Adopciones más expeditas
Hoy en día quienes desean acoger a niños huérfanos deben esperar más de dos años para completar este proceso.
Días atrás, en ocasión de la conmemoración del Día del Niño, el Ejecutivo promulgó la Ley 229, que contempla varias disposiciones orientadas a agilizar las adopciones. Se trata sin duda de una excelente iniciativa, que ojalá vaya más allá del papel, por cuanto apunta a solucionar uno de los efectos más nocivos de la burocracia en el país.
En efecto, como bien se sabe, hoy en día quienes desean acoger en sus hogares a bebés o a niños huérfanos deben esperar más de dos años para completar este proceso. Esto debido a los complejos requisitos judiciales y talleres que se exigen para realizar este trámite, pero también por la indulgencia de los funcionarios responsables de realizar esta tarea. Por caso, suelen devolver los trámites cuando los sellos no están en el lado correcto del papel, cuando el fondo de las fotografías no es el requerido, o incluso cuando la tapa de los fólderes no tienen la “consistencia suficiente”, tal como le ocurrió por ejemplo a una pareja entrevistada por La Razón al adoptar a su primer hijo y que ahora busca ampliar su familia.
Quienes alguna vez han atravesado este proceso consideran que el “celo” por hacer cumplir a cabalidad los requisitos burocráticos (muchos de los cuales son manifestados solamente después de que el trámite ya ha sido presentado) se debe a que abre la oportunidad para que los funcionarios y abogados reciban un “reconocimiento” a fin de asegurar un trámite expedito, pese a que este proceso debería ser completamente gratuito.
Como es de suponer, debido a estas y otras trabas, no son pocas las parejas que desisten en su afán por adoptar a un infante. Y para colmo de males, diferentes estudios alertan que son muy pocas las familias bolivianas que se decantan por acoger a huérfanos mayores de dos años. Cosa que no sucede por ejemplo con las familias extranjeras. Las cuales sin embargo no suelen permanecen en el país el suficiente tiempo como para cumplir con todos los requisitos exigidos. Lo cual en los hechos condena a cientos de niños y niñas a vivir sin la protección ni el amor de una familia.
Por ello, la promulgación de la Ley 229, que fija plazos y acorta el tiempo para los trámites de adopción y mejora los procedimientos para acoger de manera temporal a los niños en estado de orfandad, constituye sin duda un excelente la noticia. Más aun tomando en cuenta que la infancia es una de las etapas más importantes para el desarrollo de las personas, por cuanto es en este periodo en el que se establecen los esquemas básicos para comprender y actuar en el mundo.
Tampoco sobra recordar que el interés superior de los niños debiera primar en las leyes y en la labor de las instituciones gubernamentales. De allí la importancia de reducir al máximo el tiempo desde que una familia decide adoptar a un menor y el día en el que este anhelo se concreta.