A propósito del artículo Mesa: estudio de mercado y demagogia de Sergio Velasco, publicado en la sección opinión de este medio el 4 de abril de 2019, el cual indica que el candidato Carlos Mesa estaría emprendiendo una gira por Bolivia con el objeto de “recolectar datos” en una suerte de “estudio de mercado” que pueda servirle para recurrir a la “demagogia” en campaña, creo que es muy necesario realizar algunas consideraciones importantes.

Sería importarte recordarle al autor algunos eventos que sí se asemejan más a lo que aquella columna trata de conceptualizar como “marketing demagógico”, y que caben más en el ámbito de la estrategia de comunicación que el MAS ha implementado en los últimos 13 años. Podríamos partir recordando la vez que el vicepresidente, Álvaro García Linera, regaló una manzana mascada a una señora que pedía dinero en la calle. En ese momento no leí quejas sobre quién asesora al Vicepresidente, sino regocijo en el oficialismo por su altruismo y generosidad.

Tal vez sería igualmente conveniente volver un poco más atrás y recordar cuando el Presidente al fin “descubrió” las tradiciones del carnaval cruceño (sí, en sus propias palabras, “descubrían” a la otra mitad del país después de más de una década de gestión). Bailando con mises, mojándose y usando el traje típico de las comparsas.

También, cuando Gabriela Montaño fingió ser oculista, cuando Ariana Campero simuló poner una vacuna; cuando el “Gringo” Gonzales se puso pollera, cuando los militares usaron ponchos rojos encima de sus uniformes, o cuando García Linera se “mimetizó” con las vestimentas locales, desde Raqaypampa hasta Omasuyos, desde el Chaco hasta la Amazonía, profetizando el apocalipsis y mandando a pensar en el “Presidente-salvador” antes de dormir.

En todos aquellos sonrojantes momentos no leí quejas por parte del MAS y sus allegados sobre que estas puestas en escena sean “puro marketing demagógico”, sino solamente loas y aplausos a propagandas y publicidades evidentemente mal pensadas y peor montadas. No, eso debe haber sido una “pulsión legítima”, venida directo del corazón inmaculado de quienes se pasean el día a día con costosos trajes repujados en oro y plata con tela inglesa-italiana de corte europeo. Si el autor gusta escribir de “demagogias” y “espejos aduladores”, para muestra basta un botón que ya tiene 13 años.

Carlos Mesa fue presidente de Bolivia, no tiene necesidad de “estudiar” nuestros usos y costumbres, ya los conoce. Ha recorrido el país incontables veces, ha hecho documentales, ha realizado entrevistas y ha escrito cerca de dos docenas de libros sobre nuestro país, lo cual no es ningún marketing, como sí lo es decir que uno ha leído 25.000 libros.

Carlos se pone el poncho en señal de respeto y agradecimiento a las 20 provincias de La Paz. Carlos asiste a la cosecha de la papa porque una persona de la comunidad se lo pidió personalmente (me consta, yo estaba ahí cuando humildemente se le acercó durante la conmemoración del 21F de este año).

Carlos sabe de las repercusiones mediáticas (ha estado en medios toda su vida), pero le tiene sin cuidado que se piense que fue a la cosecha por “marketear”; asistió porque sabe que para los comunarios la cosecha de su papa es uno de los momentos más importantes del año, y querían compartirlo con la persona por quien va a votar en estas elecciones. Si tildas de demagogia lo que no es, y callas frente a lo que sí es, ¿quién es el demagogo?

* Vocero de Comunidad Ciudadana.