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‘Oposición verdadera’

En ocasión de la firma de un acuerdo electoral, el diputado Rafael Quispe, electo por Unidad Nacional, justificó su alianza con el candidato de Bolivia Dice No, Óscar Ortiz, señalando que era la única “oposición verdadera”. Descalificaba así a otras candidaturas, en especial la de Carlos Mesa, a quien hace un tiempo tildó de “racista”. Hay diferentes lecturas al respecto.

La alianza entre Bolivia Dice No (en rigor Demócratas) y dos diputados opositores, en representación de la hasta ahora desconocida agrupación ciudadana Pueblo, se produce a solo tres días del plazo señalado por el TSE para el registro de alianzas que quieran participar en las elecciones generales. Es uno de los escasos pactos realizados en el campo de la oposición con miras a los comicios del 20 de octubre. En este caso es un acuerdo menor, simbólico, dentro de casa, aunque tiene nueva envoltura.

Tras la precoz ruptura con Unidad Nacional, que derivó en el repliegue de Samuel Doria Medina y su partido, los Demócratas del gobernador cruceño Rubén Costas fueron solos a las elecciones primarias del 27 de enero. En el camino sumaron al Movimiento de Organizaciones Populares (MOP), y después algunas plataformas ciudadanas en Potosí. Es probable que en estos días anuncien otro acuerdo departamental. Al igual que los otros candidatos, Óscar Ortiz no logró ninguna alianza partidaria relevante.

En el caso de Comunidad Ciudadana, resultante del acuerdo entre un partido nominal (FRI) y una agrupación local (Sol.Bo), suscribió el año pasado un pacto con colectivos ciudadanos y luego recibió la adhesión del gobernador de Tarija, Adrián Oliva, de la agrupación Todos. Pese a la convocatoria del candidato Carlos Mesa para “propiciar una articulación política”, no se avanzó en otras alianzas. Ni siquiera prosperó el anunciado acuerdo con la agrupación Bolivia Somos Todos, de Damián Condori.

Considerando este exiguo arco de alianzas, volvamos a la idea de una “oposición verdadera”. Si la candidatura de Ortiz se autodefine como la oposición que “luchó 13 años” contra el proyecto oficialista, las otras candidaturas en carrera serían algo así como una oposición funcional, o advenediza, o falsa; una oposición “siamesa” del MAS. “Ni masismo ni mezismo” (sic), escribió el diputado Quispe en Twitter. Con tales deslindes políticos, es claro que la unidad opositora no ha superado los buenos deseos.

El apoyo de los diputados Quispe y Santamaría a la candidatura de su colega Ortiz les valió la acusación de tránsfugas. Al haber asumido una filiación distinta al partido (UN) con el cual fueron electos, habrían incurrido en transfugio político. Ellos aclaran que siguen en Unidad Demócrata, por tanto, no cambiaron de militancia; tema para el debate. Lo cierto es que este jueves, cumplido el plazo, sabremos si se producen o no nuevas alianzas. Después vendrá el tiempo, ojalá, de los programas de gobierno.