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Mortal negligencia

De acuerdo con un estudio de la OPS, Bolivia se encuentra entre los 11 países de América con la tasa más alta de mortalidad por hechos de tránsito, con 19,2 personas fallecidas al año por cada 100.000 habitantes. Además de una defectuosa atención médica para las víctimas, problemas de infraestructura y falta de tecnología, esta agencia de las Naciones Unidas advierte que la persistencia de deficiencias en el ámbito de la educación y cultura vial explican estas cifras.

Por ejemplo, no son pocos los conductores particulares y choferes, especialmente de buses interdepartamentales, que gustan de conducir a elevadas velocidades, e incluso en estado de ebriedad. Factores de riesgo que muchas veces se potencian por la falta de mantenimiento y/o la antigüedad de los vehículos. Sin ir muy lejos, un micro con varios años de antigüedad se estrelló ayer contra una vivienda en Villa Copacabana presumiblemente debido a fallas en los frenos. Afortunadamente no se tuvieron que lamentar pérdidas humanas como en otras ocasiones, aunque sí resultaron heridas ocho personas.

Cada vez que ocurren incidentes de este tipo, la población se pregunta sobre la rigurosidad de la revisión técnica vehicular; evaluación que se supone debería garantizar el buen estado de los vehículos y de los motores precisamente para evitar colisiones y el exceso de polución. Sin embargo, accidentes como el protagonizado por el micro de ayer, así como la gran cantidad de vehículos que circulan emitiendo gases contaminantes ponen evidencia que hoy por hoy la revisión técnica es un mero trámite para recaudar recursos.