Monitoreo de cóndores
Ojalá que esta iniciativa contribuya a desarrollar políticas de Estado para preservar a esta majestuosa ave.
El Museo Nacional de Historia Natural de Bolivia ha decidido sumarse a la lucha por la supervivencia de los cóndores, uno de los emblemas patrios más entrañables del país. Para tal efecto, esta institución planea monitorear con pequeños dispositivos GPS 32 aves de esta majestuosa especie, que se encuentra en peligro de extinción debido a diversos factores.
Este proyecto, que cuenta con el apoyo de la Universidad Autónoma de Madrid, prevé desarrollarse en dos etapas. En la primera, los investigadores se han propuesto subsanar, al menos parcialmente, la poca información que existe respecto a las principales amenazas que se ciernen sobre los cóndores que habitan en los llanos del país (en el Chaco, la Chiquitanía, en Moxos y en la Amazonía). Para tal efecto, trazarán la trayectoria de al menos cuatro cóndores que habitan en el oriente boliviano durante tres años, aprovechando las ventajas de la telemetría, tecnología que permite medir de manera remota grandes distancias.
Posteriormente, en una segunda etapa han planificado monitorear 29 cóndores que habitan en los Andes. Este mayor número se debe a que es en esta región en la que existe un mayor número de amenazas contra los cóndores. Y es que a la destrucción de su hábitat para la ampliación de la frontera agrícola y la habilitación de tierras de pastoreo (principalmente en el oriente del país), se suma el envenenamiento de estas aves por parte de no pocos comunarios andinos. Esto porque las consideran una amenaza para sus ganados, pero también para comercializar sus restos a los folkloristas que gustan lucir trajes confeccionados con sus plumas en entradas como el Carnaval de Oruro o el Gran Poder.
Como consecuencia de estas prácticas, la población de cóndores se ha visto mermada en los últimos años en los Andes, al extremo de que en aquella región quedarían solamente unos 1.200 ejemplares, según estimaciones de la organización Wild Conservation Society (WCS), la mayoría de ellos en áreas protegidas de la Cordillera Oriental del país. Mientras que en la Cordillera Occidental su número se habría reducido incluso en mayor proporción, por los motivos antes señalados.
Habida cuenta de la importancia simbólica, cultural y biológica para el país de esta majestuosa ave que corona el escudo nacional, es de esperar que esta iniciativa contribuya a desarrollar políticas de Estado orientadas a garantizar la preservación de los cóndores. Y es que además de campañas educativas entre los comunarios para que caiga en cuenta de que los cóndores lejos de ser una amenaza para los ganados contribuyen a mantener el medio ambiente limpio (toda vez que se trata de aves carroñeras que se alimentan generalmente de animales muertos), urgen acciones más decididas contra las comparsas y bailarines que, pese a las prohibiciones, insisten en utilizar restos de animales silvestres amenazados para dar rienda suelta a sus desenfrenos folkloristas.