Su saco está reluciente. Su camisa, también. Ella lleva un vestido nuevo y el cabello bien peinado. Ambos están maquillados a la perfección y las cámaras están listas. Después del sonido característico de un noticiero, con mucha seriedad, uno de ellos dice: “En la víspera, los chóferes han aperturado las calles con ayuda de sus movilidades. En este vídeo se observa cómo los bloqueadores recepcionan la dinamita que compraron hace dos meses atrás”.

Muchos no se han debido dar cuenta de que la noticia precedente está mal redactada. En ella he incluido varias palabras que están mal utilizadas y que, lastimosamente, son repetidas por los receptores (público). Este problema no solo ocurre en la televisión, sino también en las radioemisoras y, hay que ser autocríticos, también en los periódicos. Es momento de mirarnos el ombligo.

A ver, empecemos con estas dos oraciones. ¿Qué es víspera? Según la RAE, es el “día que antecede inmediatamente a otro determinado”. ¿Es igual que ayer? No, porque no es lo mismo decir que me he casado ayer a que me he casado en la víspera de Navidad. Sigamos. ¿Chóferes, vídeo? Sí, son palabras que están reconocidas, pero que su pronunciación depende de la región donde uno se encuentra. En América Latina decimos choferes y video, pero algunos presentadores, periodistas y locutores (tal vez para aparentar inteligencia) prefieren decirlo de otra manera.

Para quienes dicen y escriben “aperturar”, les pido que busquen en la web dle.rae.es y verifiquen si esa palabra al menos existe. En el caso de “recepcionar”, solicito que lean la única acepción y que verifiquen si la están empleando bien.

¿Movilidad es lo mismo que vehículo? ¿Si digo que he perdido la movilidad de la rodilla derecha, quiere decir que mi otra rodilla también tiene un vehículo?

La RAE acepta, lastimosamente, esta acepción como bolivianismo. “Hace dos meses atrás”. Cada vez que escucho esta frase recuerdo la redundancia “estoy subiendo arriba”.

¿Cuál es el problema si a mí me gusta hablar así? Esta excusa no debe existir para los periodistas, locutores o presentadores, porque una de nuestras misiones para con la sociedad es educar.

Y no es cuestión de estudiar lingüística o aprenderse todas las aburridas reglas gramaticales, sino utilizar la lógica en el momento de emplear las palabras. Inicio en lugar de iniciación. Influir en vez de influenciar. Explotar en lugar de explosionar. Causar en vez de provocar…

Aunque tenga un saco reluciente o un vestido nuevo, una pronunciación perfecta o una voz gutural, en ninguno de los casos se ve bien cuando utilizamos mal nuestro bello lenguaje.

Marco Fernández Ríos

es periodista de La Razón.