Según mediciones de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire (MoniCA), a cargo del Ministerio del Medio Ambiente, desde el 2004 la contaminación atmosférica en el país por causa de las quemas de San Juan se redujo en un 50% respecto a años recientes. Esta mejora devino en gran medida gracias a las medidas implementadas por la Alcaldía de La Paz desde el 2005, y que posteriormente fueron emuladas por otras municipalidades. Por ejemplo, por primera vez se establecieron multas contra el encendido de fogatas y los fuegos artificiales, y se organizaron brigadas municipales de control.
Sin embargo, las quemas y fogatas persisten no solo en la sede de gobierno, sino también y sobre todo en los municipios aledaños. Prácticas que al día siguiente se traducen en cielos oscuros y malolientes, así como en bajas temperaturas que ratifican al 24 de junio como el día más frío del año; pero no precisamente por la posición de la Tierra respecto al Sol, sino por la polución y los gases contaminantes acumulados en la atmósfera que impiden la llegada de los rayos solares.
Por todo ello, es de esperar que este año las autoridades (municipales, departamentales y nacionales) no bajen los brazos ante las quemas sanjuaneras. Más aun tomando en cuenta que este sombrío panorama se traduce en el incremento de enfermedades respiratorias y conjuntivitis entre los sectores más vulnerables de la población; además de constituir un azote para los animales y la naturaleza por el estallido de juegos pirotécnicos y la quema de materiales tóxicos.