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Vicuñas amenazadas

De nueva cuenta, las vicuñas que pastean en inmediaciones del salar de Uyuni están en la mira de cazadores furtivos. De hecho, el pasado fin de semana comunarios del municipio de Colcha K (sureste de Potosí) hallaron a 10 de estos camélidos despellejados y con las patas amarradas. Y si bien se organizaron a los pocos minutos para detener a los responsables, no pudieron encontrarlos.

Huelga recordar que no son pocos los delincuentes que se han especializado en cazar a este precioso animal, motivados no solo por amor al dinero, sino también por la preocupante impunidad en la que operan. Por ejemplo, se sabe que los cazadores furtivos utilizan motocicletas y armas de fuego, y trabajan en grupos para dar muerte a las vicuñas. En cambio los vigilantes, que se pueden contar con los dedos de una sola mano, se trasladan a pie y armados solamente con palos. Es decir, en total desventaja frente a los criminales, quienes no dudan en abrir fuego contra las personas cuando se ven descubiertos. Además, hasta el momento únicamente se han juzgado a cuatro personas por este delito.

Por ello, no sorprende que por ejemplo en 2015 fueron desolladas al menos 280 vicuñas en el altiplano boliviano, particularmente en comunidades de Oruro y de Potosí, según un recuento que hizo La Razón. De allí que urjan mayores esfuerzos desde el Estado para combatir este ilícito, que está poniendo en riesgo la supervivencia de uno de los emblemas de la riqueza natural del país.