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Sunday 4 Jun 2023 | Actualizado a 10:58 AM

Jukumari ‘rescatado’

En realidad este osezno no fue rescatado, fue más bien ‘removido’ de su hábitat, poniendo en riesgo su vida.

/ 7 de diciembre de 2018 / 03:50

El reciente “rescate” de un oso jukumari de pocos meses de vida en la carretera Chuquisaca-Tarija, el 6 de noviembre, y su posterior traslado a un albergue de La Paz ha puesto en relieve no solo la falta de cultura para tratar con animales silvestres que impera en el país, sino también la ausencia de instituciones y de refugios estatales especializados para enfrentar esta problemática.

Y es que en realidad este osezno no fue rescatado, fue más bien removido de su hábitat, poniendo en riesgo su vida y su bienestar. En efecto, según relató a la prensa el transportista que protagonizó esta historia, mientras se dirigía a Tarija vio a lo lejos una osa jukumari con sus dos crías junto a la carretera, la cual se alejó asustada por el ruido del vehículo, pero solamente una de las crías decidió acompañarla. El conductor pensó entonces que uno de los oseznos había sido abandonado y decidió recogerlo. Y tras su arribo a la capital tarijeña, se contactó con la ONG Protección del Medio Ambiente Tarija (Prometa) para entregarles al pequeño oso.

Es decir que su propósito no fue el de lucrar con el animal, a diferencia de muchos otros que no dudan en ganar unos pesos extra cuando se les presenta la oportunidad. De todas maneras, pese a las buenas intenciones, su reacción no fue la más adecuada, pues lo mejor para el osezno hubiese sido que lo alejara solo unos metros de la carretera para evitar que lo atropellen a la espera de que su madre regrese.  

Y lo propio puede decirse de los integrantes de Prometa, quienes deberían haber desandado el camino recorrido por el transportista para dejarlo en el mismo sitio donde había sido “rescatado”, luego de colocarle una manilla o algún otro artefacto para monitorear sus pasos. Sin embargo, una familia se hizo cargo de su cuidado durante tres semanas antes de coordinar su envío hasta Senda Verde, a cientos de kilómetros de distancia, donde actualmente se encuentra.

Ambos hechos ponen en evidencia la necesidad de reforzar la cultura medioambiental de la población, para que sepa cómo actuar y a quién acudir cuando encuentren un animal silvestre que necesita ayuda.

Esto también revela la ausencia de mecanismos y de instituciones estatales especializadas para lidiar con los animales silvestres. Vacío que procura ser llenado por personas particulares como las que administran Senda Verde, en La Paz, o la Reserva Barba Azul, en Beni; cuya labor sin embargo es bastante limitada por la falta de espacio y de recursos.

Por ello, urge una mayor atención de parte del Estado para encarar este ámbito, desarrollando instituciones especializadas e invirtiendo en la construcción de refugios estatales en ecosistemas naturales. O en su defecto, apoyando a los albergues privados dedicados a esta labor, en lugar de por ejemplo destinar recursos para mantener zoológicos urbanos en los que los animales sobreviven en pésimas condiciones, en espacios ínfimos y en climas completamente ajenos a su naturaleza.

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‘Bolivian Magic Circus’

/ 4 de junio de 2023 / 00:19

Hace 20 años, un grupo de teatro presentó una obra titulada Bolivian Magic Circus, en la que teatralizaron la Guerra Federal (1898) con los actores enmascarados, ocultando las expresiones faciales para enfatizar los diálogos, convertirlos en emociones orales y estimular en el público la sensación de estar frente a marionetas que mentían y manipulaban para conseguir sus fines inmediatos. De esa manera, los públicos sacarían sus conclusiones sobre las historias que nos cuentan sobre el patriotismo; cuando en realidad esa guerra y las luchas por el poder son entre castas por mantener sus privilegios y bienes acumulados a través de la explotación y el dolo. En este caso, entre Pando y Fernández Alonso, quienes terminaron dándose la mano para conservar su comunidad imaginada eliminando a las huestes indígenas del Zárate Villca, que ponían en peligro su proyecto.

Estas comunidades imaginadas también se generan localmente, obviando la desigualdad y explotación que puede prevalecer en cada una, la noción de camaradería profunda y horizontal siempre prevalecerá. (Anderson) Esta construcción social que la erigen las clases hegemónicas a través de los medios de comunicación y sus instituciones son los instrumentos para apoderarse de las comunidades y su territorio.

Los sucesivos hechos, escabrosos y sangrientos de la reciente semana, nos dejaron atónitos y tristes al preguntarnos sobre el destino moral de nuestra sociedad: estafas y quiebra de un banco protagonizado por delincuentes de cuello blanco que se pagaban sumas exorbitantes con el dinero de sus ingenuos ahorristas, peleas campales entre mujeres legisladoras, curas pervertidos protegidos por la Iglesia, entre otros múltiples casos de feminicidio y delitos vinculados al narcotráfico. Pensativo y malhumorado, mientras atravesábamos la Plaza Murillo, pudimos observar la ceremonia de la escolta presidencial Colorados de Bolivia de arriar las banderas del Estado. El teniente, junto a los soldados rasos, bajan las banderas, las doblan cuidadosamente y luego, acompañados de un pequeño trompetista que ejecuta una marcha, proceden a retornar al Palacio. El trompetista de marras era un chu’su (músico de quinta categoría) que provocó, con sus acordes insólitos, que los soldados perdieran el paso marcial para jolgorio de los curiosos que disfrutaban del show patriótico. Estos pequeños contrastes son parte de la cotidianidad de nuestro país de ficción, lo hacen soportable y evitan que los dramas nos devoren.

Los rituales simbólicos institucionales nos informan que, a través de ellos existimos como sociedad dentro un Estado; sin embargo, la debilidad institucional ha creado republiquetas que consolidaron un imaginario supranacional. Así, la oposición conservadora cruceña articula un discurso proclamando lo general por lo particular, una sinécdoque que quiere instalar un discurso falso al proclamar que están atacando al pueblo cruceño, cuando éste es víctima de una élite que estafó a miles de ahorristas y los dejó en la calle. Construyeron el mito del modelo cruceño que ya lo develó hace dos décadas un estudio de la Fundación Tierra sobre la venta de importantes extensiones de tierras productivas a consorcios extranjeros, que desalojaron a los indígenas de sus mejores tierras con la complicidad del Estado y las dictaduras militares. A través de créditos y coimas se apoderaron de tierras fiscales, las consolidaron a su nombre, construyeron la Cortina de Palmeras y se aislaron del resto del país, secuestrando a una población que asumía su discurso implantado por los medios y sus instituciones que ahora callan porque son parte de esa estructura. El espíritu de los patricios cruceños que lucharon por el 11% y la creación de cooperativas fue coaptado por estos grupos en desmedro de empresarios honestos. Recuerden el discurso de Carlos Valverde de los años 80 del siglo pasado, vinculado a estos grupos de poder, claramente separatista.

Estos cruciales temas deberán debatirse en la Asamblea, pero ahora se ha convertido en el Coliseo Polifuncional de lucha libre, no de ideas, sino de patadas y rasguños. Nuestro espíritu circense nos impelió a preguntar a un policía sobre la posibilidad de ingresar al cuadrilátero:

— ¿Señor policía, esta noche habrá lucha libre? — No sabría decirle, no estoy informado—, respondió, muy serio.

No fue sorpresa, en Bolivia las autoridades nunca saben nada, pareciera que solo somos un reflejo de un Estado que existe en los rituales. Bolivian Magic Circus, quién sabe hasta cuándo.

Édgar Arandia Quiroga es artista y antropólogo.

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Reflexiones sobre la integración de América del Sur

/ 4 de junio de 2023 / 00:17

La reciente reunión de presidentes de los países de América del Sur, convocada por el presidente Lula, demuestra una vez más lo difícil que es establecer un mecanismo de diálogo político e integración eficaz para responder a los desafíos del desarrollo en esta coyuntura de aceleración del cambio tecnológico, conflictos geopolíticos y grandes reacomodos globales. Conviene recordar que las iniciativas desplegadas desde 1969 en el ámbito andino no culminaron con éxito, y que tampoco se ha perfeccionado plenamente el Mercosur, y mucho menos todavía el proyecto de la Comunidad Suramericana de Naciones, que es el antecedente inmediato de la Unasur, la cual fue abandonada por Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Paraguay y Uruguay a mediados de la década pasada por diferencias ideológicas y políticas aparentemente insalvables.

Dichas diferencias son las que han impedido una y otra vez que la región suramericana cuente con una voz y participación unitarias en los diversos foros en que actualmente se abordan los principales temas internacionales como la paz y la seguridad global, las consecuencias de la guerra de Ucrania, el cambio climático, el financiamiento del Sur Global, la atención humanitaria a las diversas corrientes de migrantes y refugiados por causas de las guerras locales o la pobreza extrema, que no pueden resolverse en las instancias multilaterales de las Naciones Unidas.

La propia reforma de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad en particular, forma parte de la agenda pendiente de reformas necesarias para adecuar el sistema multilateral a las nuevas circunstancias de la geopolítica y la distribución del poder en el mundo.

Ningún país suramericano puede defender en solitario sus intereses primordiales y presentar sus posiciones respecto de ninguno de los temas mencionados más arriba. Las ventajas de la integración regional para aumentar la capacidad negociadora de los países no necesitan por consiguiente la reiteración de argumentos conocidos. El problema estriba, en cambio, en un diseño institucional que permita la participación eficaz de una decena de países, algunos de los cuales acostumbran cambiar cada cierto tiempo radicalmente las orientaciones políticas de sus gobiernos, así como sus alianzas internacionales preferidas en términos de comercio, inversiones y posición respecto de los conflictos internacionales.

Por otra parte, no es un dato menor que América del Sur cuente con más de 440 millones de habitantes, mayormente urbanos y con importantes niveles de desarrollo social y cultural, acompañados por cierto todavía de bolsones de pobreza y severas carencias de acceso a servicios de educación y salud. Se trata también de uno de los territorios mejor dotados del mundo en términos de recursos naturales, agua dulce, biodiversidad, riquezas minerales y abundantes fuentes energéticas. Por último, la extensa Amazonía cumple con una importantísima función de reducción de los gases de efecto invernadero.

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Vistas las cosas desde dicha perspectiva, pareciera que lo único que falta es la voluntad política fundamental de emprender un proyecto basado en coincidencias pragmáticas, con diversas iniciativas a geometría variable, y un diseño flexible de aprendizajes institucionales y generación gradual de confianza.

A tales efectos, tres son los requisitos mínimos que deberían considerarse desde un comienzo. Primero, se trata de una reforma profunda de la Unasur y no de un nuevo mecanismo. Segundo, se requiere asegurar el financiamiento a mediano plazo para la Secretaría General y sus funcionarios gerenciales y técnicos. Tercero, es imprescindible un acuerdo unánime respecto de los procedimientos, criterios y temporalidad de la elección del Secretario General.

Horst Grebe es economista.

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El refugio de la risa

/ 4 de junio de 2023 / 00:15

Qué oscuro está todo. El escándalo de pederastia dentro de la Iglesia Católica no hace sino confirmarse e implicar a cada vez más personas, entre víctimas y sacerdotes abusadores. En un inicio era el diario de un cura pederasta describiendo sus delitos en más de 380 páginas. Después, el trabajo minucioso del periodista Julio Núñez en El País, de Madrid. De ahí, fuimos palpando con profundo dolor y bronca un rosario de testimonios de más víctimas. Niñas, niños, adolescentes, seminaristas, todos heridos por abusos sexuales y violaciones de quienes predican el amor de Dios y el amor por el otro. Los representantes de la Iglesia piden perdón y dicen estar abiertos y colaborativos con las investigaciones de la Justicia después de no haber respondido a cartas, después de haber reaccionado con el silencio o con amedrentamientos a los denunciantes, después de haber sido crueles con los más débiles de su entorno. El horror es muy grande. El daño es indeleble, padrecitos.

Pero cuando damos vuelta la página del periódico (quienes todavía leemos en papel), nos encontramos con el desorden, con la mala fe, con la monumental estafa del Banco Fassil. No es Santa Cruz, son algunos empresarios cruceños, son algunos ministros de Economía que miraron para otro lado, son muchos clientes burlados por una entidad que nos vio la cara de tontos. Lo que se ha confirmado hasta hoy no es todo el mapa de la plata “fassil”; quedan piezas sueltas que preocupan a ciertos grupos económicos y políticos. Por si no fuera suficiente el carnaval financiero, hace una semana se tiñó el país de luto con la muerte del interventor Colodro. Las especulaciones políticas sobre las explicaciones de esta tragedia son pobres, son obscenamente interesadas y vergonzantes para los actores políticos que juegan sus fichas sobre el tablero del desastre.

El retrato de las fuerzas políticas en estos momentos se parece más a un dibujo de guardería. La pelea interna del Movimiento Al Socialismo está mostrando afilados colmillos: evistas, arcistas, cacería de funcionarios “no renovadores”, acusaciones contra Arce aún a costa de que se rompa toda la cristalería del actual Gobierno, acusaciones contra Evo y los suyos, vuelan los platos en la cocina masista. Ni asomarse al lugar, que nos puede llegar una taza en la cabeza. Al frente, Creemos ya no tiene con qué tapar su debilitamiento: su líder político entre rejas y acusado por su participación en la ruptura constitucional del 2019; la Gobernación de Santa Cruz, un castillo de naipes; el Comité Cívico cruceño, sin poder recomponerse de los moretones de los últimos paros y la cereza: su último comunicado pidiendo que cese la filtración de nombres en el escándalo Fassil. Queda Comunidad Ciudadana, que podría recuperar terreno en medio de tanta tormenta y consolidar un espacio político que proponga una oposición propositiva, pero cuentan algunas fuentes que si bien dentro del MAS hay dos bloques, en Comunidad Ciudadana, hay como cinco. No se sabe. Sí se sabe que la reacción contra la senadora Salame y su voto de no censura al ministro Lima fue torpe y cortoplacista. Sus colegas la pusieron fuera del plato. Vivan los librepensantes siempre y cuando no sean de los nuestros. Y así nos va.

Mientras tanto, conocedores y no conocedores pero deseosos de un nuevo descalabro, anuncian la debacle económica en tiempos de guerra e inflación. ¿Dónde nos metemos para escapar de tanta sotana abusadora, de corruptos de todos los colores, de estafadores con piel de empresarios, de políticos que no están a la altura del conflicto? ¿Dónde nos metemos?

Esta A se metió a un teatro: Pareja abierta (la obra de los italianos Darío Fo y Franca Rame) y la actuación limpia y generosa de Jhasel Vargas y el gran David Mondacca nos salvaron de terminar el día con más nubes sobre nuestro cielo. El Thelonius Music Hall, frente al monumento paceño de Eduardo Abaroa, un descubrimiento que no podemos dejar de visitar, un rincón como pocos custodiado por los restaurantes Manq’a y Masa. Es un viejo inmueble vestido de presente, de ideas, de calor. Vamos a refugiarnos allí como este miércoles que me refugié junto a mi amiga Verónica. Tan bueno fue para esta A apesadumbrada que al día siguiente busqué las alas de mis entrañables amigas Betina, Ruth y Angélica. Un almuerzo para la historia en un piso 38. Reí, reímos, a salvo de todo.

Claudia Benavente es doctora en ciencias sociales y stronguista.

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El futuro de las ciudades

/ 4 de junio de 2023 / 00:13

En 1999, cuando todavía era más o menos una enseñanza académica pura en el MIT, coescribí un libro sobre economía espacial con Masahisa Fujita, en la Universidad de Kioto, y Anthony Venables, entonces en la London School of Economics. Pudimos hacer gran parte de la colaboración de forma remota, intercambiando borradores de capítulos por correo electrónico. Pero para finalizar el proyecto sentimos la necesidad de pasar algún tiempo reuniéndonos cara a cara, reuniéndonos (lo mejor que puedo recordar) durante aproximadamente una semana de intenso trabajo en Cambridge, Massachusetts.

Cuento esta vieja historia en parte para explicar que desde hace mucho tiempo me fascina la geografía económica, y en parte como punto de partida para pensar en una gran pregunta geográfica para esta nueva era de reuniones de Zoom y trabajo remoto: ¿Qué va a pasar a las ciudades? La conexión será clara en unos minutos. En este punto, parece bastante claro que la pandemia de COVID-19 tendrá efectos persistentes sobre dónde y cómo trabajamos. Como escribí recientemente, el auge del trabajo remoto, inicialmente una respuesta a los temores de infección, parece haber iniciado una revolución laboral que había sido tecnológicamente posible durante un tiempo, pero que necesitaba alcanzar una masa crítica. No está claro cuántos de nosotros seguiremos trabajando únicamente desde casa. Pero incluso el trabajo híbrido, en el que los empleados van a la oficina dos o tres días a la semana, significa una demanda muy reducida de espacio de oficina. La evidencia de los pases de tarjetas sugiere que solo alrededor de la mitad del espacio de oficinas en las principales ciudades de EEUU está actualmente en uso, con pocos indicios de un retorno a las normas previas a la pandemia.

¿Significa esto que las grandes ciudades están a punto de entrar en una espiral de muerte? Probablemente no. ¿Cómo se aplica todo esto a la revolución del trabajo remoto y su impacto en las ciudades? Los estadounidenses probablemente no volverán a la oficina a tiempo completo. Pero seguirán trabajando juntos, tal vez incluso más que antes. Y parte de este trabajo todavía tendrá que hacerse cara a cara, lo que significará que la gente todavía querrá vivir en las grandes ciudades o cerca de ellas.

El trabajo remoto seguramente alejará los centros de gravedad de las áreas metropolitanas de sus distritos comerciales centrales. Y el proceso en el que trabajar desde casa conduce a mayores comodidades puede aplicarse tanto a suburbios como a vecindarios urbanos. Pero, ¿veremos un éxodo a largo plazo, no solo de los centros urbanos sino completamente alejado de las grandes áreas metropolitanas? El trabajo remoto ofrece esa posibilidad. Aún así, soy escéptico acerca de si va a ser un gran problema.

¿Por qué? Porque incluso el trabajo completamente remoto, que no implica visitas periódicas a la oficina, no elimina la necesidad de una interacción cara a cara ocasional. Bueno, las encuestas indican que, a pesar de que todos usamos Zoom en estos días, los viajes de negocios se están recuperando rápidamente y pronto pueden alcanzar niveles previos a la pandemia.

Lo que esto sugiere, al menos para mí, es que incluso los trabajadores totalmente remotos generalmente querrán vivir en lugares que tengan un acceso relativamente fácil a los principales centros de negocios: suburbios en lugar de pequeñas ciudades en América Central.

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Y tengo una hipótesis final: algunos de los mayores beneficiarios del cambio en cómo y dónde trabajamos pueden ser hasta ahora ciudades pequeñas en declive que no están demasiado lejos de áreas metropolitanas más grandes.

Uno de mis artículos favoritos sobre economía urbana era un artículo antiguo, coescrito por Ed Glaeser con Joseph Gyourko, que señalaba que incluso las ciudades que han perdido gran parte de su lógica económica original tienden a declinar lentamente. ¿Por qué? Porque la vivienda es duradera y las ciudades antiguas en declive ofrecen a los posibles residentes un lugar barato para vivir. Históricamente, estas ciudades en declive tendían a atraer a trabajadores menos educados, a menudo inmigrantes. Pero es fácil ver cómo esas ciudades, si están situadas a una distancia sorprendente del ajetreo y el bullicio urbano, ahora podrían atraer trabajadores remotos altamente educados, que a su vez, crear un mercado de servicios urbanos que atraiga aún más trabajadores de este tipo.

Así que estos son tiempos interesantes para la América urbana. Zoom (y otras aplicaciones de videoconferencia) no han dejado obsoletas a las ciudades. Pero parece que la pandemia cambiará permanentemente el paisaje urbano.

 Paul Krugman es premio Nobel de Economía y columnista de The New York Times.

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Perú desafía al ‘Consenso de Brasilia’

/ 4 de junio de 2023 / 00:12

A pocas horas de haber concluido la cumbre de jefes de Estado de América del Sur efectuado en Brasil el lunes pasado, con un llamado unánime para la unión regional, la presidenta peruana Dina Boluarte desafió, el miércoles, al “Consenso de Brasilia” al autorizar el ingreso de más de 1.000 militares de Estados Unidos para realizar entrenamientos con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el vecino país.

Con la posición del gobierno peruano quedó en aguas turbulentas la idea de formar una Sudamérica fuerte, segura y políticamente organizada con una verdadera identidad latinoamericana y caribeña. Quedó también en el limbo las propuestas del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva para el futuro de la región, para profundizar la identidad sudamericana en el ámbito monetario; reducir la dependencia de monedas extraterritoriales; ampliar los mecanismos de cooperación de última generación, y priorizar proyectos de alto impacto para la integración física y digital.

El resultado de la cumbre regional que fue bautizado como el “Consenso de Brasilia” incluye un acuerdo entre los 12 países de la región para elaborar una “hoja de ruta” para la integración sudamericana, sin la injerencia militar foránea.

Pero la posición de Perú de autorizar el ingreso de tropas estadounidenses en su territorio despierta profundas preocupaciones, especialmente en los gobiernos de izquierda.

El diario oficial El Peruano, en su edición del miércoles, publicó dos resoluciones. La primera Resolución Legislativa 31758, que fue aprobada por el Congreso y refrendada por el Ejecutivo peruano, señala que los “marines” estadounidenses llegarán al vecino país con armas de guerra para realizar “actividades de cooperación de entrenamiento” en distintas fechas comprendidas entre el 1 de junio y el 31 de diciembre del presente año. Además, el anexo conjunto indica que un primer grupo encargado del entrenamiento estará compuesto por 25 miembros de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos que portarán al ingresar a territorio peruano fusiles, pistolas, ametralladoras, lanzagranadas, cañones cortos, morteros y escopetas de diversos calibres.

En la segunda resolución, Perú autoriza el ingreso de medios aéreos, medios náuticos y personal militar estadounidense para que realicen “actividades de cooperación de entrenamiento” con las Fuerzas Armadas, asociadas con el Ejercicio Militar Internacional “Resolute Sentinel 2023”.

Las críticas internas no se dejaron esperar y es así que la excandidata presidencial, la progresista Verónika Mendoza, calificó a Boluarte de títere de Estados Unidos y pronosticó que, tarde o temprano, habrá una salida democrática a la crisis política que vive Perú con una nueva Constitución.

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Recordemos que las protestas sociales en el vecino país, registradas entre diciembre de 2022 y marzo último, dejaron un saldo de casi 70 muertos, según datos de la Defensoría del Pueblo que monitoreó las manifestaciones contra la presidencia de Boluarte en reemplazo del mandatario Pedro Castillo, apresado y destituido por el parlamento por el intento de su cierre.

Ante este panorama, el “Consenso de Brasilia” tendrá que trabajar arduamente para afrontar los desafíos compartidos en la construcción de una región pacífica, fortaleciendo la democracia, promocionar el desarrollo económico y social, la lucha contra la pobreza, el hambre en todas las formas de desigualdad y discriminación, y por sobre todas las cosas la no intervención e injerencia de fuerzas militares de países foráneos.

Alfredo Jiménez Pereyra es periodista y analista internacional

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