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Bolivia ante la era Bolsonaro

El pasado 30 de octubre, el presidente Evo Morales visitó la zona del Pantanal boliviano, en la cabecera de la hidrovía Paraná-Paraguay. El sitio, que está a tan solo 10 kilómetros de territorio brasileño, se perfila como una zona estratégica para el comercio exterior del país, pues desde allí se podrá exportar e importar cargas de todo tipo a mercados en ultramar.

Morales entregó la certificación de puerto internacional a los muelles de Jennefer, Gravetal y Aguirre. Con ello, estos atracaderos podrán operar la carga boliviana sin depender de terceros. El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) espera que al menos el 50% de los bienes de consumo que actualmente se exportan por Arica salgan de a poco por aquella hidrovía, especialmente los productos del oriente boliviano. Tras este evento, el Presidente tomó contacto con varios congresistas electos de Brasil, especialmente con los representantes de los estados de Mato Grosso. Además aseguró que espera que las decisiones del presidente electo brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, concuerden con la política de integración de sus antecesores, y que vayan por encima de las “legítimas diferencias ideológicas”.

La postura de Morales se dio luego de que el presidente chileno, Sebastián Piñera, anunciara que Bolsonaro visitaría Santiago para hablar de un corredor bioceánico. Y es que en materia de integración, Brasil tiene, por encima de las visiones ideológicas de sus mandatarios, una misión clave en el continente.