La crisis generada por el deslizamiento de una macrocelda del relleno sanitario de Alpacoma, que brinda servicios a los más de 800.000 habitantes de la ciudad de La Paz y genera más de 600 toneladas diarias de residuos sólidos, se constituye en un punto de inflexión en lo que hace a las políticas de gestión de residuos sólidos y plantea un nuevo paradigma en nuestro país que es aplicar los principios de la economía circular, entre otros, en el manejo de los residuos sólidos.

La economía circular debería ser la alternativa no solo para La Paz, sino para todo el país, toda vez que es la respuesta a la reducción del uso de recursos naturales, a la asfixia del planeta por la contaminación y el cambio climático; y a la necesidad de buscar nuevas fuentes de recursos y de energía para atender al desarrollo de todo el planeta, lo cual aplicado al caso de la gestión de residuos se entiende como aplicar bajo un criterio sencillo las tres R (Reducir, Reusar, Reciclar).

Reducir, bajo el principio de evitar el consumismo. Reusar, que implica generar prácticas para evitar la compra de envases sin retorno y generar una rutina de reutilizar materiales y Reciclar, que equivale a que ciertos residuos se constituyan en materia prima de diferentes productos, lo que genera un impacto positivo sobre el uso de recursos naturales. El proceso debe ser complementado por el uso de la materia orgánica (que en general es de mayor porcentaje en la composición de la basura —60%—) a través de plantas específicas (bioestabilizadores) para la producción de compost que puede ser utilizado en el agro y que genera un retorno también de materia prima natural. También implica valorizar la energía proveniente de los residuos y naturalmente Innovar, es decir permitir que se dé apoyo a las iniciativas ciudadanas en el uso y reuso de residuos.

Un elemento articulador trascendental para conseguir que la economía circular en la gestión de los residuos sólidos sea un éxito es la participación ciudadana a todo nivel que debe tomar conciencia de este cambio; para ello, acciones de concientización y educación ambiental, con evidentes mecanismos de incentivos, pero también de sanciones deben complementar este proceso de cambio de comportamiento.

Nuestro país y sus ciudades sufren las fuertes presiones de los procesos migratorios (70% de la población habita en ciudades) y como tal debe comenzar a construir factores de resiliencia, uno de ellos gestionar adecuadamente la basura y sin duda adoptar los principios de la economía circular como alternativa contemporánea que permitirá que la sostenibilidad y el desarrollo equilibrado sigan adelante.

* Docente investigador del Instituto de Ingeniería Sanitaria