La soledad tiene unos dientes muy grandes
La historia de Freddie Mercury (interpretado por Rami Malek) nos relata su relación con Mary Austin (Lucy Boynton), la mujer de quien el frontman de Queen se enamoró.
Amor. Desamor. Rock. ¿Olvido? La taquillera cinta Bohemian Rhapsody puede también verse y escucharse como si fuera un blues, un blues de soledad.
La historia de Freddie Mercury (interpretado por Rami Malek) nos relata su relación con Mary Austin (Lucy Boynton), la mujer de quien el frontman de Queen se enamoró.
Viviendo con ella, él empieza a tocar el piano sin mirarlo, echado boca arriba desde abajo del instrumento, cruzando las manos y demostrando que es posible hacer cosas imposibles. Saca notas fenomenales, que con el tiempo serán parte de hits musicales.
En otra escena, ambos hacen el amor y sus gatos observan y parecen testigos de un rito sagrado. Pero lo bueno no puede ser eterno y es entonces que el destino, y no la casualidad, los va separando.
Hay una escena emblemática en el filme. Mary está a punto de sacarse el anillo de compromiso que le entregó Freddie. Él no le deja y le suplica con la mirada que no lo haga. Símbolos. Un aro en el dedo anular es como una cuerda invisible atada entre dos seres… un compromiso de unión que al romperse cambia el “nosotros” por la “individualidad”.
A ella le compone uno de los temas más coreados de la banda inglesa, Love of mi life. Parte de la letra dice: “Amor de mi vida me heriste, me has destrozado el corazón y ahora me dejas”.
El desgobierno de la soledad empieza ahí, cuando ella se aleja. Se acentúa cuando el cantante —que se dice a sí mismo una “prostituta musical”— decide dejar a sus amigos. Vive con gente y duerme solo.
Ya hacia el final de su vida y del filme, encuentra una pareja que será su última morada; sin embargo, hasta el último de sus días está la imagen de la soledad de Freddie.