La elección será de tres
A Ortiz no le ayuda su origen político, y le cuesta proyectarse en el ámbito nacional.
Aunque es difícil determinar cómo terminarán las elecciones generales del 20 de octubre, a juzgar por las encuestas (la primera campo-ciudad la publicó La Razón el 19 de mayo) por lo menos es posible establecer cuáles de los ahora ocho candidatos se perfilan mejor, y ahí no caben ni el actual gobernador Félix Patzi ni Víctor Hugo Cárdenas, exvicepresidente del primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
El presidente Evo Morales (38,1%), el expresidente Carlos Mesa (27,1%) y el senador Óscar Ortiz (8,7%) tienen mejores opciones que el resto. La renuncia a la postulación del expresidente Jaime Paz Zamora no movió ese tablero; éste tenía el 2,8% de apoyo hasta antes de su salida, ocupaba el sexto lugar entre las opciones y no se proyectaba para volver al poder.
Los tres candidatos, dos de ellos de oposición, están mejor posicionados debido a la estructura que tienen: Morales tiene un partido fuerte, presupuesto y plataforma pública privilegiados, e importante nicho electoral; Mesa tiene una alianza a conveniencia favorable —al menos en La Paz, la región decisiva— con la agrupación del alcalde Luis Revilla, es la opción de oposición mejor respaldada y una experiencia política necesaria; y Ortiz tiene importante respaldo en el oriente del país y un perfil electoral más fresco que los anteriores.
Hace mucho la estructura política. Si bien pudo Patzi ganar las elecciones departamentales en La Paz, su partido, Tercer Sistema, no tiende a proyectarse en el ámbito nacional ni cuenta con una institucionalidad consolidada, y Cárdenas, arrimado a la vieja Unidad Cívica y Solidaridad (UCS), no logra cohesionarse de forma interna ni resucitar a esa fuerza política que otrora era eterno aliado de los gobiernos.
Se puede adelantar que el Movimiento Al Socialismo (MAS), Comunidad Ciudadana (CC) y Bolivia Dice No serán las fuerzas políticas con presencia mayoritaria en la Asamblea Legislativa. Tengo mis dudas de que el MAS pueda revalidar la votación de 2014 (61,04%) que le dio dos tercios de los escaños legislativos y que CC pueda resultar la mayoría; no hubo partido antes que pudiera rebasar ni acercarse a la votación del MAS (en 2014 Unidad Demócrata llegó al 24,49% de los votos).
Es que el MAS ha sufrido un fuerte desgaste en los últimos años, más por los casos de corrupción que lo implicaron y el afán prorroguista de Morales, que no leyó la votación en contra de su repostulación en el referéndum del 21 de febrero de 2016 y fue favorecido por el Tribunal Constitucional que convalidó —con el argumento de derechos políticos— su nueva candidatura. Y CC tiene en Mesa un candidato siempre inseguro, carácter conocido desde cuando renunció las veces que pudo mientras fue presidente en 2005 o como cuando definió su actual candidatura luego de que varias veces dijera que “en absoluto” no iba a postularse, hasta que hizo lo contrario.
A Ortiz no le ayuda su origen político, y le cuesta proyectarse en el ámbito nacional. Intenta hacerlo, tiene acuerdos con decenas de plataformas invisibles.
Sin embargo, las tres fuerzas están en disputa: el MAS y CC están inmersos en una guerra de denuncias o amenazas de procesos judiciales, además de las campañas por desacreditarse, y Bolivia Dice No hace todo lo posible por bajar de su posición a CC a través de otras denuncias o cuestionamientos, como el papel de Mesa en la defensa de Bolivia en el juicio con Chile en La Haya.
A ver cómo llegan en definitiva a las elecciones del 20 de octubre o cómo salen después de la votación.