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Aberrante maltrato infantil

Cada cierto tiempo salen a la luz casos aberrantes de maltrato contra niños y niñas que provocan la indignación de la ciudadanía. El último caso de este preocupante fenómeno recayó en un niño de nueve años que estaba bajo la custodia de sus tías, luego de que sus progenitores lo habían abandonado. Sin embargo, éstas jamás habrían asumido el rol de cuidadoras, concibiendo a su sobrino no como un familiar, sino más bien como un “empleado” sin salario, depositario de sus frustraciones y amarguras. Los hematomas, quemaduras y profundas cicatrices en gran parte de su cuerpo dan testimonio del brutal maltrato del que habría sido víctima; situación que finalmente lo impulsó a abandonar la casa donde vivía, en Quillacollo (Cochabamba).

Desafortunadamente, el caso de este niño no es una excepción, sino un mal presente en demasiadas familias bolivianas. Por ejemplo, según alerta un estudio elaborado por Visión Mundial en 30 municipios del país, nueve de cada 10 niños, niñas o adolescentes han sido víctimas de algún tipo de violencia. Desde maltratos físicos y psicológicos en sus hogares, pasando por acosos y agresiones en la escuela, hasta violaciones sexuales y homicidios.

Esta excesiva violencia que se ejerce contra los sectores más vulnerables, contra niños y niñas que no cuestionan la brutalidad de sus padres o tutores, a quienes siguen entregando su confianza y cariño a pesar de la violencia, revela el tipo de sociedad que estamos construyendo, una sociedad anclada en el retraso, gobernada por el odio, la inseguridad y la amargura.