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Hombre y naturaleza

Para los bolivianos, la importancia de las áreas naturales, incluyendo a las unidades de conservación, es caracterizada y valorada bajo diferentes perspectivas. Esto depende generalmente del grado y la frecuencia con la que entramos en contacto con la naturaleza, o del conocimiento que tenemos de los ecosistemas.

Para muchos que viven en las ciudades capitales, las unidades de conservación son solo áreas que protegen y resguardan la biodiversidad (plantas y animales), y donde se practican actividades turísticas y recreativas. Para los inmigrantes que colonizan estas áreas naturales y/o empresarios agrícolas y ganaderos, constituyen una oportunidad para el desarrollo de actividades productivas.

En cambio para los habitantes de las comunidades originarias y/o poblaciones rurales, son una fuente importante de recursos naturales, así como parte de su esencia histórica y cultural. Por lo que, de forma general, los impactos generados por la disminución exponencial de las áreas naturales en Bolivia cobran una mayor relevancia para algunos sectores y en menor medida para otros, en especial para aquellos que consideran que dichos impactos no llegan a afectarles.

Sin embargo, ¿realmente existen sectores que no se ven afectados por los impactos que devienen de la pérdida de la naturaleza? Para responder esta interrogante, debemos comprender que con la disminución de las áreas naturales no solo se pierde biodiversidad, sino que también perdemos los servicios ecológicos que éstas nos brindan de forma directa o indirecta.

Por ejemplo, la pérdida de cobertura natural en el Parque Nacional Amboró pareciera tener poca relevancia para los habitantes de la ciudad de Santa Cruz y los productores agrícolas. Sin embargo, los ecosistemas naturales del Amboró generan nada menos que el 30% del agua potable que se consume en dicha ciudad, así como la totalidad del agua que se extrae de los ríos para el riego de los sistemas agrícolas en el norte Integrado.

Además, con la disminución de áreas naturales se están perdiendo los popularmente denominamos pulmones verdes y, por ende, la disponibilidad de los recursos naturales. Existen muchos más argumentos como los que hemos manifestado, por lo que urge comenzar a tener una visión más integral de la importancia de las áreas naturales del país, máxime considerando que, de una u otra forma, somos organismos completamente dependientes de la naturaleza.

* Director de la Unidad de Investigación de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN).