Patrimonios naturales
En La Paz las nuevas urbanizaciones no respetan ni siquiera el sector normado para los jardines y áreas verdes.
Hace algún tiempo escribimos sobre la necesidad de dar mayor importancia al cuidado del patrimonio natural de esta ciudad, ya que forma parte de la vida urbana. Sin embargo, pareciera que esa toma de conciencia está muy lejos, pues cada vez se construyen más inmuebles en terrenos destinados a áreas verdes.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) determinó en 1972 que los lugares naturales y culturales sean emblemáticos en el planeta, pero hoy pareciera que aquello ha quedado en el papel, o quizá se requieren medidas correctivas para materializar este importante consejo.
Como un ejemplo para el resto del planeta, hay ciudades que desde hace años, además de exigir el respeto a las áreas verdes públicas (como bosquecillos, parques urbanos y demás), cuentan con edificaciones denominadas “verdes”, en las que la naturaleza forma parte de sus fachadas, terrazas y otros, recurriendo para ello a materiales inocuos de bajo impacto ecológico.
En cambio, en La Paz algunas de las nuevas urbanizaciones no respetan ni siquiera el sector normado para el equipamiento, que exige un porcentaje de terreno específico destinado para las áreas verdes y recreativas de los niños. Dichos sitios son invadidos para proyectar nuevos lotes, olvidando que cada estructura espacial urbana debe considerar como un área vital aquella destinada al sector verde, ya que colabora en elevar la calidad de vida de la población.
Lo lamentable y preocupante es que esas urbanizaciones incluso invaden los espacios públicos libres destinados al esparcimiento del habitante, desconociendo que éstos forman parte del patrimonio e imagen natural de la ciudad. Por tanto, el hecho de usufructuar con el costo de la tierra hace que una urbanización, al momento de proyectar sus espacios habitacionales, omita los sectores destinados a las áreas verdes pasivas (bosques) y activas o recreacionales de esparcimiento (jardines, plazas y parques).
De ahí que sea necesario recordar que toda estructura espacial urbana debe cumplir obligatoriamente con las normas municipales, las cuales exigen sectores destinados a los distintos equipamientos, como áreas abiertas y libres que abarcan las arborizaciones, a fin de dotar lugares fundamentales para la salud de la población.
No obstante, al invadir espacios con el trazo de nuevos terrenos también se olvida el significado de los árboles, cuya principal característica es la purificación del aire, que ayuda a generar un medio ambiente mucho más limpio. Asimismo, contribuyen a luchar contra el cambio climático y suponen un refugio para la biodiversidad.
Para toda nueva urbanización el respetar y cumplir las normas sobre espacios verdes públicos no es una opción (la cumplo o no), sino una obligación, destinada a resguardar el medio ambiente. Con toda razón, expertos y estudiosos del área afirman que si esto último no se cumple, dicha omisión formará parte de las desventajas ambientales y sociales, pues en toda ciudad las áreas verdes son, por una parte, los pulmones citadinos que contribuyen a la interacción social y, por otra, un frente a la contaminación acústica.
* Arquitecta.