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Estructuras antisísmicas

En los últimos años, las ciudades del eje se han expandido a lo largo y a lo ancho, en parte debido al crecimiento de la población, pero también por la creciente migración procedente de las áreas rurales. Este fenómeno, sumado a la circulación de una mayor cantidad de dinero y a la falta de espacios particularmente en urbes como La Paz, ha impulsado la construcción de elevados edificios, muchos de los cuales, según advierten los expertos, carecen de estructuras antisísmicas.

De hecho, de acuerdo con un diagnóstico de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia, únicamente el 20% de las edificaciones en territorio nacional cuentan con estructuras capaces de resistir un terremoto. Esta negligencia deviene en parte porque no existen registros de fuertes sismos por estos lados, pero también porque las autoridades locales carecen de instrumentos para garantizar el cumplimiento de las normas de construcción.

Sin embargo, diversos estudios, como el elaborado por la Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras de Francia, advierten que al menos dos fallas geológicas atraviesan el territorio nacional, y que existen tensiones subterráneas concentradas por la confluencia de dos placas tectónicas. Esto significa que el país no está libre de sufrir fuertes terremotos, y que por tanto urgen mayores controles para garantizar que las nuevas edificaciones se construyan con estructuras antisísmicas. Una medida tanto más necesaria por cuanto prevenir resulta más barato que curar, pero también y sobre todo porque es la mejor manera de preservar vidas humanas.