. Freddy Krueger no tiene reparos en pasar la mano por la cara y el cuerpo, después de todo, las uñas son súper largas y quizás él no lo esté sintiendo-disfrutando.
Tampoco hay reparos en Masacre en Texas o como quiera que se llame esa especie de psicópata que se te acerca al oído, te respira jadeante y hasta empuja su cuerpo con el tuyo.
“¡Oye, me está tocando!”, le digo al dueño de esa casa del terror cuando me acompaña durante el primer recorrido noticioso privado. “Está prohibido tocar”, le dice éste a su empleado.
Y ya charlando luego sobre este tema con otras mujeres, pues resulta que los manoseos en las casas del terror son de lo más común en nuestra sociedad.
Es importante saber que la “metida de mano” es un delito penal tipificado en la Ley 348 como violencia sexual, bajo la figura de “abuso sexual”.
La Alcaldía paceña habilitó la línea telefónica gratuita 800-14-0217 para quejas sobre las casas del terror. También están los números de la Policía: 800-14-2031 y 800-14-0348. La Alcaldía de El Alto habilitó el teléfono gratuito 156.
Pero no es suficiente. Como política se puede exigir el carnet de identidad y registrar a todos los que entran a estos lugares, así los abusadores sexuales dejarán de ser agresores anónimos, porque el grito no debe ser solo de miedo, sino de denuncia, para acabar con la violencia sexual que hasta ayer se escondía impune en las casas del terror.
Es periodista.