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Ciudad resiliente

En este tiempo tenemos la obligación de conocer temas que desde hace décadas estudia la academia. Uno de ellos es la llamada resiliencia urbana. Este concepto se define como: “la capacidad de una ciudad expuesta a una amenaza o un desastre para resistir, absorber, y recuperarse de  sus efectos, preservando o modificando sus estructuras y funciones básicas”. Y estamos apremiados a conocer la resiliencia porque, según estudios especializados, los desastres, eventos fortuitos  o calamidades están creciendo geométricamente en el mundo y son responsables de traumas colectivos sin precedentes. Las causas de estos desastres y su incremento son varias: urbanización acelerada y descontrolada, cambio climático, ambición humana o trastornos económicos globales.

La Paz tiene amargas y dolorosas experiencias al respecto: la riada de 2002, el megadeslizamiento de Las Flores, la crisis del agua y el deslizamiento de Alpacoma y sus consecuencias. Es decir, estamos experimentando esos infortunios. Y nos suceden esas desgracias por vivir en un modelo de desarrollo urbano que crece desmesuradamente, acumulando presiones materiales y sociales sobre —y esto es lo particular— un territorio geotécnicamente frágil e inestable.  Otras ciudades sufren de calamidades y desastres de otro origen. A nosotros nos corresponden los efectos de una mezcla letal: cambio climático, crecimiento urbano descontrolado, un pésimo suelo (65% no apto para la construcción), y una sociedad sin educación.  

Por todo ese panorama local e internacional, los especialistas están comprometidos con la resiliencia urbana estableciendo líneas de acción, estudios a profundidad, y acuerdos internacionales. Todos apuntan a tener ciudades con capacidad de reacción, de inversión y de planificación del futuro ante tales desgracias. Para todos es fundamental una comunidad de acciones y respuestas entre las instituciones y la sociedad civil. Y ahí surge nuestro mayor impedimento para lograr ser una ciudad resiliente: ¿tenemos suficiente educación o la adecuada concientización?

Si seguimos siendo una sociedad monotemática y sin valores de comunidad poco o nada podemos hacer de ahora en adelante. Debemos tomar conciencia que en nuestra ciudad esos desastres seguirán existiendo porque decidimos vivir en una topografía endiablada, bajo un modelo de desarrollo urbano consumista y depredador que tiene, además, una herencia de malas conductas que pesan demasiado. Somos, simple y llanamente, una sociedad iletrada que se excita diariamente en los medios y las redes sociales para hablar de un tema: las pugnas políticas.

* Arquitecto.