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‘Alfombras’ violentas

Lo que debió ser una jornada de rechazo pacífico a la nueva repostulación del binomio gobernante fue desvirtuado por unos pocos violentos que pasaron de tender simbólicas “alfombras” humanas en media calle a embestir a los policías que resguardaban la sede del Tribunal Supremo Electoral. Así, la plaza Abaroa coronó con espinas un paro democrático.

El paro convocado por comités cívicos y diferentes actores de la oposición tuvo variación de intensidad, desde una bien coordinada movilización en Santa Cruz, en un extremo; hasta la plena normalidad en Pando, en el otro. En medio hubo marchas y minibloqueos de esquinas en las urbes, ora con personas, ora de objetos (en La Paz los contenedores de basura fueron protagonistas).

Si bien en estas movilizaciones persisten expresiones aisladas de intolerancia de unos y otros, en general no pasan del intercambio de insultos y/o empujones. Esta vez no fue así en Riberalta, donde se lamentó la muerte de una mujer por obra de otros violentos que pretendían imponer el paro a golpes. Es fundamental que el Ministerio Público investigue este hecho y se sancione a los culpables.

En todo caso, la postal mediática de la jornada fue la agresión con palos, huevos, botellas y piedras contra la Policía por mano de algunos rabiosos, que fueron reprobados por la mayoría de los manifestantes, ellos sí pacíficos. Hasta la presidenta de la Asamblea de Derechos Humanos salió en defensa de los uniformados. Bienvenido sea el legítimo derecho a protestar, pero así no.