Voces

Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 13:40 PM

Campañas ‘ad libitum’

/ 7 de abril de 2019 / 04:00

Por norma, la propaganda electoral en actos públicos de campaña debe iniciarse 90 días antes del día de votación, esto es, el 22 de julio. Esa es la ley. Las principales candidaturas habilitadas para los comicios de octubre, en tanto, ya están en plena diligencia: con sentadas en plaza pública, entregando obras, en conversatorios, con fotos tamaño postal, en fin, bailando. Esa es la práctica. Y es normal que así sea. Difícilmente se podrá pedir: señores, repliéguense unos cuantos meses.

Más allá de los tiempos —digamos que estamos en fase de “precampaña”—, propongo considerar tres factores y una innovación. El primer factor es de contenido. La precoz campaña sería hasta bienvenida si, además de promesas, asumiese énfasis programático: ¿qué visión de país tienen las candidaturas?, ¿qué plantean sobre el modelo de Estado?, ¿cuál es su posición acerca del desarrollo?, ¿y respecto a las democracias (en plural)? El actual proselitismo electoral, sin debate, está lejos de eso.

El segundo factor tiene que ver con la difusión. Aquí también hay un plazo establecido en la Ley del Régimen Electoral: la propaganda en medios de comunicación masiva puede difundirse recién 30 días antes de la jornada electoral, es decir, el 20 de septiembre. La norma no dice nada sobre internet y redes sociales digitales, donde ciertamente se librarán las principales batallas propagandísticas, incluidos bulos y otras falsedades. Se trata de una asignatura pendiente en democracia.

Y el tercer factor, siempre crítico, se refiere al uso de bienes y recursos públicos. La prohibición es expresa e inequívoca: ningún servidor público puede hacer campaña o propaganda electoral en instituciones públicas ni, menos, utilizando recursos del Estado. Puede preverse que, en todos los niveles, con delgadas líneas, habrá algo de eso. La norma es laxa en sanciones. Y no parece haber fortaleza institucional para limitar lo que, en la experiencia de otros países, se conoce como “ventajismo”.

¿La innovación? Por efecto de la Ley de Organizaciones Políticas, en las elecciones del 20 de octubre se estrenará el llamado “Fortalecimiento público”. Se trata de la provisión de recursos públicos, administrados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), a fin de garantizar un acceso más equitativo a los medios de comunicación por parte de todas las candidaturas para difundir propaganda. El propósito es impulsar el voto informado. No es un dato/monto menor. Quizás haga la diferencia en estos comicios mediáticos.

FadoCracia romántica

Hubo un tiempo en el que no nos veíamos así, nos veíamos distantes, esos tiempos han acabado”, dijo el gobernante.

—“Bolivia ha cambiado y no es la misma de hace 15 años”, asintió el empresario privado.

Y sonrieron juntos. “Están de besitos”, retrató una periodista independiente (in the pendiente).

—“Proclamamos por unanimidad a nuestro binomio indiscutible”, anunció el dirigente sindical.

—“Estaba convencido de que nunca nos iban a abandonar”, celebró el candidato oficial.

Y hubo abrazos. “Están de ñañas”, graficó un periodista que sabe para quién trabaja.

Triángulo en forma. Ahora falta conciliar el 2% de uno con el 12% del otro en el incremento salarial.

No siempre fue así. Venga el haiku benedettiano: “qué linda época / aquella en que decíamos / revolución”.

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Así no, viceministro enjuiciador

/ 3 de mayo de 2015 / 04:00

Posicionamientos. Cuando en el segundo semestre de 2010 se estaba proyectando y discutiendo la Ley contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, los operadores mediáticos del país manifestaron de diferentes maneras su rechazo a dos artículos de dicha norma. El supuesto, agitado como espantajo, era que se buscaba cerrar medios de comunicación y encarcelar periodistas. El mensaje era inequívoco: la “ley mordaza” atenta contra la libertad de expresión, ergo, no hay democracia.

Con tal convicción, los propietarios de medios y las organizaciones del gremio periodístico, en clave corporativa, desataron la campaña mediática más virulenta en democracia contra una norma. Dicha acción, bien coordinada, incluyó la sincronización de agenda informativa y de opinión, un inédito “portadazo”, movilización callejera, fallida recolección de firmas para impulsar un referendo, huelga de hambre en horario estelar, una iniciativa legislativa y denuncia internacional. Una campaña en forma.

Debo decir que en aquel momento, suscribiendo sin atenuantes la consigna de que “sin libertad de expresión no hay democracia”, asumí como periodista una posición de respaldo a la ley antirracismo y, en consecuencia, critiqué la desproporcionada trinchera adoptada por el gremio. La ley se promulgó. Luego vino su reglamentación (que también intentó ser dinamitada por los medios). Y tras casi un lustro de vigencia no murió la democracia ni se clausuraron medios ni se encarceló a ningún periodista.

El problema fue otro: la flamante norma contra el racismo se pretendió estrenar con distorsiones con cara de vendetta. Veamos: i) Algunos concejales de Oruro acusaron de discriminación al diario La Patria por haberles llamado “concejiles” (relativo al Concejo). ii) La Dirección de Comunicación tildó de racista a un ordinario comentarista cruceño por decir que oficialmente se pasaba la ley por las pelotas. iii) Un exvocal electoral planteó cinco denuncias contra un diario por haber publicado artículos que “mellaron su dignidad”, discriminándolo (sic). iv) Una autoridad de Potosí anunció proceso penal contra un conductor televisivo que recibió una llamada telefónica en la que se la comparó con un animal. v) Un diputado opositor demandó al jefe de bancada del MAS en Santa Cruz por pedir la renovación de la dirigencia cívica con jóvenes en lugar de los actuales “viejos cabeza pelada”.

Qué tal. Todo en nombre de la ley. De antiguo se sabe que entre la norma y su aplicación suelen haber no solo “trampas”, sino también curiosos extravíos. Demás está decir que ninguna de tales amenazas, producidas en 2010, prosperó en los juzgados.  Pero las distorsiones, corre selectivo aprendizaje, se prolongaron en el tiempo; y por cuenta del Viceministro de Descolonización, nada menos, encargado de velar por el cumplimiento de la norma. Señalo tres intentos de fallido enjuiciamiento por “racismo y discriminación”: contra la presentadora Milena Fernández por haber dicho en su programa televisivo que en Carnaval la ciudad de Oruro se pone “fétida”; contra la diputada Norma Piérola por haber dejado toscamente al presidente Morales con la mano extendida, pasándose de largo; contra la periodista Amalia Pando por una torpe expresión, que ella rechazó, de un coronel entrevistado en su programa radial.

Así no, viceministro. Y hago este recuento porque, en serio, la valiosa e imprescindible Ley contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación merece mejores/auténticas causas. ¿Para qué devaluarla con acciones rancias, desubicadas, innecesarias, contraproducentes e inútiles?

Soy un firme convencido de que esta norma constituye un resguardo ineludible contra el racismo y la discriminación realmente existentes-persistentes en el país. Y su potencial es más bien preventivo y educativo que sancionatorio. Ojalá se aplique con blindaje contra tentaciones de represalia, “moralización” y censura.

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Estatuto: la primera batalla de Patzi

/ 5 de abril de 2015 / 04:00

Batallas con/sin música. Cuando todavía era candidato, el recién electo gobernador de La Paz, Félix Patzi Paco, anunció/asumió un desafío que ha reafirmado luego de los comicios: parar la aprobación del estatuto autonómico departamental. Nada menos. Es la primera batalla que habrá de enfrentar. “Hay que luchar para parar (el estatuto), veré cómo hago”, declaró. “Es casi imposible”, le respondió un asambleísta. “El referendo es irreversible”, subrayó el Ministro de Autonomías.

¿Por qué don Félix se compró, para su estreno como primera autoridad de La Paz, semejante batalla? Motivos no le faltan. Asegura que el (proyecto de) estatuto departamental es centralista, mantiene el esquema de la vieja prefectura, genera dependencia respecto al Gobierno central, limita la gestión de recursos propios, no representa bien a las provincias… Claro que, en estos menesteres, no basta ser razonable. Patzi sabe que su afán requiere no solo recursos, sino tiempo. Y no los tiene.

A reserva del debate sobre el contenido del estatuto paceño, la pregunta clave, hoy, es muy simple: ¿se puede dar no uno, sino seis pasos atrás como pretende el gobernador electo? ¿Seis pasos atrás? Veamos: convocatoria a referendo, asignación de presupuesto, constitucionalidad de la pregunta, declaración constitucional del estatuto (primero parcial, luego plena), aprobación del proyecto por dos tercios de la asamblea, elaboración participativa del Estatuto. Tarde, Félix llegó demasiado tarde.

Pero aunque el tiempo estuviese a su favor, resulta evidente que el solariego Patzi —uno de los fenómenos políticos más interesantes de los recientes comicios— no tiene la musculatura suficiente para librar su primera batalla. Para modificar el actual itinerario/rumbo del estatuto necesitaría dos tercios de asambleístas departamentales. Y ni siquiera tiene mayoría. Peor aún: deberá enfrentar un escenario de gobierno dividido con el MAS dispuesto al bloqueo institucional con cara de vendetta.

¿Podrá el flamante gobernador frenar la aprobación del estatuto en el referendo del próximo 12 de julio? Parece remoto. Más todavía si consideramos la tónica anunciada por el seguro presidente de la Asamblea Departamental, Gustavo Torrico: “ponemos música y Patzi baila, la cortamos y Patzi se sienta: es así”. ¡Qué tal! La mayoría azul en la Asamblea tiene un plan: implementar el programa de gobierno de la derrotada Felipa. Y en ello no caben frenazos autonómicos.

Así las cosas, no es necesario abonar pesimismos para prever que don Félix será derrotado en su primera batalla, como señal/anticipo de lo que vendrá. Claro que también puede concentrar todas sus fuerzas, otra vez, en las urnas; esto es, renunciar a parar el referendo y, más bien, hacer campaña por el NO al estatuto. Demás está decir que en este escenario sus posibilidades de victoria son también limitadas. Quizás tenga que buscar rápidamente otra batalla de salida/emergencia.

Como sea, más allá del tropiezo precoz del gobernador electo, lo que debiera preocuparnos a las y los habitantes de La Paz es el contenido del estatuto que, si acaso, habrá de regir nuestro horizonte autonómico departamental. ¿Por qué tendríamos que aprobarlo? El problema es que nos están convocando a una consulta acerca de un estatuto que, por ahora, muy pocos conocen. “No tenemos dinero para la socialización”, lamenta el presidente de la Asamblea. Así no hay autonomía posible.

Volvamos a la batalla inaugural de Patzi Paco. Al calor de la campaña en las elecciones subnacionales ejercitó un curioso salto al año 2019 para anunciar que será el sustituto de Evo. “¿Por qué no?, desafió en un programa televisivo. Habrá que esperar. Claro que, vistas las cosas, antes de su hipotético desempeño en las próximas-distantes elecciones presidenciales, don Félix tendrá que enfrentar al DJ Torrico, un rival inesperado que hoy, desde la Asamblea Departamental, promete hacerle zapatear adobes.

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Una conversa entre Silvia y Boaventura

/ 22 de febrero de 2015 / 04:00

Fue un diálogo inolvidable. Durante casi cuatro horas danzaron palabras. Y los imponentes Illimani y Mururata estuvieron allí presenciando/resguardando el encuentro. El resultado es un grato a la vez que intenso intercambio sobre diferentes temas en torno al proceso boliviano de cambio, el colonialismo interno, las luchas indígenas y campesinas, el vivir bien, el mestizaje —reconvertido por Rivera en la propuesta del ch’ixi—, la democracia intercultural, la ecología de saberes, la búsqueda de alternativas, las epistemologías del Sur…

Me refiero al encuentro entre Silvia Rivera Cusicanqui y Boaventura de Sousa Santos, que forma parte de la serie Conversas del Mundo, una iniciativa del Proyecto ALICE: Espejos extraños, lecciones inesperadas, desarrollado en el ámbito del Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coímbra, Portugal. En estas Conversas, Boaventura dialoga con un(a) intelectual/activista del mundo en torno a emergencias del Sur antiimperial y diversas miradas y prácticas sobre las luchas de emancipación social.

Con la premisa de que la comprensión del mundo excede, en mucho, a la sola comprensión occidental del mundo, estas conversas reúnen a mujeres y hombres de diferentes nacionalidades y experiencias que comparten una lucha común por la dignidad humana. Fueron inauguradas en octubre de 2012 con el diálogo entre Boaventura y el teólogo brasileño Leonardo Boff, en Araras, Río de Janeiro. Luego vinieron otros hasta completar, pronto, con diversidad de voces, una decena de encuentros en todos los continentes.

La Conversa del Mundo en Bolivia se realizó en el Valle de las Ánimas, situado a menos de una hora en taxi desde el centro de la ciudad de La Paz. Para llegar al lugar, hacia el sur, hay que atravesar los barrios de Cota Cota, Chasquipampa y Ovejuyo. Allí el tiempo parece sintonizarse con la quietud/complicidad del vecino mayor: el Illimani. El paisaje es un contraste del intenso azul del cielo paceño, los dos imponentes nevados y todos los colores ocres de los cerros y pastos. Un lugar para aquietar el espíritu. Y para dialogar.

El inicio y el desarrollo del encuentro fueron más bien expeditos. El escenario natural del valle ofrece todas las “locaciones” necesarias para el registro audiovisual. Y el buen clima, apenas sazonado con brisas pasajeras, ayudó mucho. La conversa no tenía formato rígido ni guion cerrado. Solo apuntes para situar y abrir este encuentro de saberes. Así se hizo con el diálogo entre Silvia y Boaventura, ora en movimiento, caminando; ora sentados, lado a lado. Diferentes temas fueron surgiendo de manera informal.

La conversa entre Rivera Cusicanqui y Santos no es reciente. Se realizó en octubre de 2013, en ocasión de la última visita del pensador portugués a Bolivia. Lo novedoso es que ahora forma parte de un libro con muchas voces: Revueltas de indignación y otras conversas, que se presentará la noche de este miércoles 25 en el Musef (La Paz). Luego será difundido en otros países. En el libro está incluida no solo la conversa transcrita y editada, sino también un DVD con el audiovisual de la misma.

Si hasta aquí, lector(a), no está suficientemente motivado para disfrutar sin más demora de esta conversa entre Silvia y Boaventura —sea viendo/escuchando el video, sea leyendo el texto—, le invito a que corra la experiencia. No hay pierde. Las miradas críticas de ambos pensadores, en unos casos encontradas, en otros convergentes, constituyen un apreciable insumo para el necesario debate sobre la esencia y rumbo de nuestro actual proceso de transformaciones sociales y de refundación estatal.

Claro que Rivera Cusicanqui y Santos no están pensando solamente en la Bolivia de hoy, sino que lo hacen en diálogo con la historia, por un lado, y en referencia a otras revueltas de indignación global, por otro. Es el encanto del diálogo, es el poder la palabra.

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18 de enero de 2015: día D

El 18 de enero, pues, es un día simbólico: ora haya referendo AIOC en Charagua, ora se lo bloquee

/ 16 de noviembre de 2014 / 05:25

El próximo 18 de enero es un día fundamental para el Estado Plurinacional de Bolivia. Ese día, domingo, podría realizarse (o no) el referendo aprobatorio del Estatuto de la Autonomía Guaraní Charagua Iyambae. Se culminaría así un largo recorrido para la conformación del primer autogobierno indígena en el país. El 18 de enero, pues, es un día simbólico: ora haya referendo, ora se lo bloquee. La decisión, que no es menor ni de mero trámite o fecha, corresponde al Tribunal Supremo Electoral (TSE).

¿Y por qué, señores del TSE, debiera haber tal referendo el 18 de enero, tal como lo anhelan/exigen las autoridades originarias y la Asamblea Autonómica Guaraní de Charagua? Porque esta Autonomía Indígena Originario Campesina (AIOC), desde hace cinco años, hizo todo lo que había que hacer: aprobó en referendo su conversión en AIOC, conformó su órgano deliberativo, elaboró participativamente y aprobó por unanimidad su estatuto autonómico y, finalmente, obtuvo la Declaración Constitucional plena.

¿Qué sigue? La pronta convocatoria, sin más pretextos ni demora, al referendo aprobatorio que fue solicitado formalmente en junio pasado. En ese momento no hubo respuesta firme del TSE. Se esgrimían tres “trabas” con cara de dilación: la pregunta para el referendo no había pasado el control de constitucionalidad, aún no se contaba con los recursos necesarios para organizar la consulta y, claro, estaba en marcha el calendario de las elecciones generales realizadas el 12 de octubre.

Ahora el camino está despejado. Hace tres semanas, el Tribunal Constitucional Plurinacional declaró la constitucionalidad de la pregunta para la consulta: “¿Está usted de acuerdo con el Estatuto Autonómico Originario de Charagua y su puesta en vigencia?” Poco después, la Asamblea Legislativa Plurinacional sancionó una ley que garantiza la transferencia de recursos. Y la reciente convocatoria a elecciones subnacionales, más que traba, es una razón incontestable para no postergar el referendo.

Hay quienes, por cuestiones pragmáticas, piensan que todos los referendos autonómicos que correspondan debieran hacerse después de las elecciones del 29 de marzo próximo, en el segundo semestre de 2015. Eso es razonable en relación a los estatutos departamentales y las cartas orgánicas municipales. Pero en el caso de los estatutos AIOC el referendo tiene que hacerse antes de los comicios. No solo para cumplir la Constitución y la ley, sino porque no hacerlo resulta contradictorio e ineficiente.

¿Qué sentido tiene, señores del TSE, elegir autoridades municipales “provisionales” (sic) en Autonomías Indígena Originario Campesinas que, como Charagua, Totora Marka y Mojocoya están listas para conformar autogobiernos con arreglo a sus estatutos, esto es, según normas, autoridades, instituciones, saberes y procedimientos propios? ¿Para qué elegir alcaldes y concejales en marzo cuando pocos meses después, como se espera, ya no serán necesarios? ¿A qué tanto recelo-barrera, tanta resistencia?

Más que “decisión”, entonces, lo que corresponde es que las y los vocales del Tribunal Supremo Electoral emitan la convocatoria y calendario para el referendo AIOC en Charagua y encaminen su organización y administración. Se trata, en rigor, de un proceso técnica y operativamente simple: un municipio, pocos votantes, una papeleta… Con el punto a favor de que el Tribunal Electoral de Santa Cruz ha manifestado plena disposición, voluntad y capacidad para llevar a buen puerto la consulta.

El 18 de enero de 2015 es un día clave para el proceso estatuyente de las autonomías indígena originario campesinas en Bolivia. Es también un día fundacional para el horizonte de la nación Guaraní. Y, sobre todo, es un día imprescindible para el Estado Plurinacional (en construcción) y el ejercicio de los derechos constitucionales a la libre determinación y el autogobierno. Ojalá el TSE nos brinde fundado motivo de celebración y no condenable señal de extravío.

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Mueran las encuestas, ¿y la votación?

Lo que declaren los  candidatos presidenciales la noche del próximo domingo es fundamental

/ 5 de octubre de 2014 / 04:30

Si asumimos las sucesivas “fotografías” que, de manera consistente, mostraron las diferentes encuestas de intención de voto, podemos convenir en que no hay mucho margen de incertidumbre respecto al posible resultado electoral del domingo. El re-reelecto presidente Morales ganaría con un porcentaje superior al 60% de votos válidos. Muy lejos quedarían Samuel y Quiroga, en ese orden. Y estaría en riesgo la personería jurídica del Partido Verde, cuando no del MSM. El 12 de octubre ya está aquí.

Claro que no todo está definido. Si bien se espera una amplia participación ciudadana y un reducido porcentaje de votos blancos y nulos, hay duda por ejemplo respecto al peso relativo que tendrá el voto cruzado como posible “desviación”/contrapeso del voto en línea. ¿El MAS-IPSP obtendrá dos tercios de representantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional? No lo sabemos de cierto. Tampoco se conoce quién ganará en el disputado Beni, que podría ser la excepción ante la llamada #OlaAzul.

Y es que más allá de los márgenes de error que registran los estudios de opinión en materia electoral (cuya realización ha sido incluida por primera vez en la normativa electoral), las encuestas son ciegas respecto a los cambios/definiciones que se produzcan desde hoy hasta el día de la votación, en especial con los indecisos. A ello se deben, entre otros factores, las previsibles variaciones que puede haber entre el resultado final del sufragio y las preferencias electorales detectadas por las encuestas.

Como sea, a reserva del debate acerca del peso de la “sondeocracia” en el proceso electoral, llaman la atención algunas reacciones. En general todas las candidaturas afirman que “no creen” en las encuestas, lo cual es comprensible como discurso: el que va primero quiere ganar con más, los otros no admiten su bajo desempeño. Y entonces surgen curiosas interpretaciones sobre el “voto oculto” (sic), la inclinación de los indecisos, el voto útil, los virajes de última hora, “nuestras propias encuestas”…

A esta unión entre empresas encuestadoras y medios de comunicación, que proveen útiles datos para la agenda informativa, debe añadirse el papel de la opinión mediática. Es muy sugerente por ejemplo el modo en que, a partir de las encuestas, más de un analista independiente (in the pendiente, diría Mafalda) exige que la oposición se una “para evitar la catástrofe”. Y plantea fórmulas desesperadas como que “dos renuncien” o, ahora, el tercero “se baje”. Igualito a la Manfredumbre.

Planteo entonces una pregunta ineludible: estos candidatos y analistas que hoy impugnan los datos de las encuestas (diciendo incluso que son “manipuladas”, todas ellas, o “pagadas por el Gobierno”), ¿reconocerán el 12 de octubre el resultado de la votación? Más allá de cómo asuman/justifiquen su derrota (incluida la prometida ingesta de relojes), ¿aceptarán el veredicto de las urnas? Esta cuestión es decisiva para marcar el tono de los andares/andamios del día después.

Hay señales preocupantes al respecto. Algunas voces de la oposición, conociendo la intención de voto expresada en las encuestas, parecen estar abonando “explicaciones” para amortiguar el resultado. Es que el padrón está contaminado, es que los hicieron votar a chicotazos, es que el raquítico pueblo siempre se equivoca, es que hubo fraude, es que no hubo debate, es que aún ganando perdieron, es que los muertos, es que se cayó el sistema, es que no hay democracia, es que… ¿Les suena conocido?

A reserva del resultado de la votación, lo que declaren públicamente los cinco aspirantes presidenciales la noche del próximo domingo es fundamental. Al menos para la futura relación entre el Gobierno y la oposición. Ojalá el horizonte común, sin triunfalismos, libre de miserias, sea la democracia intercultural, esa asignatura pendiente.

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