Ganadería sustentable
Se teme que la apertura del mercado chino impulse aún más la elevada tasa de deforestación del país.
Con pocos días de diferencia se publicaron dos noticias relacionadas con la ganadería en el país. Por un lado, un informe de la organización Global Forest Watch ubicó a Bolivia entre los cinco países con mayor tasa de deforestación en 2018, causada principalmente para la habilitación de tierras de pastoreo; y por otro, se anunció la apertura del mercado chino para la exportación de carne boliviana.
Previsiblemente, ambas noticias han generado alarma entre los activistas y las instituciones dedicadas al cuidado del medio ambiente, pues se teme que la apertura del mercado chino impulse aún más la elevada tasa de deforestación del país: en torno a las 150.000 hectáreas al año, una superficie que equivale a más de tres veces el tamaño del municipio de La Paz.
Empero, junto con voces de alerta también han surgido propuestas que resaltan que Bolivia cuenta con las condiciones para ampliar la cría de ganado sin la necesidad de destruir más bosques. Para tal efecto, los expertos aconsejan impulsar la ganadería exclusivamente en lugares que no tengan vocación agrícola, que no hayan sido deforestados y que tengan agua en abundancia.
Según explica el ingeniero agrónomo Wolf Rolón Roth en un artículo publicado en La Razón, los Llanos de Moxos (10 millones de hectáreas) y el Pantanal (3 millones de hectáreas) cumplen a cabalidad estas condiciones, ya que se trata de “praderas naturales con gran biodiversidad de forraje”. En estos lugares, el drenaje deficiente de los suelos impide el desarrollo de bosques y cultivos agrícolas, pero da lugar a la acumulación de extensos humedales, que han sido declarados sitios Ramsar debido a su riqueza biológica e importancia internacional. Y estos grandes reservorios naturales de agua, junto al forraje que allí se encuentra de manera abundante, pueden y de hecho están siendo utilizados para la cría de ganado.
Sin embargo, en palabras de Rolón, estas áreas no están siendo aprovechadas en toda su dimensión, ya que hoy en día pastan por allí cerca de 3,5 millones de cabezas de ganado, pero su número podría triplicarse, lo que permitiría concentrar la producción total del ganado nacional. Pero para hacerlo de manera sostenible hacen falta sistemas agroforestales o silvopastoriles, que a diferencia de la tradición moderna de deforestar completamente áreas boscosas para la ganadería o la agricultura, buscan aprovechar de manera equilibrada las bondades de la naturaleza sin perturbarla.
Habida cuenta del tremendo impacto medioambiental que la ganadería provoca (sobreexplotación de los suelos y de agua, amén de ser responsable del 30% de las emisiones anuales causantes del calentamiento global), constituye un imperativo que desde el Estado se promueva una actividad ganadera sustentable en ecosistemas adecuados y no alterados como los mencionados, de tal manera que se garantice no solo la seguridad alimentaria del país, sino también la conservación de los recursos hídricos y las áreas forestales. (09/05/19)