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Obscena riqueza

Si ya resulta increíble saber que hay personas que sobreviven con el equivalente a menos de un dólar al día, más increíble debería ser el que haya personas que poseen miles de millones de dólares americanos en dinero y bienes. Entre unos y otros hay un abismo no solo por la cantidad de dinero, sino también por la cantidad de personas que se reparten esa desigual torta.

La semana pasada, en ocasión de la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, la ONG británica Oxfam presentó nuevamente estadísticas que demuestran la creciente desigualdad en el mundo. El dato principal es que 26 personas tienen más dinero que 3.800 millones de habitantes del planeta que están en el otro extremo de los ingresos. En 2017 esta proporción era de 43 multimillonarios frente a la mitad más pobre del mundo.

Otros datos presentados en la reunión muestran que la riqueza de los multimillonarios del mundo aumentó en $us 900.000, a un ritmo de $us 2.500 millones por día; mientras que los ingresos de la mitad más pobre del planeta disminuyeron en 11%. Según Oxfam, la cantidad de ricos se duplicó desde la crisis financiera de 2008.

Aunque hay economistas que cuestionan la metodología que la ONG con presencia global emplea para hacer sus cálculos, se sabe que los datos provienen de publicaciones como la revista Forbes, que periódicamente reporta quiénes son las personas más ricas del planeta y cuál es el tamaño de su fortuna, pero también de otras fuentes como el Banco Credit Suisse.

Los asistentes al Foro de Davos recibieron un comunicado de la Directora Ejecutiva de la ONG, quien expresó que “el abismo que aumenta entre ricos y pobres penaliza la lucha contra la pobreza, perjudica la economía y alimenta la rabia en el mundo”. Agrega que los gobiernos “deben asegurarse que las empresas y los más ricos paguen su parte de impuestos”.

Se refiere el comunicado al hecho de que “los ricos no solo se benefician de una fortuna en plena expansión, sino también de niveles impositivos menos elevados”, y presenta como evidencia el que de cada dólar de impuestos a los ingresos, solo 4 centavos provienen del impuesto a la riqueza. Es más, de acuerdo con Oxfam, en algunos países, como Brasil o el Reino Unido, el 10% más pobre paga, en proporción a sus ingresos, más impuestos que los más ricos.

Concluye el comunicado señalando que “las desigualdades minan la democracia”, como un recordatorio de que al margen de los relatos románticos sobre la riqueza y la fortuna, en los hechos se hace evidente que quienes acumulan de más lo están haciendo a costa de quienes menos tienen, y que son la mayoría. En tal contexto, es imposible que no exista un reclamo de justicia y que como consecuencia aparezcan líderes dispuestos a probar nuevos mecanismos de redistribución de la riqueza, incluyendo aquellos que emplean la violencia.