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Ofertas de cuidado

Las ofertas laborales suelen incrementarse cada que empieza un nuevo año, pues muchas empresas e instituciones buscan renovar su planta laboral, mientras que otras aprovechan que muchos jóvenes y adolescentes se encuentran de vacaciones para reclutarlos en labores que no requieren experiencia ni conocimientos técnicos.

Sin embargo, según alerta la Jefa de la División de Trata y Tráfico de Personas de la FELCC (Gaby Coca), en los últimos años redes criminales han comenzado a echar mano de esta situación para reclutar a jóvenes y adolescentes con ofertas falsas de trabajos bien remunerados en el interior o exterior del país; pero una vez lejos de sus hogares, sin documentos, sin dinero ni conocidos a quienes solicitar auxilio, estas promesas se convierten en pesadillas.

Por lo general, las mujeres son obligadas a trabajar como prostitutas y/o empleadas domésticas, siete días a la semana, hasta 14 horas por jornada. Y en el caso de los varones, éstos suelen ser víctimas de explotación laboral en trabajos relacionados con la agricultura y la industria textil, principalmente.

Ante estos riesgos, la autoridad policial recomienda ser cautelosos a la hora de buscar trabajo, tomando en cuenta algunos factores que permiten inferir que podrían tratarse de anzuelos lanzados por redes o individuos dedicados a la trata y tráfico de personas. Por ejemplo, recomienda desconfiar de las ofertas laborales que no piden requisitos ni tampoco ningún tipo de preparación, especialmente si los salarios ofrecidos son elevados. Y es que “en una fuente laboral confiable se solicita al menos una hoja de vida”, además de pruebas para constatar que se poseen ciertas aptitudes para desempeñar el trabajo ofertado, aclara el Policía.

Asimismo, aconseja tener cuidado con los empleos orientados exclusivamente para jóvenes y adolescentes, pues este grupo es particularmente vulnerable. Por último, sugiere desconfiar cuando no se dan especificaciones respecto a la labor que se va a realizar, y cuando las ofertas se dan de manera informal, a través de redes sociales o por medio de empresas que no tienen un domicilio fijo.    

Se trata sin duda de consejos importantes que debieran ser de conocimiento público, más aun considerando el horror que existe detrás de la trata y tráfico de personas, uno de los mayores negocios ilícitos del planeta en el que los cuerpos de las víctimas son concebidos como meros objetos de trabajo y de placer; que se alimenta con el tormento, la amargura, la humillación y el dolor ajenos.

En suma, se trata de un mercado macabro que se aprovecha de la ingenuidad y la desinformación para medrar con la vida y la dignidad de los sectores más vulnerables, y que lamentablemente prospera no solo gracias a la corrupción y a la incapacidad de las autoridades, sino también por la inferencia de la sociedad civil.