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Cabos sueltos en el transporte

La denuncia que Informe La Razón hizo el 21 de abril de 2014 sobre el “Cobro de diezmos a choferes”, relacionado a los 0,20 centavos en el peaje de la autopista, solo es uno de los cabos sueltos que ese sector debe resolver ante sus centenares de asociados.

Ese año conocimos en voz de los choferes de bases cómo tenían que mendigar botiquines y hacer colectas solidarias en los sindicatos para ayudar a sus compañeros transportistas que fallecían enfermos y sin recursos, mientras el sueño del hospital nunca se hacía realidad. En ese momento, la directiva de la Federación Departamental de Choferes 1ro. de Mayo ya había recaudado al menos Bs 11 millones en 10 años. Ahora se anuncia, con ayuda del Gobierno, la inauguración de un centro de salud.

 Desde estas mismas páginas denunciamos, después en 2015, cómo en un sindicato cobraban hasta $us 1.000 por persona a quienes deseaban ingresar a un grupo para trabajar como minibuseros. La denuncia provocó intimidaciones a este periodista de parte de algunos dirigentes. En esa época, por año entraban mínimamente hasta 20 nuevos socios en un año. ¿Dónde iban los $us 20.000? Y conste que eso sucedía solo en uno de los cientos de sindicatos.

Si a ello le sumamos que en el mundo del transporte sindicalizado reina la ley del más fuerte, no hay Policía si quiera que pueda controlarlos. Esto a raíz de las agresiones que en febrero sufrieron un grupo de choferes por parte de otros en la zona de Vino Tinto.

Este año se reactivó la denuncia por los 0,20 centavos y aquello debería aclararse de una vez, porque el Estado no puede actuar como un agente de retención de un privado. Imagínese que mañana los periodistas pidiéramos que a cada vehículo de prensa que pase por los peajes de Bolivia se les cobre 0,50 centavos para la construcción de un hospital que nunca se va a construir; después vendrían los abogados, los carniceros, los gremiales, etc.

Y mientras eso sucede, el servicio del transporte público sigue pésimo como hace 40 años. Al punto de que el trameaje se convirtió en algo natural y algunos choferes que tienen hasta cinco infracciones municipales aún circulan.

En El Alto la cosa es peor, allí el servicio de transporte edil Wayna Bus languidece a diferencia del bus PumaKatari en La Paz y una de las razones es porque la Alcaldía alteña perdió la pulseta ante la Federación Andina que le impuso rutas destinadas al fracaso, mientras los viejos minibuses transitan por las principales vías. En El Alto esos minibuseros suben pasajes de Bs 1 a Bs 1,50 desde las 18.30, luego a Bs 2 y Bs 2,50 desde las 20.30, sin ningún control.

*es periodista