Buenas cosechas
Todos los años, la noche del 23 de junio se celebra San Juan, fiesta instaurada por la Iglesia Católica para conmemorar el nacimiento del predicador San Juan Bautista. El fuego es uno de los tres símbolos sobre los cuales se basan los rituales ancestrales de esta festividad, y que todavía persisten.
De manera similar, en la época prehispánica los pueblos autóctonos realizaban rituales de culto al Sol, para que el fuego ayudara a la tierra y a las personas a obtener buenas cosechas. Este objetivo, lograr buenas cosechas, ha sido siempre una de las principales preocupaciones de las comunidades agrícolas, encargadas tradicionalmente de proveer alimentos a las familias locales.
Cabe resaltar que unos de los sistemas agrícolas prehispánicos más reconocidos son las terrazas, chinampas y roza-tumba y quema. Este sistema (llamado milpa en México, chacra en Perú y chaco en Bolivia) consiste en un proceso de habilitación y siembra de una parcela agrícola con fines de subsistencia. En el país al finalizar la época de lluvias (de marzo a mayo) se realiza el deshierbado, o roza, de la vegetación herbácea disponible debajo del bosque. Posteriormente, al inicio de la época seca (de junio a octubre) procede el derribe de los árboles para habilitar los predios agrícolas. La quema de los rastrojos de estos dos procesos previos normalmente ocurre en octubre y principios de noviembre, para finalmente efectuar la siembra hasta diciembre.
El chaco es un sistema agrícola de pequeña escala con fines de subsistencia, a través del cual se habilita una parcela agrícola menor a cinco hectáreas, utilizado principalmente por comunidades indígenas de las tierras bajas de Bolivia. No obstante, en los últimos años la agricultura de pequeña escala está siendo remplazada por la agricultura de mediana y gran escala comercial y semicomercial. Las consecuencias de esta situación se reflejan en el cambio de uso de los suelos, y en el origen de incendios forestales desde áreas agrícolas. Como dato importante, huelga recordar que en Bolivia, el 88% de las quemas e incendios forestales se concentraron en la región amazónica entre el 2005 y el 2018, destruyendo 18,7 millones de hectáreas, de las cuales el 30% fueron incendios forestales.
Bajo este escenario, la celebración de San Juan marca el inicio del proceso de preparación de los terrenos para la siembra de verano, por lo que invocamos a lograr buenas cosechas, integrando acciones hacia un uso adecuado con fines agrícolas o ecológicos.