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La Hora del Planeta

Cada año que pasa, fechas como la que ayer se conmemoró en el planeta se vuelven más apremiantes. Y es que pese a los evidentes impactos del cambio climático en las sociedades y en el medio ambiente en general, la mayoría de los gobiernos continúa relegando la lucha contra el calentamiento global, a tiempo de hipotecar el bienestar de las nuevas generaciones.

En efecto, hemos sido testigos de innumerables negociaciones y acuerdos multilaterales para combatir el cambio climático. No obstante, las empresas aún tienen carta blanca para abrir y perforar las tierras, destruir los bosques y quemar el futuro para su propio beneficio. De igual manera, a fin de garantizar la estabilidad de las sociedades y en particular de sus puestos, los políticos continúan subsidiando combustibles fósiles y otras actividades nocivas para el medio ambiente, en lugar de apostar por los recursos renovables y la preservación de los bosques. 

A su vez, la población civil se niega a salir de su zona de confort, y no solo frente a políticas que podrían afectar sus bolsillos como la eliminación de los subsidios a los carburantes, sino también en pequeñas acciones como apagar las lámparas y desconectar los aparatos eléctricos que no están usando, evitar el derroche del agua, reciclar la basura, reutilizar las bolsas plásticas, andar en bicicleta y caminar más para reducir el uso de los vehículos, comer menos carne, apoyar negocios locales, compartir el automóvil, etc. Es decir, acciones cotidianas cada vez más necesarias en un mundo cada vez más caliente, más poblado y con menos recursos.