Icono del sitio La Razón

Más noticias

Coco Manto ha adaptado la frase “estamos a tiempo”, que suele utilizarse para expresar el deseo de que las cosas mejoren, a un “estamos a tiempo de que las cosas empeoren”. Y esta adaptación también se puede aplicar para la cuenta regresiva que, minuto a minuto, advierte sobre los plazos de vida que les queda a muchos seres que habitan nuestro planeta.  
Datos recientes de la comunidad científica de las Naciones Unidas advierten, esta semana, sobre la urgencia de adoptar medidas que detengan el aumento promedio de la temperatura global hasta un máximo de 1,5 grados Celsius respecto de la era preindustrial. Y que, en el mejor de los casos, se dispone solamente de una década para lograrlo. Asimismo señalan que un aumento de la temperatura en 2C˚ sería catastrófico, y este calentamiento se traduciría en sequías, inundaciones, calores extremos, aumentos en los niveles de los océanos, derretimiento de los polos y en la expulsión climática de millones de seres vivos (incluidos a los seres humanos).

La diferencia de medio grado, afirman, es dramática. Por ejemplo, con un incremento de 1,5 C˚ habría hielo en el Ártico durante la mayoría de los veranos, pero con 2C˚ esa posibilidad sería 10 veces menor, lo que afectaría el hábitat de los osos polares, ballenas, focas y aves marinas. Es más, con 1,5C˚ de aumento, el 14% de la población mundial sufriría olas de calor extremas, pero con 2C˚ de aumento, más de la tercera parte del planeta (30%) se vería afectada.

Otro informe de la revista Nature, difundido esta semana, revela que solo el 23% del planeta está conformado por lugares en los que la actividad humana no ha intervenido. A esos espacios vírgenes se los denomina lugares salvajes, y son tierra y mares que no han sido perturbados por la expansión humana y la explotación industrial de los recursos naturales, como son los bosques, las energías fósiles y las tierras cultivables. Esos espacios, agrega el estudio, constituyen un refugio vital para miles de especies amenazadas por la deforestación o la sobrepesca. Hace apenas un siglo, esos espacios representaban el 85%.

El estudio cartográfico de esos lugares evidencia que solo el 23% de los suelos y el 13% de los mares están poco o nada afectados por las actividades humanas, y esas áreas privilegiadas están fundamentalmente en los polos. Esta misma semana el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) reveló que entre 1970 y 2014 las poblaciones de vertebrados salvajes se redujeron en un 60% debido a la presión humana. Y al igual que la extinción de especies, la erosión de los espacios salvajes es irreversible, agrega la publicación.

Entre 1993 y 2009 se perdieron 3,3 millones de kilómetros cuadrados de espacios naturales terrestres (una superficie mayor que la India), debido a los asentamientos humanos, la agricultura, la minería y otras actividades. Se ha calculado que el 77% de la Tierra, excluyendo a la Antártida ha sido modificada. Hace un siglo, solo el 15% del planeta se usaba para cultivar y criar ganado, agregan los informes.

Las predicciones en cuanto al deterioro del medioambiente se caracterizan por cumplirse antes de los plazos. Los hechos suelen adelantarse siempre. Aquí se cumple la broma de que estamos a tiempo de que las cosas empeoren. Lo terrible es que estas noticias hace mucho que han dejado de conmover.

* Periodista.