Por una educación inclusiva en Bolivia
La educación inclusiva se ha extendido y ha comenzado a generar resultados de alto valor educativo y social.
La educación inclusiva es parte de la revolución educativa presente en el Plan Sectorial, y desarrolla la estrategia de “equidad y oportunidad” para hacer realidad una educación para la diversidad, principalmente de las poblaciones vulnerables que en gestiones anteriores fueron ignoradas en su derecho a la educación. Así, en Bolivia, la educación inclusiva se ha extendido y ha comenzado a generar resultados de alto valor educativo y social, principalmente en el ejercicio del derecho a la educación de personas con discapacidad. Veamos algunos indicadores que respaldan esta afirmación.
Según informe de la reforma educativa desarrollada en el país como parte del modelo neoliberal entre 1994 y 2005, en 2002 (última gestión que la reforma educativa reporta información estadística) en el sistema educativo había 4.252 personas con discapacidad matriculadas, mientras que en la gestión 2018, es decir en el periodo de la revolución educativa, la matricula se incrementó a 22.251 personas. De esta cifra, más de 500 estudiantes reciben educación en su casa, pues manifiestan una discapacidad grave o muy grave. Se trata de personas que en periodos anteriores no podían asistir a las escuelas por su situación de salud, pero que ahora sí reciben una educación gracias a la implementación, desde 2016, del programa “Educación Sociocomunitaria en Casa”.
Un rápido ejercicio aritmético demuestra que de 2002 a 2018 la cantidad de estudiantes con discapacidad que fueron o son parte del sistema educativo se multiplicó por más de cinco veces. Conforme a la Ley de Educación 070 Avelino Siñani-Elizardo Pérez, hoy la educación inclusiva constituye una de las bases y principios de la educación boliviana, generando una estructura y gestión educativa e institucional favorable para su desarrollo.
Es más, el Decreto Supremo 29894, del 7 de febrero de 2009, crea por primera vez en Bolivia y de forma pionera en América Latina una repartición estatal para desarrollar acciones en favor de la educación inclusiva de personas con discapacidad: el Viceministerio de Educación Alternativa y Especial.
En los hechos, de un trabajo asistencial y disperso principalmente en el área educativa-curricular, desde 2013 por primera vez en la educación boliviana se comienzan a aplicar los “lineamientos metodológicos y curriculares para la educación inclusiva en el ámbito de la educación especial”, con currículos específicos y guías metodológicas.
Desde hace cuatro años, el sistema educativo cuenta con al menos un 80% de maestras y maestros especialistas en educación especial. Por otro lado, el salario se incrementó, al pasar de 72 horas de trabajo por mes a 108 horas. La cantidad de maestros y otro personal también registró importantes avances. Mientras en 2002 el ámbito de educación especial contaba con 678 maestros y administrativos, en la actualidad cuenta con 1.732 maestros y administrativos; es decir, más de 2,5 veces.
En la actualidad, existen más de 160 Centros de Educación Especial, mientras que en 2002 solo funcionaban 102 instituciones especializadas en la atención educativa de personas con discapacidad; es decir, se han incrementado en más del 56%. Aún más, la mayoría de los centros de recién creación se han ubicado en las áreas rurales, algo que no ocurría en gestiones anteriores. Los resultados son significativos, y al menos invitan a conocerlos y analizarlos para emitir criterios sobre la situación de la educación inclusiva en el país. Invitadas e invitados están…
* Educador, viceministro de Educación Alternativa y Especial.