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Rememorando a Cerruto

Desde hace varios meses, el colectivo Nexus organiza recorridos culturales en el Cementerio General dedicados a temáticas y personajes específicos, y este sábado será el turno de Óscar Cerruto. Se trata sin duda de una elección más que acertada, por cuanto este escritor y diplomático paceño, que nació el 13 de junio de 1912 y falleció en 1981, es considerado uno de los principales artífices de la literatura boliviana del siglo XX.

Como pocos, Cerruto ensayó diferentes géneros literarios con igual maestría, lo que le valió no solo elogios, sino también innumerables seguidores. A los 22 años publicó su primera novela, Aluvión de fuego (1935). Obra que si bien no logra sortear los vicios del relato social típico de la época (la historia se centra en el sacrificio del protagonista que decide renunciar a su alcurnia y morir junto a los desposeídos, para dar lugar al nacimiento de una nueva sociedad) ya manifestaba rasgos de la genialidad de Cerruto, riqueza verbal que posteriormente se consolidaría en sus cuentos y poemas.

En efecto, la publicación en 1958 de Cerco de penumbras representa un punto de inflexión dentro de la producción artística nacional, en tanto sus relatos logran trascender el estado de letargo en el que se encontraba la literatura boliviana por aquel entonces, resultado de su apego a la realidad y la preponderancia del contenido por encima de la forma. Su poesía, que se inicia un año antes con Cifra de las rosas y siete cantares (1957), acompaña esta “revolución estética” digna de reconocimiento.