Voces

Friday 13 Sep 2024 | Actualizado a 14:59 PM

Dilemas de la OEA

Urge una profunda reflexión frente al riesgo de una deriva unilateralista en la OEA.

/ 29 de junio de 2019 / 00:02

La Organización de Estados Americanos (OEA), la entidad de diálogo político más importante del continente, está en crisis, debido a que no ha logrado equilibrar adecuadamente su carácter de foro plural y abierto de naciones versus la tentación de algunos de sus dirigentes y miembros de usarla para asumir posiciones unilaterales y parciales.

Esta organización ha sido tradicionalmente un espacio para que todas las naciones americanas, resuelvan pacíficamente sus conflictos, establezcan relaciones de cooperación y promuevan conjuntamente la democracia, el desarrollo y los derechos humanos. Por su naturaleza (una institución que debe representar a todos los países de la región), debe gestionar continuamente el reto de articular al menos dos lógicas. En primer lugar, el respeto a la soberanía de cada país y las opciones políticas que sus ciudadanos elijan. Y en segundo lugar, debe promover ciertos valores en los que hay compromisos multilaterales. Cumplir ambos objetivos no siempre es una tarea fácil.

Si la institución diera prioridad a su rol de promotor de ciertos comportamientos en los países a rajatabla, sin considerar sus puntos de vista o articular posiciones comunes, se transformaría en una ONG más, cuya toma de posición podría ser valiosa, pero con pocas posibilidades de generar cambios mediante la diplomacia. Si por lo contrario prioriza su cualidad de ser una suerte de club de los gobiernos americanos sin ningún objetivo ético, se limitaría a ser una instancia complaciente sin incidencia política.

La OEA puede mediar en situaciones de crisis; o bien echar mano de la persuasión o la presión para fortalecer la democracia y los derechos humanos, apuntando hacia  un propósito ético y una articulación diplomática multiestatal inteligente. Tarea que logró consolidar en su historia reciente: apoyando esfuerzos para impulsar la paz en Centroamérica, acordando estándares de DDHH, acompañando procesos electorales y mediando en muchos conflictos.

Sin embargo, hoy esta institución se encuentra debilitada, y su secretario general, Luis Almagro, cuestionado. Hay países que la han abandonado, han surgido críticas a su decisión de reconocer a los delegados de Juan Guaidó como representantes oficiales de Venezuela en el foro, algunas expresiones enunciadas por el Sr. Almagro durante sus visitas a los países han sido calificadas como parcializadas, y también ha generado sorpresa el aparente apoyo de algunos de sus funcionarios a acciones de fuerza o unilaterales.

Urge una profunda reflexión en toda la comunidad hemisférica frente al riesgo de una deriva unilateralista en la OEA, y hacia ciertas formas poco diplomáticas que se han vuelto corrientes en su gestión. Esto se produce, lamentablemente, en un contexto político preocupante, en el que hay una gran necesidad de mediadores, diplomacia y una política multilateral bien hecha.

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Intervenciones urbanas

No todas las urbes deben seguir el modelo de las ciudades globales, ya que cada una alberga sociedades diferentes

Patricia Vargas

/ 13 de septiembre de 2024 / 08:24

La mayoría de las ciudades del planeta cuentan con diversas culturas, las cuales han influido en su planificación bajo una visión de la modernidad.

Evidentemente, no todas las urbes deben seguir el modelo de las ciudades globales, ya que cada una alberga sociedades diferentes. Por ello, sus culturas deberían ser concebidas y plasmadas mediante intervenciones urbanas con cualidades únicas.

Revise: El juego de los límites en una ciudad

Lo interesante es que esto deja claro que lo fundamental en la conceptualización es incorporar las particularidades culturales, pues así se ofrecería una respuesta adecuada a la vida urbana actual.

Es importante recordar que en los años 70 la arquitectura en algunos países empezó a establecer una relación más estrecha con el urbanismo. De ahí que algunos estudiosos sostienen que fue en ese periodo cuando la separación entre las disciplinas del urbanismo y el diseño arquitectónico se hizo realidad. Esto se debió a la efervescencia de la vida urbana en ciertas ciudades, que llevó a la arquitectura a mantener, en algunos casos, una conexión significativa con una cotidianidad citadina fuertemente interactiva.

Hoy, resulta llamativa la afirmación de ciertos pensadores contemporáneos en sentido de que la arquitectura supo comprender a la ciudad, no solo para las nuevas producciones arquitectónicas, sino también para aprovechar la realidad de la vida urbana contemporánea y, a partir de ello, proyectar obras singulares de arquitectura conectada a la ciudad.

De este modo, las obras valiosas de las metrópolis aportarían un carácter singular al espacio público. Un criterio que posiblemente lleve a los urbanistas a cuestionarse si el vínculo entre lo urbano y la arquitectura debería ser verdaderamente interactivo.

La Paz debe dejar de centrarse únicamente en obras arquitectónicas atractivas, ya que fuera de ellas existe una ciudad que anhela una cotidianidad urbana verdaderamente dinámica. Este desafío invita a proyectar determinados puntos como lugares cualificados para la vida efervescente de la ciudadanía.

Por otra parte, tampoco se puede ignorar que para otros expertos en urbanismo, la separación entre las disciplinas urbanas y el diseño arquitectónico es un error, ya que, según su perspectiva, ambas deberían mantener una relación interactiva.

Actualmente, en las grandes ciudades, la arquitectura es un componente esencial del diseño urbano. De ahí que conviene recordar que fue la impulsora de la vibrante vida de la ciudad contemporánea, especialmente en las metrópolis del primer mundo.

Desde esta óptica, resulta evidente que la ciudad debe comprender a su sociedad y diseñar intervenciones urbanas que sean relevantes y ajustadas al contexto local, de manera que respondan adecuadamente a las demandas expresadas por la comunidad.

Dado que la ciudad contemporánea está en constante transformación, es necesario intervenirla de manera parcial. La historia muestra que incluso en el movimiento moderno se pensaba que la urbe podía ser organizada dentro de un orden estructurado. No obstante, está claro que toda urbe moderna experimenta cambios continuos, que pueden originarse tanto en los espacios libres como en el paisaje.

Esto último se ha convertido en otro criterio que ha llevado a algunas ciudades contemporáneas, como en China, a proyectar unidades urbanas, cuya respuesta creativa es obtenida a través de ciertas intervenciones de paisaje.

(*) Patricia Vargas es arquitecta

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Revistas, tinta, papel

Peter Coy

Por Peter Coy

/ 13 de septiembre de 2024 / 08:18

Pasé casi 32 años escribiendo para BusinessWeek y su revista sucesora, Bloomberg Businessweek, antes de unirme a The Times en 2021. Así que la semana pasada me sorprendió saber que el semanario que amo ya no será semanal. En un memorándum a los empleados, Bloomberg anunció que la revista impresa se reintroducirá el próximo año como un «producto mensual premium». La buena noticia es que el equipo detrás de la revista permanecerá prácticamente intacto. El memorándum decía que el personal intensificará su producción de audio, video y eventos y continuará enfatizando el “periodismo ambicioso de larga duración”; “larga duración” es un término artístico para “largo”. No se han anunciado despidos.

Entrevisté a Joel Weber, mi exjefe, que ha sido el editor de la revista durante los últimos seis años. Como prueba de que el producto tiene una gran demanda, señaló un nuevo programa de televisión y podcast de la marca Businessweek, así como un gran número de lectores de historias de Businessweek en el sitio web de Bloomberg y Apple News+.

Lea también: La economía de Israel no es invencible

Es un pensamiento alentador. Aún así, el comienzo de una nueva era significa el fin de una antigua y atesorada. El primer número de lo que entonces se llamaba The Business Week apareció el 7 de septiembre de 1929, apenas siete semanas antes de la caída del mercado de valores que marcó el comienzo de la Gran Depresión. Desde entonces ha sido semanal. La economía estuvo desde el principio en el centro de la cobertura del semanario. The New Yorker, The Economist, People, The Week y algunos otros todavía están intentando publicarse como semanarios impresos, pero la lista de publicaciones independientes que aparecen cada semana se está reduciendo.

En esta era de comunicación casi instantánea, resulta ligeramente ridículo que la gente siga cultivando árboles, talándolos, fabricando papel, etc., etc. Los costos de impresión y envío por correo se han disparado en los últimos años. Y muchos lectores más jóvenes no han desarrollado el hábito de leer revistas impresas. (La circulación semanal auditada de Businessweek se redujo a 229.000 en el segundo trimestre, desde alrededor de 1 millón en su punto máximo).

El dilema para los editores de revistas impresas es que reducir costos al pasar a internet también reduce profundamente los ingresos, ya que los anuncios en línea son más baratos que los impresos. También es difícil cobrar tanto por las suscripciones digitales como por las impresas, me dijo Rick Edmonds, analista de negocios de medios del Instituto Poynter. Además, es más difícil destacar en la cacofonía de internet que cuando su publicación está en la mesa de café.

Dicho esto, el cambio de Businessweek a una frecuencia mensual es parte del amplio cambio en el periodismo hacia la publicación exclusivamente electrónica. Como me dijo Weber sobre Businessweek, «tenía más sentido invertir digitalmente que invertir en el producto impreso».

Bloomberg no ha dicho todavía si Businessweek cambiará su nombre una vez que se convierta en un nombre inapropiado. Shepard me dijo que cree que debería seguir siendo Businessweek en honor a sus raíces. Tiene razón: 20th Century Fox no cambió su nombre cuando cambió el siglo, ni tampoco 7-Eleven cuando sus tiendas comenzaron a permanecer abiertas toda la noche, y las tiendas de un dólar ahora cobran más de un dólar.

(*) Peter Coy es columnista de The New York Times

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La Cumbre del Futuro

Los vencedores de la Segunda Guerra Mundial siguen primando en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas

António Guterres

/ 12 de septiembre de 2024 / 09:10

En estos momentos están teniendo lugar en Nueva York las últimas negociaciones para la Cumbre del Futuro, que se celebrará este mes y en la que Jefes y Jefas de Estado acordarán reformas de los elementos constitutivos de la cooperación mundial.

Las Naciones Unidas han convocado esta singular Cumbre en vista de la cruda realidad: los problemas mundiales avanzan más rápido que las instituciones diseñadas para resolverlos.

Lea: Jefe de ONU compara a la humanidad con meteorito que extinguió a dinosaurios

Lo podemos apreciar allá donde miremos: los conflictos y actos de violencia atroces infligen un sufrimiento terrible, las divisiones geopolíticas abundan y la desigualdad y la injusticia están en todas partes, corroyendo la confianza, agravando el resentimiento y avivando el populismo y el extremismo. Los tradicionales problemas de la pobreza, el hambre, la discriminación, la misoginia y el racismo están adoptando formas nuevas.

En este contexto afrontamos amenazas nuevas y existenciales, desde un caos climático y una degradación ambiental galopantes hasta el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial en un vacío ético y jurídico. 

La Cumbre del Futuro reconoce que está en nuestras manos solucionar todos estos problemas. No obstante, solamente las y los líderes mundiales pueden llevar a cabo la modernización sistémica que necesitamos para ello.

La toma de decisiones en el plano internacional es anacrónica. Muchas instituciones y herramientas de la esfera internacional son producto de los años cuarenta, anteriores a la globalización, a la descolonización, al reconocimiento generalizado de los derechos humanos universales y la igualdad de género y también a los viajes al espacio, por no hablar ya del ciberespacio.

Los vencedores de la Segunda Guerra Mundial siguen primando en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, mientras que ningún país de África tiene un asiento permanente. Por otro lado, la arquitectura financiera mundial es sumamente desfavorable para los países en desarrollo, ya que, al no proporcionarles una red de protección cuando afrontan dificultades, los hunde en la deuda y, así, los obliga a dejar de invertir en su gente.

Además, las instituciones mundiales ofrecen un espacio limitado a muchos de las y los principales actores del mundo actual, desde la sociedad civil hasta el sector privado. La juventud que heredará el futuro es prácticamente invisible, y los intereses de las generaciones futuras tampoco están representados. 

La idea está clara: no podemos crear un futuro apto para nuestros nietos y nietas con un sistema construido para nuestros abuelos y abuelas. La Cumbre del Futuro será una buena oportunidad de replantear la colaboración multilateral para que se adapte al siglo XXI.

Una de las soluciones que hemos propuesto es la Nueva Agenda de Paz, que pretende modernizar las instituciones y las herramientas internacionales encargadas de prevenir y hacer cesar los conflictos, incluido el Consejo de Seguridad. En ella se aboga por renovar los esfuerzos encaminados a librar al mundo de las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva y por ampliar la definición de seguridad para que englobe también la violencia de género y la violencia de bandas. La Nueva Agenda de Paz tiene en cuenta asimismo las amenazas para la seguridad que puedan surgir en el futuro, en reconocimiento de que los métodos de guerra van evolucionando y de que corremos el riesgo de que las nuevas tecnologías se utilicen como arma. Por ejemplo, necesitamos un acuerdo mundial para proscribir los sistemas de armas autónomos letales que pueden tomar decisiones de vida o muerte sin ninguna forma de participación humana.

Las instituciones financieras mundiales deben ser un espejo del mundo actual y estar habilitadas para encabezar una mejor respuesta a los desafíos que estamos afrontando, por ejemplo, en cuanto a la deuda, el desarrollo sostenible y la acción climática. Ello supone tomar medidas concretas para afrontar el endeudamiento insostenible, aumentar la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo y modificar su modelo de negocio para que los países en desarrollo tengan un acceso mucho mayor a financiación privada a tipos de interés asequibles.

Sin esa financiación, los países en desarrollo no podrán afrontar la mayor amenaza para nuestro futuro: la crisis climática. Necesitan recursos con urgencia para dejar de utilizar combustibles fósiles, que están destruyendo el planeta, y pasarse a la energía limpia y renovable.

Por otro lado, como las y los líderes mundiales destacaron el año pasado, para acometer los avances que se necesitan desesperadamente a fin de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también es clave reformar la arquitectura financiera mundial.

La Cumbre se centrará asimismo en las nuevas tecnologías que tienen repercusiones a escala mundial con miras a buscar maneras de cerrar la brecha digital y establecer principios compartidos en pos de un futuro digital abierto, libre y seguro para todas las personas.

La inteligencia artificial es una tecnología revolucionaria con aplicaciones y riesgos que apenas estamos empezando a comprender. Hemos presentado propuestas concretas para que los gobiernos, junto con las empresas tecnológicas, el mundo académico y la sociedad civil, trabajen en marcos de gestión del riesgo de la inteligencia artificial y en la vigilancia y la mitigación de sus efectos nocivos y el reparto de sus beneficios. La gobernanza de la inteligencia artificial no puede dejarse en manos de los más ricos, sino que todos los países deben participar en ella, y las Naciones Unidas están resueltas a ser el foro que aúne los esfuerzos de todo el mundo.

Los derechos humanos y la igualdad de género son el hilo común que vincula todas estas propuestas. La toma de decisiones en el plano mundial no puede reformarse si no se respetan todos los derechos humanos y la diversidad cultural de manera que se garanticen la plena participación y el liderazgo de las mujeres y las niñas. Exigimos que se renueven los esfuerzos por eliminar las barreras históricas —jurídicas, sociales y económicas— que excluyen a las mujeres del poder.

Los constructores de la paz de los años cuarenta crearon instituciones que ayudaron a evitar la Tercera Guerra Mundial y llevaron a muchos países de la colonización a la independencia, pero no reconocerían el panorama mundial de hoy en día.

La Cumbre del Futuro es una oportunidad de construir instituciones y herramientas de cooperación mundial más eficaces e inclusivas, acordes con el siglo XXI y el mundo multipolar en que vivimos.

Insto a las y los líderes mundiales a que la aprovechen. 

(*) António Guterres es Secretario General de la ONU

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Enfrentamiento; estrategia contrarrevolucionaria

Ahora la estrategia es diferente con complicidad interna, en la fractura, división y enfrentamiento dentro el núcleo

César Navarro

/ 12 de septiembre de 2024 / 09:00

Lo vocación de poder implica el convencimiento y la capacidad de mando, es la manifestación de ejercer sus decisiones sin delegar esa representación, la vocación está implícitamente vinculada a la estrategia de poder, como el medio para alcanzar metas.

La vocación y la estrategia es la manifestación de un actor político colectivo, tiene sentido ético si está imbuido de un horizonte político, es el tiempo de la autoconciencia como concepción ideológica, es la praxis política como construcción social liderada por actores colectivos.

Revise: Boric, una izquierda que nunca fue

El movimiento sindical campesino, originario e indígena —en ese orden— asumen el reto, de hecho, hay ruptura con la tradición sindical obrerista, también con ciertas izquierdas partidarias eurocéntricas, critican e interpelan a las sociedades principalmente —no únicamente— urbanas como coloniales e impugnan las estructuras republicanas, coloniales, raciales, capitalistas de nuestra Bolivia. Es el tiempo de construcción contrahegemónica al neoliberalismo.    

La estrategia partió por la vía democrática en los municipios a través de los centrales y subcentrales provinciales de hombres y mujeres eligiendo, postulando candidaturas y desplegando la campaña electoral por los sindicatos campesinos que tienen su nivel organizativo territorial en las comunidades.

La prensa solo grafica el resultado electoral de los municipios y la cantidad de concejales electos por el instrumento político, la dinámica de la política te está describiendo el desplazamiento de las derechas del escenario municipal.

El 2002 el movimiento campesino originario expresado electoralmente en el MAS y en el MIP desordenan al sistema político, ponen en crisis el pasanaku político, la intervención del embajador norteamericano es decisivo para formar la última y criminal experiencia gubernamental.

En las elecciones nacionales adelantadas con un año y medio el 2005 la historia se detiene a la espera de la continuidad del neoliberalismo o de una nueva época, el pueblo democrática y soberanamente se pronuncia, es un triunfo político y moral representa la ruptura inmediata con la derecha legitimando simultáneamente un nuevo horizonte y al sujeto colectivo sindical campesino originario indígena que representaba el nuevo tiempo político.

La síntesis inaugural del nuevo tiempo esta en: vocación y estrategia de poder; organización y articulación territorial-cultural; liderazgo sindical campesino y unidad en el horizonte, en el bloque campesino, originario, indígena, urbano popular, el valor y su connotación histórica está en la praxis revolucionaria descolonizadora.

Las derechas creyeron y algunos siguen creyendo que su derrota fue electoral, a ello se debe el nivel de su respuesta, eran plataformas electorales frentistas, que duraban el tiempo que duraba la campaña electoral, luego se diluían, terminaban siendo un club de amigos parlamentarios, pero de “oposición”, eran el testimonio eterno de su derrota.

La estrategia de las derechas se modificó, el primer ensayo el golpe del 2019, creyeron que derrocando al gobierno derrotaban al núcleo sindical campesino, originario indígena popular del proceso de cambio. Este núcleo masacrado, reprimido, encarcelado, venció al gobierno de facto, recupero la democracia y el gobierno por la vía democrática.

Ahora la estrategia es diferente con complicidad interna, en la fractura, división y enfrentamiento dentro el núcleo. La fractura es superable, la división en sí mismo no es la destrucción, es debilitamiento, pero lo dramático es el enfrentamiento, vernos como enemigos dentro el núcleo significa desenvolvernos al ritmo que quiso y quiere el colonialismo, las derechas y los pluridiversos enemigos de este proceso.

Perder la mística y la espiritualidad del horizonte de este tiempo histórico, implicaría la derrota del proyecto, el enfrentamiento interno tiene esa posibilidad, a ello se debe la intención política de amplificar sistemáticamente el enfrentamiento, poniendo en escena mediática con rótulos de espectáculo incluso la pelea física entre hombres y mujeres indígena originario campesinos.

Recuperar el horizonte anticolonial y antiimperialista es superando la motivación política e inducida al enfrentamiento, el núcleo sindical campesino, originario indígena que es el sentido del proceso de cambio, conoce por experiencia de vida que la movilización es el punto de reencuentro del yo colectivo plurinacional. El presente no será la ruptura con este tiempo histórico.

(*) César Navarro Miranda es exministro, escritor con el corazón y la cabeza en la izquierda

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Decisiones demográficas

Las elecciones, el hecho de decidir algo, se hacen en base a las opciones que existen y que se determinan socialmente

Drina Ergueta

/ 12 de septiembre de 2024 / 08:55

Somos menos de lo que se esperaba. Es el resultado del Censo Nacional de Población y Vivienda realizado este año y cuyos resultados se dieron a conocer hace unos días. Bolivia tiene 11.312.620, es decir, un millón de habitantes menos de lo que el propio Instituto Nacional de Estadística había estimado para 2024. Entre las razones expuestas: las mujeres tienen ahora menos hijos y esta respuesta muestra nuevamente que los cuerpos femeninos se usan como instrumentos de las políticas demográficas de su tiempo.

El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, para explicar la baja cifra del censo, dijo que “mi generación decidió tener menos hijos… por ejemplo, la diputada (de oposición Luisa) Nayar no tiene hijos”, por lo que ésta usó el reducido espacio en la plataforma X para llamarle inútil, corrupto, ignorante, atrevido, misógino, abusivo y, finalmente, triste personaje sin dar mayor explicación del tema. Es que hay varios elementos a tomar en cuenta.

Revise: Nuestros talibanes

De manera general, el hecho de que haya un índice mayor o menor de nacimientos en la población depende de varios factores que tienen que ver con las estructuras políticas, sociales, económicas y culturales de una sociedad y, también, con su concepto de familia, los dogmas religiosos al respecto y los conocimientos y prácticas para regular la natalidad (Weeks, 1993).

Al margen de las guerras, las epidemias, los cataclismos y las hambrunas por fenómenos naturales que pueden diezmar fuertemente a las poblaciones, en cada época y sociedad son las políticas que se aplican las que, finalmente, determinan su demografía. Las personas viven en sociedad y todos sus asuntos son resultado de estas decisiones políticas y estructuras sociales, incluso las que parecen individuales como es tener un hijo o hija.

Las elecciones, el hecho de decidir algo, se hacen en base a las opciones que existen y que se determinan socialmente. Es decir, si una pareja clase media urbana decide tener descendencia lo hará, hoy, en función de sus posibilidades económicas, profesionales y hasta de tiempo libre. Una mujer, por su parte, puede decidir embarazarse si encuentra la pareja adecuada: trabajador, buena persona y que no sea violento ni controlador, por ejemplo. También puede decidir tenerlo sola. Estas decisiones se toman cuando en el entorno social es posible hacerlo o, también, contra el orden establecido y se asumen las consecuencias.

Las sociedades han aplicado políticas de fomento o de restricción de la natalidad y, evidentemente, éstas se han aplicado finalmente en el cuerpo de las mujeres. En las décadas de los 60 y 70 del siglo anterior, por ejemplo, en Latinoamérica se impulsaron con gran fuerza (especialmente desde Estados Unidos) políticas de control de la natalidad para evitar una explosión demográfica y reducir el número de familias numerosas, pobres y potencialmente subversivas. Existen muchos ejemplos de esterilizaciones forzosas o engañosas a mujeres indígenas que se practicaba desde el Estado, como en Perú, o mediante ONGs misioneras, como en Bolivia. Medidas de control clasista y racista que se llevaron a cabo en las mujeres, tomadas como objetos reproductores indeseables.

En esas décadas nacieron las oficinas de planificación familiar y reproductiva como una manera de lograr políticas de población geoestratégicas y de desarrollo. Cada país las aplicó a su manera, aunque tenían en común hacer algo en relación a los abortos y a la mortalidad materna. Desde los 80 se habla de los derechos sexuales y reproductivos y para ello han influido los movimientos feministas, ya que las mujeres tienen derecho a disfrutar del sexo de manera saludable y de una maternidad deseada. Además del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. La baja natalidad es generalizada en el mundo capitalista actual y también forma parte de la cultura individualista.

¿Cuál es la política demográfica de Bolivia? No está clara. Se puede hablar de algunas medidas, como el bono Juana Azurduy que favorece a mujeres embarazadas que se hacen controles médicos; sin embargo, no hay más incentivos específicos destinados a tener más población. Esto tiene que ver con la economía en general y con opciones de vida atractivas, con políticas de vivienda, de cuidados y educación concretas y también con políticas de género que ofrezcan igualdad de oportunidades, que repartan las responsabilidades, que eliminen las violencias machistas. Las decisiones personales se basan en políticas de cada sociedad.

(*) Drina Ergueta es periodista y antropóloga

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