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Los ‘demócragolpistas’

Marx decía que la historia se vivía como tragedia y luego como comedia. Esta frase describe lo que hoy vive Venezuela, asolada por un feroz bloqueo económico, hostigamiento diplomático e intromisión en sus asuntos internos por parte de potencias interesadas en disponer de su petróleo como lo hacían en el pasado. En abril de 2002, incitados por las grandes redes de televisión y algunos militares se produjo el golpe de Estado que temporalmente llevó al poder a Pedro Carmona, principal dirigente de la cámara de empresarios privados de venezuela. La tragedia cobró varios muertos y después de dos días de secuestro, el pueblo en las calles arrinconó a los golpistas y recuperó la democracia.

Hoy algunos forajidos como Leopoldo López y Juan Guaidó, recurriendo quién sabe a qué artimañas, han logrado engañar a algunas decenas de militares que se apostaron sobre un puente en el exclusivo barrio de Altamira de Caracas, cerca de la base militar La Carlota, pretendiendo asumir el Gobierno por las armas. Esta intentona golpista, que pretendía ser acompañada por movilizaciones sangrientas, no ha tenido eco en las Fuerzas Armadas de Venezuela, y generó grandes movilizaciones ciudadanas en contra de la asonada.

Lo patético es que los supuestos demócratas, los mismos que apoyaron al golpe de Pedro Carmona en 2002 (Jorge Quiroga por ejemplo) son los mismos que hoy, a nombre de la democracia, justifican un golpe militar. La comedia de un presidente al que nadie eligió, que pisotea la soberanía de su país, por increíble que parezca tiene el apoyo de aquellos que se mojan la boca con la palabra democracia, cuando o no la entienden o conscientemente saben lo que significa y, por tanto, la combaten pretendiendo que la defienden.

Los voceros de Donald Trump en la región (Jair Bolsonaro, Mauricio Macri, Sebastián Piñera) por supuesto han apoyado el golpe militar. La nota de dignidad la dio el Gobierno español, que a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores ha manifestado que “España en ningún caso apoya ningún golpe de Estado”. Lo cómico de estos sucesos que no alegran a nadie es leer en las redes a los fascistas que se limpian la boca sin haber comido el pan. Los medios de comunicación que forman parte de la conspiración contra la verdad no han dudado en llamar dictador a Nicolás Maduro, y en calificar de “democrático” el fracasado cuartelazo. Estos medios tienen experiencia, ellos legitimaban en sus páginas a René Barrientos, Hugo Banzer y Luis García Meza en el pasado. Por lo tanto, no es raro leer en las redes la opinión de tanto desubicado que dice defender la democracia apoyando un golpe. Como decía Pulitzer: “Con el tiempo, una prensa mercenaria, corrupta y cínica crea un público vil, como ella misma”. 

* Abogado.