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Foie gras, en la mira

Hace seis años, activistas en contra del maltrato de los animales impulsaron una ley que prohíbe la comercialización del foi gras en California. Como era previsible, los productores de este alimento presentaron una demanda contra esta norma, la cual sin embargo fue desestimada, el lunes, por la Corte Suprema de Estados Unidos. Con lo cual, se mantiene el veto a la comercialización del foi gras en el estado más poblado y rico de la potencia del norte.

Huelga recordar que este alimento, declarado patrimonio gastronómico y cultural de Francia, deviene de un macabro sistema de tortura que condena a millones de gansos y patos a vivir durante varias semanas indescriptibles sufrimientos. Y es que su principal insumo es el hígado enfermo de un ganso o de un pato al que se ha cebado varias veces al día, mediante un tubo metálico de 20 a 30 centímetros. Como consecuencia de la sobrealimentación forzada y desequilibrada, las aves sufren dolorosas laceraciones en el cuello y enfermedades digestivas. Además, el tamaño de su hígado hipertrofiado les impide respirar y desplazarse normalmente. Y si por todo lo anterior no fuera suficiente, a veces se les arranca parte del pico, sin anestesia, con alicantes o simples tijeras, para facilitar la introducción del tubo que llega hasta su estómago.

Por todo ello, la ratificación de la Corte Suprema de EEUU sin duda constituye una muy buena noticia, tanto más importante por cuanto contribuye a limitar la producción de alimentos como el foi gras, cuyos promotores no manifiestan ningún reparo respecto al dolor de los animales con tal de enriquecerse.