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Basura tecnológica

Hasta hace poco, la humanidad tenía una fe indiscutible en los avances tecnológicos que han permitido el sorprendente desarrollo que se disfruta hoy en día, pero poco a poco ha comenzado a hacerse evidente que junto con el acceso a nuevas herramientas viene una gran cantidad de desperdicio, la cual inevitablemente se suma a los factores de la creciente contaminación ambiental.

Así, a la contaminación del aire producida por la emisión de gases del parque automotor y otras máquinas que funcionan con combustibles fósiles o producen gases de efecto invernadero, la quema de terrenos para prepararlos para la siembra (mal llamada “chaqueo”), en los últimos años se ha sumado la basura tecnológica, la cual dispersa gases tóxicos que dañan al medio ambiente. Según diversas fuentes, desde 2008 la cantidad de este tipo de desechos se ha duplicado.

La Coordinadora de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) explicó a este diario que el desmantelamiento de equipos tecnológicos para su disposición final libera a la atmósfera gases peligrosos como carbono, metano, mercurio y otras sustancias tóxicas. “Antes nadie hablaba de esto, pero en la era digital, el reciclaje o quema de dispositivos tecnológicos es una práctica habitual y peligrosa para el aire” señala.

Este tipo de residuos se caracterizan además por ser “nanopartículas”; es decir, partículas tan pequeñas que no pueden ser filtradas y son absorbidas por el sistema respiratorio humano y se depositan en los pulmones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló en un reciente reporte que entre el 15% y el 20% de las muertes se deben a causas ambientales, siendo la contaminación del aire una de las más importantes.

Asimismo, los equipos electrónicos que se desechan por su antigüedad o porque son reemplazados por otros más nuevos o mejores tienen en sus componentes diversos metales pesados que no solo contaminan el aire, sino también la tierra y el agua cuando son desechados sin los procedimientos adecuados. Según Fundare, una organización dedicada al reciclaje de componentes electrónicos en Bolivia, cada persona produce un promedio de cuatro kilos de basura electrónica cada año en el país.

De ahí que, al recordarse el Día Mundial del Medio Ambiente, el miércoles, la ONU haya elegido como tema de reflexión la contaminación del aire y las medidas necesarias para reducirla. El mensaje del organismo multilateral ha sido un llamado a los gobiernos, las industrias, las comunidades y los individuos a unirse para encontrar soluciones a este problema global a través del uso de energías renovables y, sobre todo, tecnologías sostenibles.

El primer paso para caminar en esta dirección es la producción de políticas públicas enfocadas en disminuir las fuentes de contaminación y crear mecanismos para disponer apropiadamente de la basura tecnológica. El siguiente paso será comprometer a la sociedad en su conjunto en la tarea de disminuir este tipo de desperdicio.#