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Menos plástico

Si algo caracteriza al comercio minorista en el país es el excesivo uso de plástico: cada producto viene empaquetado en una bolsa, y toda la compra se envasa en más bolsas. A eso súmese el indiscriminado empleo de platos, cubiertos, vasos y bombillas plásticas en muchos lugares de expendio de comida. La situación es muy grave, y la Gobernación de La Paz prepara una ley al respecto.

En efecto, está previsto que esta semana la Asamblea Departamental de La Paz trate un proyecto de ley que prohíbe la entrega y uso de bolsas plásticas, plásticos de un solo uso descartable y botellas plásticas en la región. El objetivo, según los proyectistas, es proteger el medio ambiente, habida cuenta de que si en el mundo el promedio de bolsas que usa una sola persona es de 250 cada año, en Bolivia la cifra sube a 372; esto sin contar las muchas otras formas de plástico que se consumen cotidianamente y luego son desechadas sin remordimientos.

El proyecto especifica que el uso de bolsas plásticas debe desaparecer de supermercados, tiendas de barrio, farmacias, mercados, comercio minorista y empresas embotelladoras. También se incluye a los medios de comunicación y toda empresa que entregue sus productos embolsados o en envases de plástico. Los restaurantes ya no podrán usar platos, vasos y cubiertos plásticos ni envases de plastoformo.

Además, el proyecto de ley señala que los dueños de estos establecimientos deben promover campañas de concientización sobre el uso responsable y racional del plástico, así como sobre sus efectos en el medio ambiente, a fin de asegurar que toda la población sepa con certeza el daño que se causa cada vez que un objeto plástico va al basurero. Asimismo, se les pedirá que generen un sistema de recepción de residuos y bolsas plásticas, y que ofrezcan bolsas de tela, canastas o cualquier tipo de envase que sea reutilizable.

Según el proyecto en ciernes, los comerciantes tendrán 20 días calendario para registrar ante la Gobernación su stock de plásticos, y luego otros 25 días para deshacerse completamente de él; 60 días después de la promulgación de la ley departamental, ningún comercio o restaurante podrá seguir ofreciendo productos de plástico desechables. La propuesta normativa excluye estas prohibiciones cuando, por razones de asepsia o inocuidad alimentaria, el uso de bolsas plásticas sea necesario, a fin de mantener su contenido en condiciones adecuadas o para almacenar residuos bioinfecciosos y que representen algún tipo de riesgo para la salud.

Ciertamente se trata de una iniciativa tan necesaria como urgente. Ahora es previsible que si la discusión y aprobación de la norma sean relativamente sencillas, no ocurrirá lo mismo con su implementación, pues es fácil imaginar que la mayoría de la población se resista al cambio de hábitos que implica el dejar de usar plásticos. Entonces se verá si el Gobierno Departamental tiene la fuerza suficiente para hacer cumplir las leyes que promulga.