Icono del sitio La Razón

Un Acuerdo Verde Real, con resultados reales

A continuación menciono algunas noticias de las que quizá no se enteraron. El sudeste de África se vio afectado en marzo por un ciclón que, según representantes de las Naciones Unidas, fue uno de los peores desastres climáticos que jamás hayan golpeado el hemisferio sur. La tormenta arrasó Mozambique, Malawi y Zimbabue, y mató a cientos de personas. Mi amigo Greg Carr, quien dirige el Parque Nacional Gorongosa en Mozambique, me dijo que los leones, los elefantes y las cebras presintieron que llegaría la tormenta y se fueron a un terreno más alto para evitar la inundación. Entre los sobrevivientes, muchas personas perdieron sus casas y muchas aves, sus nidos y huevos.

Mientras ocurría este desastre climático histórico, Donald Trump instaba a los republicanos a no acabar con la propuesta del Nuevo Acuerdo Verde de los demócratas, no porque el Presidente quiera trabajar con el plan, sino porque quiere encabezar la campaña en su contra en 2020. Trump quiere tomar el Nuevo Acuerdo Verde, copatrocinado por el senador Ed Markey de Massachusetts y la representante Alexandria Ocasio-Cortez del Bronx, y burlarse de su aspiración a descarbonizar de manera urgente nuestra red eléctrica, el sector del transporte, las industrias y los edificios; en combinación con programas para asegurar que todos los estadounidenses puedan tener un empleo, acceso a la atención médica y “vivienda segura, asequible y adecuada”, así como otros beneficios sociales.

“Los que quieran burlarse de esto pueden reírse, pero sus nietos no lo harán”, fue la réplica de Alexandria Ocasio-Cortez. Tiene razón. Y dada la alternativa entre un Nuevo Acuerdo Verde, que tiene como propósito procurar la justicia para todos, y el “Nuevo Acuerdo Negro” de Trump, que protege la contaminación rentable para el 1% más adinerado de la población, me quedo con el verde. Sin embargo, mi razonamiento me dice que no se puede transformar nuestro sistema de energía y nuestro sistema social/económico a escala a la vez. Debemos dar prioridad a la energía/el clima. Porque, para el medioambiente, más tarde será demasiado tarde. Más tarde ya no es una opción.

Y si los demócratas adoptan el enfoque adecuado al respecto, con una ráfaga de anuncios políticos combinados con una estrategia ecológica dirigida, como el Acuerdo Verde Real propuesto por Ernie Moniz, el secretario de energía de Barack Obama; y Andy Karsner, el subsecretario de energía encargado de las energías renovables durante el gobierno de George W. Bush, pueden obtener una victoria gracias a este tema en 2020 y hacer que Trump sea el hazmerreír de todos.

Estos son los tipos de anuncios políticos que yo lanzaría: el Informe de Energía y Empleo en EEUU de 2017, del Departamento de Energía, reveló que la energía solar estaba empleando a más trabajadores que las industrias tradicionales del carbón, el gas y el petróleo juntas. No obstante, Trump dice que prefiere la hermosa y grande industria del carbón. ¿Cómo se sienten tus hijos al respecto?

El núcleo del sistema de energía eólica de EEUU actualmente son los estados de Texas, Oklahoma, Kansas, Wyoming, Dakota del Norte y Iowa, que votaron por Trump en 2016. Sin embargo, Trump dice que el ruido de las turbinas de viento “provoca cáncer”. ¿Le creen? El ciclón Idai devastó algunas de las zonas silvestres más grandes de África. A Trump le importa un pepino. ¿A ti? Porque si hay otra década de tormentas como esa, los únicos leones, elefantes y cebras que verán tus nietos serán los de las películas de Disney.

Newsweek acaba de informar que un estudio publicado en la revista Nature halló que el crecimiento de coral nuevo en la Gran Barrera de Coral en Australia, una de las verdaderas maravillas naturales de nuestro planeta, “disminuyó un sorprendente 89% después de dos graves sucesos de blanqueamiento masivo en 2016 y 2017, que fueron causados por aumentos importantes en la temperatura del agua. Los dos sucesos de blanqueamiento fueron los peores en la historia conocida, lo cual llevó a la destrucción del coral en muchas regiones de los 3.800 arrecifes individuales que conforman el sistema de arrecifes más grande del mundo”. Tus nietos quizá nunca verán un arrecife coralino de verdad. A Trump le importa un comino. ¿A ti?

Yo atacaría a Trump con esta información, pero solo será eficaz si se combina con un Acuerdo Verde Real. Para Moniz y Karsner, eso implicaría que todos los estados o ciudades adoptaran su propia versión de un plan llamado S.B. 100 que California aprobó el año pasado. Este plan, encabezado por el senador estatal Kevin de León (un héroe no reconocido del movimiento ecológico), recomienda que las empresas eléctricas aumenten de manera constante la electricidad libre de carbón en su red hasta que alcance el 100% en 2045.

Un Acuerdo Verde Real sería una iniciativa nacional para inspirar y permitir que los demócratas y los republicanos sensatos ideen versiones estatales y locales del S.B. 100, y de ese modo estimulen la carrera terrestre —y no espacial— de EEUU para lograr que las emisiones netas de energía sean nulas en todo el país para 2045, o antes. Podría obtener mucho apoyo del Partido Republicano en los estados de energía eólica, los negocios podrían ganar dinero con él y pondría a Trump totalmente a la defensiva. Como Moniz y Karsner escribieron en CNBC.com: “Tanto los negacionistas del clima como aquellos con soluciones reconfortantes pero poco prácticas y de corto plazo nos desvían hacia los lados cuando lo que necesitamos es avanzar”.

Repito: más tarde será demasiado tarde. Así que permítanme terminar donde comencé, con Greg Carr en el Parque Gorongosa de Mozambique, que ha estado protegiendo a los animales salvajes que viven en sus 404.685 hectáreas de naturaleza y a las 200.000 personas que viven en sus alrededores. Primero que nada, señaló Carr por teléfono, “casi la mitad del parque Gorongosa ahora es un lago” gracias al ciclón Idai, pero sus árboles y suelos “funcionaron como una esponja gigante y absorbieron toneladas de agua”, así que la inundación de las comunidades río abajo no fue tan grave como pudo haber sido. Los parques mitigan los extremos climáticos. “Los huracanes serán más problemáticos, y la solución es tener más naturaleza. Estoy hablando con el Gobierno acerca de crear otras 101.171 hectáreas de conservación de humedales al sur para absorber más agua, pues este no será nuestro último ciclón”.

También fueron los 260 guardas forestales de Carr quienes entregaron 45.359 kilogramos de alimentos, equipos de rescate y nuevas semillas para volver a sembrar los cultivos inundados a todos los aldeanos de los alrededores (para ayudar, visita gorongosa.org/cyclone_relief_fund). Carr quiere que los parques nacionales de África dejen de ser solo sitios turísticos y se transformen en motores de desarrollo económico, esponjas que absorban el cambio climático y brigadas de primera respuesta en caso de desastres.

Las ciudades costeras bajas en Estados Unidos deberían hacer lo mismo. Nueve de cada 10 hogares en Beira (la cuarta ciudad más grande de Mozambique, en su costa) quedaron devastados por Idai. Gorongosa se encuentra río arriba desde Beira, y absorbió suficiente agua para prevenir que la ciudad portuaria fuera borrada de la faz de la tierra, comentó Carr. Si se formula y dirige de manera adecuada, un Acuerdo Verde Real podría quitarle esa sonrisita a Trump.

* Columnista de opinión de asuntos exteriores del The New York Times. Ha ganado tres Premios Pulitzer, autor de siete libros, incluido ‘From Beirut to Jerusalem’, que ganó el National Book Award. © The New York Times, 2019.