Icono del sitio La Razón

El Efecto Diderot en Navidad

El Efecto Diderot es un fenómeno social relacionado con los bienes de consumo. Sucede que en algunas ocasiones al adquirir un objeto sentimos la necesidad de comprar otro que está relacionado con el primero. Por lo general, no solemos estar conscientes de esta “necesidad” capaz de impulsar una espiral de compras de cosas que no necesitamos; la cual a su vez puede llevarnos a asumir deudas difíciles de saldar.

El filósofo y escritor francés Denis Diderot (1713-1784) escribió un ensayo al respecto titulado Arrepentimientos al despedirme de mi viejo albornoz. En este texto detalla cómo un albornoz escarlata (una capa con capucha) que le obsequiaron cambió por completo su vida. El albornoz era tan elegante que al llegar a su hogar evidenció que desentonaba con el resto de sus bienes. Esto lo impulsó a cambiar poco a poco no solo su vestimenta, sino también el resto de sus enseres, como sus sillas e incluso sus cuadros, lo que lo llevó a endeudarse y, a la postre, a la ruina financiera. Todo esto por “culpa” de una capa nueva, por un simple regalo.

Al igual como le sucedió a Diderot hace varios siglos, en la actualidad muchas personas se encuentran encerradas en una espiral de consumismo que se agrava en la época navideña. Con el aguinaldo ya depositado, muchos consideran una obligación gastar por completo este salario adicional adquiriendo objetos que no necesitan. Entretanto, los trabajadores independientes buscan obtener mayores ganancias con la esperanza de cambiar algunos objetos de su hogar, regalar los juguetes de moda a sus hijos, o comprar aquellos productos que no pudieron adquirir durante el año. Todos luchan por comprar y comprar. Se desatan “batallas” en las ferias y galerías para adquirir la última novedad, como si lo material pudiera garantizarnos la felicidad.

Debemos reconocer que todos en algún momento hemos caído o caeremos presas del Efecto Diderot. Además, la publicidad navideña nos invita a formar parte de la espiral del consumismo. Pero evitar el endeudamiento y la poca previsión económica para el futuro depende de cada uno. Para no convertirnos en víctimas de este fenómeno es necesario adquirir conciencia de su existencia, de su sutileza y, ante todo, entender cómo funciona. Para ello debemos analizar qué es lo que impulsa nuestras compras en procura de ralentizarlas. No debemos rendirnos ante las compras compulsivas y los eslóganes marketeros que buscan vendernos productos que en realidad no necesitamos, cayendo en cuenta de que si prescindimos de ellos, de todas formas podemos tener una Navidad y una vida feliz en general al lado de nuestros seres queridos; algo que un simple objeto no puede otorgarnos.

* Abogada.