Voces

Wednesday 27 Sep 2023 | Actualizado a 07:43 AM

Multas y perros peligrosos

/ 21 de mayo de 2019 / 23:49

La municipalidad de Oruro acaba de aprobar una norma que establece multas desde Bs 100 hasta Bs 500 a los dueños de perros de razas consideradas peligrosas (como los pitbull, rottweiler o bull terrier) que cometan distintas infracciones. La norma aclara que el pago de las multas no exime a los propietarios de procesos penales o civiles que puedan derivar por ataques protagonizados por sus canes. Asimismo, quienes adopten estas razas deberán registrar su tenencia, colocarles un microchip de identificación y contar con un seguro de accidentes.

Una de las infracciones que más llama la atención es la prohibición de dejar a este tipo de perros en espacios públicos sin ningún control, cuya vulneración implica una multa de Bs 500. Se trata de una disposición más que necesaria, pues en no pocas oportunidades se han registrado ataques de canes agresivos contra otros perros en las calles y también contra personas. Por caso, en agosto de 2013 una mujer de 46 años fue atacada por dos pitbull en Sacaba (Cochabamba) mientras caminaba hacia su domicilio. De igual manera, en 2016, tres mujeres, una de ellas embarazada, fueron agredidas por un can de la misma raza en Achachicala (La Paz).

Ahora bien, sería deseable que esta disposición se aplique a todas las razas y no solo a las peligrosas, ya que justamente una de las principales razones de la gran cantidad de perros callejeros deviene por la desidia de personas que adoptan canes para que cuiden sus casas o negocios, pero a la hora de brindarles un techo y comida se desentienden de su cuidado, dejando que “se busquen la vida” en las calles. 

Comparte y opina:

Pensiones dignas y sostenibles

En este sentido, se tiene presente que el Fondo Solidario mantiene su sostenibilidad en el tiempo

Iván Quisbert Soria

/ 27 de septiembre de 2023 / 07:39

Es anecdótico que cierto “analista”, en su intento de explicar un tema, busca y abusa de un lenguaje florido para poder llamar la atención de la población, llegando inclusive a hacer mención a su “napia”, por lo que en lugar de informar solo genera burla a temas de la economía.

Pero resulta preocupante cuando dicho “analista” pretende tratar un tema tan sensible como es la Seguridad Social de Largo Plazo, donde fuera de ser florido y burlesco, se debe ser claro, preciso, tener conocimiento de la normativa vigente y la coyuntura económica del país, a fin de evitar incurrir en errores garrafales que llegarían a confundir a los trabajadores o causar malestar en los jubilados.

El proyecto de Ley 395/2022-2023 de mejora de límites solidarios tiene por propósito mejorar la Pensión Solidaria de Vejez (PSV), permitiendo una vejez digna de los jubilados, a través del incremento de los límites solidarios mínimos y máximos establecidos en la Ley 065 de Pensiones y sus modificaciones, y aumentar el financiamiento para el Fondo Solidario.

Lea también: ¿Cómo funciona el Fondo Solidario?

Por lo tanto, en lugar de que se apoye y viabilice esta mejora para las pensiones de jubilación, que se incrementarán hasta un monto de Bs 1.000 para un trabajador de 35 años de aporte, llegando a Bs 5.200, se está tratando de instalar la idea de que las “pensiones son miserables”, cuando fue la extinta Ley 1732 la que efectivamente otorgaba ese tipo de pensiones.

Dicha ley, en 14 años de vigor, alcanzó a jubilar a cerca de 30.000 personas, teniendo un promedio de 2.142 trabajadores por año. Contrariamente, con la Ley 065 de Pensiones, en poco menos de 13 años desde su promulgación presenta una cantidad de 189.000 trabajadores jubilados, logrando una media de más de 14.000 jubilados por cada gestión de vigencia.

Lo anterior se debe a tres factores principales. El primero, la reducción de la edad para el acceso a la jubilación, de 65 a 58 años; lo segundo, la flexibilización de la cantidad de años de aporte a un mínimo de 10 años (120 aportes); y lo tercero es la creación de la PSV, que tiene como finalidad mejorar las jubilaciones de los trabajadores que tuvieron ingresos reducidos en su trayectoria laboral, buscando otorgar una vejez digna que no existía con la Ley 1732.

Asimismo, se estableció el Fondo Solidario para otorgar la PSV, la cual se compone de una parte financiada con el ahorro del trabajador, proveniente del aporte del 10% más los intereses generados (precisando que en otros países el porcentaje es mucho más alto que el 10%), y la otra parte denominada Fracción Solidaria, la cual es financiada con los aportes solidarios de todos los asegurados; el Aporte Patronal Solidario, el Aporte Nacional Solidario de los trabajadores con sueldos elevados, entre otros.

El beneficio de la PSV se otorga dentro de una escala ascendente de límites solidarios mínimos y máximos, reconociendo el tiempo que el trabajador ha aportado (mayor tiempo, mayor pensión) y el promedio de los últimos totales ganados.

Considerando que la escala de límites solidarios se encuentra vigente desde octubre de 2017, a casi seis años se hace evidente que es necesario realizar una modificación, debido principalmente a los incrementos que se efectuaron a partir de dicha gestión a los sueldos y salarios (haber básico, antigüedad, etc.), por lo que el promedio de los mismos ascendió a aproximadamente más de los Bs 7.000, producto de las políticas implementadas por el Gobierno.

De acuerdo con información proporcionada por el Gobierno, para proponer el incremento a los límites solidarios se elaboró los estudios de sostenibilidad del Fondo Solidario, considerando para el efecto distintas variables como ser: flujo de ingresos y egresos anuales, cantidad de aportantes, cantidad de beneficiarios, el Salario Mínimo Nacional, incremento a la masa salarial, etc.

En este sentido, se tiene presente que el Fondo Solidario mantiene su sostenibilidad en el tiempo, hecho que beneficiará a los actuales y futuros beneficiarios de la PSV, denotando que a julio de 2023 el 70% de los jubilados recibe este tipo de pensión.

Por lo tanto, considerando que la PSV es un beneficio vitalicio para el trabajador, la propuesta de incrementar los límites solidarios a través del proyecto de Ley 395/2022-2023 busca mejorar los ingresos de los jubilados, otorgando pensiones más dignas acorde con la cantidad de años aportados, y garantiza su sostenibilidad gracias a las modificaciones de las fuentes del Fondo Solidario, hecho que tal vez algún “analista” pretende negarlo, o tal vez su “napia” no permite observarlo.

(*) Iván Quisbert Soria es auditor

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Estando allí

He conocido a muchísimas personas que sufren de soledad y dicen que simplemente 'perdieron el contacto'

David French

/ 27 de septiembre de 2023 / 07:34

Quiero comenzar compartiendo una de las peores cosas que he hecho. Solo tenía 18 años, pero eso no fue excusa. Una noche, tarde, recibí una llamada de un amigo cercano. “Mi papá está camino al hospital”, dijo. «Es realmente malo.» Su voz temblaba.

Me quedé impactado. No sabía qué decir. Más importante aún, no sabía qué hacer. Le dije a mi amigo que lo sentía mucho. Le dije que oraría por él. Y luego me fui a dormir. Llamé a mi amigo a la mañana siguiente. Sin respuesta. Pregunté por ahí. Estaba en el hospital.

El mismo patrón se repitió durante dos largos días: llamaría. Sin respuesta. Pregunté por él y descubrí que estaba en el hospital. Pero no fui. Hasta el día de hoy, no puedo replicar los procesos de pensamiento que me mantuvieron alejado. Recuerdo haber sentido una confianza irracional en que su padre estaría bien. Recuerdo estar ocupado. Recuerdo no sentirme del todo preparado para afrontar semejante dolor y pérdida. Entonces recibí la llamada: el padre de mi amigo había muerto.

Lea también: Musk y la libertad de expresión

Fui a la visita. Sabía, al menos, que eso es lo que hacen los amigos. Lo que pasó después está grabado a fuego en mi corazón. Cuando entré por la puerta, mi amigo se acercó a mí, me miró con inmenso dolor y me dijo: «¿Dónde estabas?»

Entonces no tuve respuesta. No tengo respuesta ahora. Fracasé, y cuanto mayor me hago, mejor comprendo la magnitud de mi fracaso. Había violado el primer mandamiento de la amistad: la presencia. Simplemente estar allí era todo lo que se necesitaba. No pude pasar ni siquiera esa simple prueba.

La semana pasada leí un artículo conmovedor en el que se sostenía que la epidemia de soledad masculina estaba afectando a un grupo sorprendente: los padres estadounidenses. En cierto sentido, eran hombres rodeados de amor. Normalmente estaban casados. Tuvieron hijos. Sin embargo, todavía se sentían solos. Lucharon por hacer amigos.

Cuanto más avanzamos a través de estos tiempos ansiosos, tristes y divididos, más me convenzo de que la historia más grande, la historia detrás de la historia de nuestras amargas divisiones y furiosos conflictos, es nuestra pérdida de pertenencia, nuestra creciente soledad . Y uno de los indicadores es el extraordinario declive de la amistad. Según una encuesta de perspectivas estadounidenses, entre 1990 y 2021, el porcentaje de estadounidenses que informaron que no tenían ningún amigo cercano se cuadruplicó. Para los hombres, la cifra había aumentado al 15%. Casi la mitad de todos los estadounidenses encuestados informaron tener tres amigos cercanos o menos.

Las estadísticas plantean la pregunta: ¿Por qué? Yo sugeriría que una gran parte de la respuesta está en la historia que conté anteriormente. Desde que comencé a pensar y escribir sobre la pérdida de pertenencia de Estados Unidos, he estado preguntando a la gente qué virtud valoran más en un amigo. He preguntado a personas religiosas y seculares, de cuello blanco y de cuello azul, hombres y mujeres, blancos y negros. Y es sorprendente la frecuencia con la que la respuesta se reduce a la única virtud que mencioné anteriormente: la presencia, el estar ahí.

La tentación de la ausencia destruye la virtud de la presencia, y esa ausencia, como demostré cuando era más joven, no tiene por qué producirse a través de una negligencia o un egoísmo impactantes. Puede ocurrir simplemente porque estás ocupado. Lo he visto con mis propios ojos. La mayoría de los estadounidenses hacen amigos cercanos a través del trabajo . Entonces, ¿qué sucede cuando los amigos cambian de trabajo y de repente simplemente se van? También hay momentos en que los amigos casi parecen desaparecer debido a la paternidad, especialmente si sus hijos practican deportes o participan en actividades extracurriculares.

Nunca he conocido a una persona que quiera perder amigos. Pero he conocido a muchísimas personas que sufren de soledad y dicen que simplemente «perdieron el contacto». ¿Qué pasó? Pregunto. “La vida pasó”, dicen. En cada nueva etapa de la vida era más fácil decir no a un amigo que decir no al trabajo, a la esposa o a los hijos. Y mientras cada no individual puede ser comprensible e incluso justificable, la acumulación de noes sofoca las amistades, incluso sin discusión, ruptura o traición.

En comparación con las exigencias en competencia de la familia y el trabajo, en cualquier momento dado la amistad puede parecer innecesaria. Pero a medida que pasan los años e innumerables ausencias individuales justificables desgastan nuestras relaciones, llegará un momento en que sentiremos su pérdida. Pero no tiene por qué ser así, especialmente cuando nuestra orden más simple y más elevada es simplemente estar ahí.

(*) David French es columnista de The New York Times

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Verde te quiero verde, Santa Cruz

Ana María Höhler

/ 27 de septiembre de 2023 / 07:19

Santa Cruz es un departamento con extraordinario valor por su gran biodiversidad. En Bolivia, su extenso territorio representa el 33,7% de la superficie total del país, albergando nueve de las 12 ecorregiones de Bolivia, cada una con características únicas, desde bosques tropicales húmedos hasta zonas de clima tropical seco y amplias sabanas. La diversidad de paisajes que la constituye es de gran importancia tanto como patrimonio natural como cultural, no solo para Bolivia sino para el mundo. Actualmente el 36,2% del departamento está cubierto por áreas protegidas de carácter nacional, departamental y municipal, donde habitan aproximadamente 2.500 especies de vertebrados, estas áreas no solo sirven como refugios para la vida silvestre, sino que también proporcionan una amplia gama de servicios ecosistémicos esenciales para el desarrollo y la subsistencia de nuestra sociedad, estos servicios incluyen la garantía de nuestra seguridad hídrica al preservar fuentes de agua, la protección de la biodiversidad que sustenta nuestra seguridad alimentaria y la regulación climática.

A pesar de la relevancia que tienen los ecosistemas para nuestro bienestar, Santa Cruz enfrenta numerosas presiones y desafíos, tales como el crecimiento demográfico acelerado y la expansión constante de la frontera agrícola. Según datos proporcionados por MapBiomas Bolivia, en 1985 solo el 2,86% (1.053.061 ha) del departamento era ocupado para el uso agropecuario, cifra que aumenta al 15,77% (5.805.602 ha) en 2021; los bosques ocupaban el 84,45% (31.093.437 ha) del territorio en 1985 y en 2021 se reducen al 71,29% (26.247.403 ha). Si estos desafíos no se abordan de manera adecuada pueden repercutir de una forma negativa en la región y gradualmente en el planeta, provocando la fragmentación de hábitats, la pérdida de biodiversidad, la alteración del ciclo del agua, la erosión del suelo y la desertificación.

Con el fin de abordar estos temas y promover un desarrollo sostenible en la región, es esencial que se emprenda un esfuerzo conjunto y coordinado de la sociedad civil, el Gobierno y las organizaciones ambientales, esto implica la creación y expansión de áreas protegidas, mayor educación ambiental y soluciones urbanas basadas en la naturaleza, como la incorporación de espacios verdes en las ciudades, cumpliendo así con el objetivo 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por las Naciones Unidas, para asegurarse en 2030 el desarrollo de ciudades y comunidades sostenibles, y con el objetivo 15 para gestionar la sostenibilidad de los bosques, luchar contra la desertificación y detener la pérdida de biodiversidad. 

Si bien tenemos muchos retos que enfrentar, Santa Cruz se destaca por su resiliencia, demostrando capacidad para enfrentar desafíos y adaptarse a cambios significativos. En este contexto se vuelve fundamental para la preservación de nuestros recursos naturales, cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para proteger el planeta y garantizar que para 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad.

(*) Ana María Höhler es técnica de Comunicación de la FAN

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Bolivia y lo fáustico

Mucho depende de lo que hagamos con nuestro litio, nuestra Amazonía y nuestros nevados

Carlos Moldiz Castillo

/ 26 de septiembre de 2023 / 09:05

Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experiencia de la Modernidad, es una de las obras más importantes del estadounidense Bernard Marshall y una referencia obligatoria para quienes quieran estudiar la Modernidad de la forma más comprehensiva posible, a partir de quienes fueron sus primeros exponentes literarios y filosóficos, desde Rousseau hasta Dostoievski y más allá, con el histórico Manifiesto de Marx como hilo conductor de sus páginas.

Uno de sus capítulos aborda el significado de la Modernidad a través de la figura de Fausto, el protagonista de la epónima obra de Goethe, como representación del desarrollismo incesante del capitalismo, en su obsesión por establecer el reino de la libertad en este mundo y deshacerse de toda rémora del pasado; para ello, está dispuesto a cometer hasta los actos más crueles, pero en nombre de un objetivo emancipador. Un héroe trágico.

Lea también: Pensamiento político ‘pitita’

Marshall me interesa por la diferencia que hace entre lo fáustico y lo pseudo fáustico, donde lo primero se caracteriza por grandes obras de transporte y energía que requieren la movilización y sacrificio de ingentes masas de mano de obra, y donde el deseo de lucro se combina con la planificación a largo plazo; mientras que lo pseudo fáustico, por otro lado, sacrifica a multitudes pero generalmente en vano: solo para romper sus lazos con el pasado, sin mucha perspectiva de futuro, guiado por un ideal modernizador mal entendido. 

Un ejemplo de la primera tendencia es Robert Moses en EEUU, que destruyó comunidades enteras, generalmente afrodescendientes, para levantar sobre sus ruinas inmensas carreteras en ciudades como New York. Al otro lado, creo, estaría Evo Morales, con sus canchas, coliseos y museos dedicados a una visión cortoplacista de desarrollo y condicionada, además, por cálculos electorales.

No fue una gestión mezquina, debo aclarar. Se pretendía mejorar las condiciones de vida de la población rural a través de proyectos de impacto variable, pero numerosos, que lograron elevar los índices de desarrollo humano de regiones que hasta entonces no conocían servicios como electricidad o agua potable. Algo que el reportaje de Daniel Rivera sobre el Bolivia Cambia no entiende. Dicho programa era urgente y necesario.

Empero, la brecha urbana/rural todavía es inmensa. Los teóricos de las ciudades inteligentes no entienden que el progreso de la sociedad boliviana no pasa por la consolidación de grandes urbes que reproducirán la desigualdad dentro de sus límites, sino en la superación del desequilibrio que impulsa la decadencia rural como fuente de una urbanización perversa. Si algo debía hacer el anterior gobierno del MAS, eso era cerrar aquel abismo que nos separa del campo. Por otro lado, sin aquellos 14 años, ese abismo hubiera desgarrado al país.  

Pero más allá de las limitaciones del evismo como proyecto de desarrollo, consideremos ahora que el mundo entero atraviesa actualmente una situación fáustica. Es decir, una en la que se tendrán que hacer grandes transformaciones en términos de transporte, energía, producción y consumo, ya no a escala nacional, sino planetaria.

Un artículo del último número de la prestigiosa revista Nueva Sociedad advierte que el paso del neo-extractivismo al extractivismo verde requerirá disponer de zonas de sacrificio a lo largo de todo el mundo subdesarrollado, en orden de darle un nuevo y quizá último aliento a un capitalismo moribundo.

Regiones enteras de África, Asia y Latinoamérica entrarán a una nueva división internacional del trabajo tal vez más injusta que la anterior, condenadas a morir de sed para que gente de otras latitudes pueda conducir un Tesla. Y esto mientras situaciones de escasez de agua se multiplican por doquier, superando la capacidad de gestión de Estados atrasados que eran inútiles hasta para enfrentar los problemas del siglo XX.

Estamos, ante una encrucijada todavía mayor que la geopolítica. El mundo multipolar vendrá, es inevitable. Lo que no sabemos es si estaremos ahí como parte de aquellas zonas de sacrificio faustiano en el altar de un nuevo capitalismo verde pero ecocida, o como parte de la rebelión del Sur Global contra los dueños de ese altar.

Mucho depende de lo que hagamos con nuestro litio, nuestra Amazonía y nuestros nevados. Ecorregiones que compartimos con otros países pero de las que también desea apropiarse el capital monopólico transnacional. El concepto de soberanía acaba de romper sus límites nacionales. El 78 periodo de sesiones de la ONU ilustró muy bien el tamaño de este desafío.

(*) Carlos Moldiz Castillo es politólogo

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Hunda los pies en la tierra

Prestar atención a lo que la tierra tiene que decir es cómo honro este legado

Raquel Vásquez Gilliland

/ 26 de septiembre de 2023 / 09:01

Crecí en Florida, rodeada de mi familia extendida, pero podemos rastrear nuestro linaje hasta Texas, cuando todavía era México. Desde entonces, nuestro idioma, nuestras costumbres e incluso los nombres que mis antepasados se llamaban a sí mismos se han perdido en gran medida debido a la colonización y la asimilación forzada. Sin embargo, nuestras tradiciones orales, expresadas a través de cuentos, poesía y chistes, persisten.

Mi abuela y mi madre también me enseñaron que el mundo natural que nos rodea tiene historias que contar si escuchas con atención. Después de todo, el lenguaje no es exclusivo de los humanos. Tiene sentido, entonces, que me haya convertido en autora, que mi vida se construya en torno a historias, que la idea de mi primera novela se me haya ocurrido mientras estaba de paseo, como si me hubieran cortado un trozo de cielo. Y cada vez que me siento abrumada, ansiosa o estancada en mi trabajo, el consejo de mi madre es siempre el mismo: sal. Estar en la naturaleza.

Nuestras apretadas agendas pueden hacer que sea difícil encontrar tiempo para pasar en la naturaleza, y puede parecer especialmente difícil en las zonas urbanas. Pero en una época en la que tantos estadounidenses luchan contra la soledad y el aislamiento, pasar unos momentos al aire libre puede ayudarnos a sentirnos más conectados.

Afortunadamente, hay varias cosas sencillas que puedes hacer para salir a la naturaleza, sin importar dónde vivas. Puedes empezar hundiendo tus pies descalzos en un trozo de tierra y considerar las formas en que el suelo nutre a las plantas y animales que a su vez nos nutren a nosotros. Tal vez puedas encontrar un árbol con quien entablar amistad, ya sea un pino, un mango o un tulipán. Utilice todos sus sentidos para interactuar con él: observe sus hojas, sienta las suaves arrugas de su corteza.

Si estoy bloqueada creativamente, camino descalza sobre la tierra, sin importar la estación, permitiendo que las historias alimenten las raíces de todo mi cuerpo. Si tengo un agujero en la trama que necesito arreglar, visito mi albahaca de limón y lima, manchando mis dedos con sus aromas cítricos. Si necesito hacer que mi escritura sea más lírica, me siento con las dalias e imagino que sus vastas posibilidades genéticas me llenan cuando hablo con ellas.

Tú también puedes escuchar el consejo de mi madre y ver lo que la tierra tiene para decirte, ya sea una amplia ladera de pasto de tallo azul o una única jardinera llena de petunias. Si la práctica de escuchar a la tierra y a los seres que la habitan parece poco auténtica, considere que los humanos llevan mucho tiempo en diálogo con el mundo natural. De hecho, su supervivencia dependía de su conexión con la tierra y de discernir lo que ésta tenía que decir. Cuando murieron, lo que quedó de ellos también lo alimentó.

Podría ser que las flores recién brotadas o los cambios sutiles en la luz del sol señalaran el cambio de estaciones, dándoles instrucciones. Quizás sus antepasados, como probablemente creían los míos, creían que el mundo que los rodeaba estaba poblado de seres sintientes que se comunicaban con ellos. Me gusta pensar que las historias que mi abuela todavía cuenta cuando me siento a su mesa tienen indicios de aquellas que los animales, los árboles y los ríos compartieron con nuestros antepasados. Prestar atención a lo que la tierra tiene que decir es cómo honro este legado.

El lenguaje de las tierras que forman esta tierra son las piezas desiguales del rompecabezas que nos conectan con el conocimiento que nuestros antepasados extrajeron de la tierra: tan generoso como un canto a una rosa y tan suave como las plumas de las palomas.

(*) Raquel Vásquez Gilliland es novelista y columnista de The New York Times

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Últimas Noticias