La creación de confianza en el sistema financiero es probablemente uno de los principales retos para mantener la estabilidad del mercado, la inversión y, en consecuencia, el crecimiento económico. Tomando en cuenta esta premisa adquiere relevancia el concepto de gobierno corporativo, que trasciende a todo tipo de organizaciones, ya sean públicas o privadas, y cuyo objetivo consiste en garantizar la seguridad de la gestión de la organización tanto a los grupos de interés internos como externos.

Según señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE por sus siglas en inglés), el gobierno corporativo abarca las diferentes relaciones que se establecen entre la administración de la empresa, su consejo de administración, sus accionistas y otras partes interesadas. También proporciona la estructura para establecer los objetivos de la compañía y determina los medios para alcanzar estas metas (Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE, 2004).

Entre los principios del gobierno corporativo que deben implementar las instancias de gobierno se tienen la equidad, transparencia, eficiencia y probidad. Para ello se desarrollan herramientas como los procedimientos para seleccionar y designar a los miembros del directorio y a los ejecutivos. También se recomienda hacer públicos de manera oportuna la experiencia y la hoja de vida completa de los candidatos, incluyendo el procedimiento a seguir para su elección. Esto garantiza una evaluación transparente con base en la capacidad profesional e idoneidad de los postulantes.

Por otro lado, las deficiencias en la implementación de estándares de gobierno corporativo suponen una mayor fragilidad para enfrentar dificultades financieras u organizacionales, cuyo manejo deficiente incluso puede generar crisis económicas globales, como la “Gran Recesión” de 2008, en palabras del Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz. Y es que entre muchos factores que concurrieron para llegar a tal situación se señalan a la desregulación financiera, la falta de independencia de instancias de control, la deficiente valoración de riesgos y la debilidad del gobierno corporativo en los bancos y en las instituciones responsables de supervisar y regular el sistema financiero.

Finalmente, se sabe que en finanzas y en economía estamos sujetos a ciclos que marcan épocas de crecimiento y recesión, y que los problemas se repiten pero con diferentes actores; y que por tanto, deberíamos prestar una mayor atención al gobierno corporativo en las instituciones públicas y privadas. (Para mayor información los lectores pueden remitirse al documento Directrices de la OCDE sobre el gobierno corporativo de las empresas públicas).

* Administrador de empresas, especializado en finanzas.