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Monday 10 Feb 2025 | Actualizado a 06:08 AM

Tráfico de fármacos: mercaderes de la muerte

Los fármacos adulterados, fabricados en un 90% en India y en China, causan 116.000 muertes al año solo en el África.

/ 4 de mayo de 2019 / 03:55

Últimamente se ha puesto en evidencia el alcance del flagelo sanitario más grave de nuestro tiempo: el comercio de fármacos falsificados, cuyo tenebroso efecto es la muerte de centenas de miles de personas. El Instituto de Seguridad Farmacéutica (PSI) estima que esta actividad ilícita mueve aproximadamente $us 200.000 millones al año, o sea, el 20% del comercio mundial del sector.

Los fármacos adulterados, ya sea que se trate de moléculas originadoras o genéricas, son fabricados en un 90% en India o en China. Su radio de acción cubre desde costosas medicinas para combatir el cáncer hasta banales calmantes, pasando por la muy solicitada Viagra, que son vendidos a bajo precio. Maléfica tarea cuyo rendimiento mercantil es 10 o 20 veces superior a similares trasiegos de cigarrillos, heroína o cocaína.

El Instituto Internacional de Investigación Antifalsificación de Medicamentos (IRACM) afirma que una inversión de $us 1.000 en este rubro rinde hasta $us 500.000 de beneficio. Este fenómeno mundial, que hace pocos días se detectó también en Bolivia en gran escala, es una clara muestra de la alerta lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), respecto a que los países periféricos son los más afectados, por cuanto concentran del 30% al 60% de ese nefario mercado. En estas naciones, una de cada 10 medicaciones es de inferior calidad o simplemente es falsificada, porcentaje que en África trepa a siete de cada 10.

Y para colmo de males, estos productos no solo se expenden en los puestos callejeros, también han sido detectados en farmacias autorizadas y hasta en hospitales. Ni siquiera en Estados Unidos se ha podido controlar totalmente ese crimen. De acuerdo con el PSI, en el país del norte tan solo en 2017 se han registrado 1.677 incidentes de este tipo. El florecimiento de ese tráfico prospera en gran medida gracias a internet, cuyas ofertas en línea han acarreado el año pasado, según Interpol, el cierre de 3.671 sitios web, el arresto de 859 individuos y la confiscación de 500 toneladas de medicinas ilícitas.

Los infames falsificadores no tienen escrúpulos para jugar con la vida de los consumidores. Sus obleas desprovistas de moléculas activas o insuficientes cantidades contienen a veces sustancias tóxicas o almidón de maíz, de papas o simple yeso. Y los ingenuos pacientes ingieren esas píldoras sin percatarse que no pueden prevenir ni tratar la enfermedad que padecen, alerta la OMS.

Con ello, la patología que sufren se agrava e impulsa el número de fallecimientos, sin contar los costos onerosos para las familias y los servicios de salud pública. Para que el lector tome nota de la envergadura de esta catástrofe planetaria, amerita citar que estos fármacos falsificados causan 116.000 muertes en el África cada año. La Universidad de Edimburgo añade que de 72.000 a 169.000 niños menores de cinco años fallecen cada año como consecuencia de la utilización de antibióticos falsos.

En 2016 se comprobó que el 55% de los medicamentos falsificados o adulterados provenían de China, cuyo mercado interno incluso confrontó varios escándalos por la leche infantil contaminada y las vacunas inoperantes contra la difteria, el tétanos y la poliomielitis. Cuando la alarma roja ha sido lanzada en Europa contra la producción farmacéutica china e india, asombra que en Bolivia se gestione la implantación de firmas de esa procedencia, apuntadas como de alto peligro.

Todas las informaciones señaladas anteriormente y la reciente ocupación de depósitos clandestinos de fármacos falsos detectados en La Paz deberían servir de antecedente para considerar este tipo de tráfico en la categoría de asesinato premeditado contra la salud del pueblo, pues la incertidumbre acerca de la legitimidad de un fármaco hoy en día se torna dramática. Por otra parte, la proliferación de farmacias en nuestro medio se explica, justamente, a que el débil o ningún control científico existente permiten que ese mercadeo de la muerte sea mucho más rentable incluso que el narcotráfico o el mero contrabando de artículos de consumo doméstico.

* Doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia

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Trump: la oligarquía imperial

Carlos Antonio Carrasco

/ 1 de febrero de 2025 / 06:00

Parece que el expresidente Biden no exageró cuando en su mensaje de despedida advirtió que una oligarquía estaba apoderándose del país, pues no solo se trataba del inefable Elon Musk, el hombre más rico del mundo, como cogobernante ad-hoc, sino también de esa docena de billonarios que tomaron puestos de alto mando o de simples consejeros con capacidad de decisión. El término “oligarca” adquirió aroma peyorativo en Rusia, cuando luego de la implosión de la Unión Soviética, amigos del nuevo gobierno se repartieron empresas estatales y otras fuentes de dinero fácil que los convirtió en corto tiempo en acaudalados personajes.

Quizás no sea el caso estadounidense, pero la figura aparente es la misma: gente altamente adinerada que además acumulará señorío político. Muchos de ellos incluso se mudaron a vivir en Washington, donde escogieron mansiones de gran valor como, por ejemplo, Howard Lutnik, nombrado secretario de Comercio, que, se dice, pagó 25 millones de dólares por aquella casa estilo francés. Otros no necesitarán habitar en la capital para saborear las mieles del poder, como Charles Kushner, suegro de Trump, quien será embajador en París.

Entretanto, los primeros decretos trumpistas, tanto de alcance interno como externo, tuvieron un efecto sísmico en el planeta. Al interior, medidas aparentemente cosméticas como la identidad sexual, hasta la fobia antimigratoria que se viene desatando de manera inclemente, como la reciente crisis con Colombia, en que la voluntad de la Casa Blanca se impuso por encima de los trinos soberanistas del humillado presidente Gustavo Petro.

En el plano internacional, después de sus agresivas declaraciones, invocando el Destino Manifiesto, se aguarda el seguimiento de las acciones correspondientes, entre ellas la intención de revertir el tratado Torrijos-Carter, que otorgaba a Panamá soberanía plena sobre el canal. Aparte de los precipitados deseos de comprar Groenlandia o anexar a Canadá como el 51 estado de la Unión, se percibe que Trump usará la herramienta expeditiva de la “diplomacia bulldoser” al elevar las tarifas aduaneras a los productos de importación para obtener los resultados que se propone. Ello podrá funcionar en ciertos casos, pero no en todas las situaciones, que provocarían graves medidas de retorsión tratándose, por ejemplo, de la Unión Europea o de China, muy temerosos del estilo impredecible del que se jacta Trump.

En el área geopolítica, su incursión en la negociación del alto al fuego en la Franja de Gaza, fue positiva, aunque ahora libere el envío a Israel de las poderosas bombas de 2.000 libras sin objetivo conocido. Su vaga idea de trasladar la población palestina a países árabes vecinos, es simplemente quimérica. En cuanto se refiere a su mentada tratativa para la paz en Ucrania, aún se espera que el anunciado diálogo personal con Vladimir Putin produzca benéficos resultados.

En suma, antes del fatídico término de los “cien días”, ya se puede vislumbrar el horizonte de las aspiraciones de Donald J. Trump: no solamente hacer grande América otra vez (MAGA), sino también recurrir a todos los medios para proyectar desde su republica oligárquica la imagen del emperador todo poderoso a nivel mundial.

*Es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia

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Brasil: la daga verde-amarilla

/ 18 de enero de 2025 / 06:00

Recordando que el 8 de enero de 2023, una importante masa humana de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, luciendo camisetas verde-amarillas irrumpieron en Brasilia, ocupando los tres palacios sede de los poderes del Estado, en lo que aparentó ser un golpe contra el flamante presidente Luiz Ignacio Lula da Silva, el New York Times comenta el informe de 884 páginas elaborado por la Policía Federal brasilera acerca de las investigaciones realizadas en estos dos últimos años sobre esos hechos. Sorprende en ese documento la meticulosidad de los planes que tenían los subversores para conseguir sus nefandos objetivos. Aquellos incluían el asesinato de Lula, de su vicepresidente Geraldo Alckmin y del juez Alexandre de Moraes. Un total de 37 personas figuran indiciadas en la pesquisa, incluyendo al propio Bolsonaro que, a la sazón, se hallaba exilado en la Florida. Las averiguaciones fueron facilitadas por cuanto a los complotados se les ocupó un documento titulado “La daga verde-amarilla” en alusión a la bandera nacional. Allí se detallaba el armamento requerido para la misión: una ametralladora, lanza-granadas, un lanza-roquetes, todo para asegurar al 100% el éxito. Sin embargo, se anotaba que como alternativa —en caso dado— se contemplaba el envenenamiento de Lula. También, en el plan se revela que un decreto, oportunamente aprobado, suspendería los poderes de la Corte Nacional Electoral, posibilitando que Bolsonaro retome el cetro presidencial. ¿Pero… qué falló? Al parecer, si bien el comandante de la Marina estaba firme, sus homólogos del Ejército y de la Fuerza Aérea se retractaron a último momento. La imputación a Bolsonaro dice textualmente que él “planificó, actúo y estuvo directamente al tanto de las acciones de esa organización criminal decidida a cometer un golpe de Estado para eliminar la democracia”. Aunque el implicado niega esos cargos, su condena estaría próxima.

Los hechos antes descritos en el autorizado rotativo americano, llaman la atención por la analogía con el asalto al Capitolio, protagonizado por seguidores de Donald J. Trump, el 6 de enero de 2021, cuyos cabecillas fueron juzgados y condenados, lo mismo que el propio Trump acusado de instigar esa asonada. No escapa a la memoria tampoco la admiración que el brasilero sentía por su mentor americano, al extremo de hacerse llamar “el Trump tropical”.

El análisis del Times termina haciendo alusión a que desde 1889 ocurrieron en Brasil nueve intentos de golpes militares, de los cuales cinco fueron victoriosos, particularmente el doble decenio de dictadura militar que acabó en 1985 y que, dado el permanente descontento castrense con la administración de Lula, no se puede asegurar que una acción militar no suceda otra vez, antes de las elecciones presidenciales programadas para 2026.

Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia.

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2024: el año horrible

Carlos Antonio Carrasco

/ 4 de enero de 2025 / 07:17

Felizmente dejamos atrás el horrible año en que se sucedieron no solamente innumerables catástrofes naturales en diversas zonas del mundo, debido a los negativos efectos del cambio climático, sino que también por la mano humana se añadieron miles de víctimas por las guerras en curso y otras convulsiones sociales. El conflicto absurdo que se libra entre Rusia y Ucrania entró en su tercer año sin que se vislumbre una avenida hacia la paz. Mientras Moscú ensaya nuevas armas tremendamente mortíferas como la Oreshnik, las potencias occidentales que estimulan a Kiev en aquel conflicto le siguen aportando material bélico, copiosa ayuda financiera y soporte diplomático, eso sí, evitando intervenir con combatientes en tierra, porque como en tantos conflictos Occidente prefiere regalar las bombas y los dólares, pero ningún soldado. En este caso, el casi millón de muertos entre los dos bandos son jóvenes ucranianos y rusos que se baten ingenuamente por un pedazo de tierra con fronteras borrosas e imaginarias.

Lea: Notre Dame resucita otra vez

Más allá, en Medio Oriente, desde el 7 de octubre de 2023, Israel bombardea incesantemente la banda de Gaza, habiendo —hasta ahora— segado la vida de 105.000 palestinos, entre muertos y heridos, de los cuales buena parte son niños, en lo que, en la Corte Internacional de Justicia, se califica como genocidio. Ese brote guerrerista sirvió de pretexto a Tel Aviv para extender su arremetida militar contra Cisjordania, Líbano, Siria, Yemen y esporádicamente Irán. En ese ámbito, la caída de la dinastía de Assad en Siria, a manos de grupos islámicos radicales es un mal presagio. En África, las guerras civiles en Sudán, Somalia y Libia dejan el caos y hambrunas horripilantes.

Entretanto, los pleitos intraestatales se dividen cada vez más entre gobiernos democráticos y autocracias dictatoriales, donde las elecciones devienen una farsa como en Venezuela o Georgia. Aunque elecciones perfectamente legítimas dieron triunfales resultados a partidos de extrema derecha en Italia y Hungría y mayorías en Alemania, Francia, Holanda, Finlandia y Eslovaquia. Por otro lado, los indicadores económicos son preocupantes como la recesión en Alemania o la deuda en Francia, motores vitales de la Unión Europea, cuya fortaleza tambalea.

A todo aquello, agréguese la victoria electoral de Donald Trump que, a partir del 20 de enero de 2025, podría poner en ejecución su programa gubernamental que internamente se propone expulsar masivamente a los sujetos indocumentados que penetraron ilegalmente a territorio norteamericano. En cuanto a su política externa, aparte de su retórica aislacionista, la alza de tasas arancelarias para castigar particularmente a China y otros, es un hecho y recientemente sus intenciones de recuperar la soberanía sobre el Canal de Panamá, la compra de Groenlandia al reino de Dinamarca o la posible anexión de Canadá como el 51 Estado de USA, su menosprecio a la OTAN y a la Unión Europea, hacen pensar que su slogan MAGA ( make America grate again) ocultan el deseo de practicar el viejo concepto del imperialismo puro y duro.

(*) Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia

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Notre Dame resucita otra vez

Carlos Antonio Carrasco

/ 21 de diciembre de 2024 / 07:19

El 7 de diciembre, en solemne ceremonia cívico-religiosa, se inauguró con gran pompa la fase final de la reconstrucción de la icónica catedral que quedó semidestruida por un inexplicable incendio ocurrido el 15 de abril del 2019 a las 19 PM y que 400 bomberos lucharon contra el fuego hasta apagar las llamas 11 horas después. Gran parte del tejado y la famosa flecha que apuntaba al cielo quedaron reducidos a cenizas, lo mismo que ciertos altares y esculturas famosas resultaron afectados. Entonces, ante la multitud de parisinos que lloraban impotentes ante la destrucción de ese invalorable patrimonio, el presidente Emmanuel Macron juró restaurar los daños con decidido empeño. Por ello, cinco años más tarde cumplió su promesa gracias a las labores de cientos de arquitectos, albañiles, plomeros, carpinteros, cerrajeros, pintores, picapedreros, artesanos y restauradores calificados que trabajaron incansablemente bajo un costo de 700 millones de euros recaudados entre aportes del Estado y contribuciones voluntarias llegadas de todo el mundo, incluyendo donaciones anónimas de motivados feligreses. Fue ese día propicio para congregar 40 jefes de Estado, reyes e ilustres personajes que escucharon contritos una memorable evocación histórica de Macron recordando que Notre Dame resumía las diversas etapas de la Historia de Francia, desde las hazañas medievales de los caballeros cruzados, pasando por los días napoleónicos para rematar en los fulgores republicanos.  En verdad, esas piedras laboriosamente labradas son testimonios vivos del fervor de San Luis que transportó desde Jerusalén hasta esa iglesia las reliquias de Cristo, incluyendo la sagrada corona de espinas, pero también fueron silentes testigos de los desmanes revolucionarios que atentaron contra la integridad de la magna catedral en 1830, que incluso culminó en saqueo. Tuvo que advenir la inmortal obra de Víctor Hugo, “Notre Dame de Paris”, para que los franceses tomaran conciencia del valor de ese patrimonio y su aprecio crezca con el tiempo. Sin embargo, entre los privilegiados invitados a la inauguración de la renovada catedral, ¿cuántos de ellos incrustados en sus poltronas, sabrían quién era la bella Esmeralda o el monstruoso Quasimodo cuyos esqueletos fueron hallados abrazados en las catacumbas de ese mismo antro, según la novela de Víctor Hugo que consagró la fama de ese sagrado edificio? No creo que entre los doctos se halle el presidente electo americano Donald Trump que, entre la plegaría macroniana y la elegía episcopal dormitaba intermitentemente, ni tampoco el genial Elon Musk que aportó una copiosa suma para las obras de restauración. La ceremonia que comentamos sirvió también para cotejar la eterna rivalidad de la dicotomía roji-negra: el poder temporal y la omnipotencia eterna. Mientras el Papa Francisco excuso su presencia, por razones ignotas, el arzobispo de Paris, dejando de lado la majestad presidencial recuperó raudamente la primacía del evento, usando su báculo para golpear tres veces las puertas del recinto celestial que se abrieron dando paso al séquito de ostentosos clérigos lujosamente ataviados.

Entretanto, los ciudadanos de a pie, estuvimos confinados a rumiar nuestros recuerdos desde el atrio, añorando los años mozos cuando podíamos escalar los 422 peldaños hasta la cima de una de las torres, antes que los años y la impertinente artrosis nos impidan volver a cumplir esa devota hazaña. No obstante, agradecimos a Dios, que el fuego diabólico no hubiese alterado la belleza de los vitrales medievales ni las esculturas sagradas que se preservan en los altares.

El símbolo más sublime de la arquitectura gótica ahora perdura y el soplo divino apagó aquel fuego propalado por Satanás.

(*) Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia

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La era de Trump

/ 23 de noviembre de 2024 / 06:00

Aunque su inauguración recién será el 20 de enero de 2025, el 47 presidente Donald Trump ha comenzado a impulsar un violento terremoto tanto dentro de su país como en el resto del planeta. Su arrolladora victoria le ofrece en bandeja de plata un poder omnímodo para dirigir Estados Unidos de 2025 a 2028 sin contrapoder alguno, pues los republicanos controlan el Senado, el Congreso y la mayoría de los nueve jueces de la Corte Suprema de Justicia.

Con ese esquema podrá poner en ejecución no solo todas sus promesas electorales, sino también medidas que se le ocurran en su impredecible mentalidad y su conocido cambiante humor, como revelan las declaraciones de sus cercanos colaboradores que en su primer periodo sufrieron los embates de su carácter hasta ser despedidos y convertirse —ahora— en sus peores enemigos. Por ello, para adelantar prognosis acerca de su fresco periodo electivo, es de vital importancia registrar a quienes figuran ya en su entorno.

En la primera fila brilla el multimillonario Elon Musk (53), a quien Trump, además de agradecerle su copiosa contribución al fondo preelectoral, le debe también su valioso aporte con decisivas iniciativas en el área de la comunicación para seducir a los sectores indecisos y conquistar comunidades enteras como los latinos y los afroamericanos.

Su nombramiento como jefe del proyectado Departamento de Eficiencia Gubernamental pone a sus pies la totalidad de la administración pública cuyos puestos podrá modificar o suprimir. Pero ya, desde hoy en día, sus sugerencias para cargos claves en el gobierno han sido escuchadas por Trump e incluyen a varios empleados de sus empresas y de sus colegas del conglomerado tecnológico de Silicón Valley.

Por cierto, Elon Musk pasa gran parte de su tiempo en la residencia trumpista de Mar-a-lago, convertido casi en un familiar más del presidente. Importante para el ámbito latinoamericano es la designación del senador por Florida Marco Rubio (53) como secretario de Estado, pues su ascendencia cubana influirá sin duda en capitales determinaciones en lo que concierne la relación con países dictatoriales como Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Sus opiniones vertidas entonces como senador hacen presumir que la prioridad en su línea de mira será liquidar el espinoso caso venezolano. En cambio, las tareas pendientes de la política externa como la guerra rusoucrania, el enfrentamiento competitivo con China, la contención nuclear para Irán y el embrollado conflicto de Israel en el Medio Oriente, son carpetas que serán tratadas a alto nivel por el propio Trump, quedando para Rubio el ortodoxo seguimiento.

En este último punto se espera que el presidente electo presione al nefasto Bibi Netanyahu para un alto al fuego que ponga fin al feroz genocidio en Gaza.

Otros anunciados nombramientos despertaron opiniones controvertidas, como la mención de Robert Kennedy Jr. como secretario de Sanidad, dada su publicitada aversión a las vacunas que las considera moneda de corrupción de las grandes usinas farmacéuticas.

Sin duda, que la expulsión masiva de los inmigrantes ilegales que fue el principal tema de la campaña electoral tendrá que reconsiderarse a fondo por el alto costo financiero que implica y las dificultades logísticas que se prevén. Sin embargo, la delicada misión ha sido confiada a Tom Homan, reputado halcón partidario de la tolerancia cero.

Se confía que hasta el 20 de enero próximo se afine el equipo que acompañará a Donald Trump en su intento imperial de forjar su aspiración de llegar a MAGA, o sea, “hacer de América grande otra vez”.

*Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia.

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