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Friday 14 Feb 2025 | Actualizado a 17:17 PM

¿Quién delató al Che?

El ascetismo de la ‘ética revolucionaria’ de la izquierda de aquel entonces estaba hambrienta de culpables.

/ 8 de julio de 2019 / 23:28

Laurence Debray, hija del sociólogo francés Regis Debray y de la antropóloga venezolana Elizabeth Burgos (excomunistas ambos), frente al mutismo de su progenitor sobre su participación en la guerrilla del Che Guevara y su posterior condena en un tribunal militar boliviano, decidió ejercer su oficio de historiadora para desmenuzar el misterio que rodea la vida revolucionaria de su padre.  

Regis Debray y el pintor argentino Ciro Bustos fueron apresados en marzo de 1967 cerca de Muyupampa, saliendo del campamento guerrillero que estaba siendo cercado por militares del gobierno de René Barrientos Ortuño. Desde entonces, en la izquierda latinoamericana se abrió un altercado entre “debrayistas” y “bustistas”, echándose la culpa recíprocamente por el destino trágico del mítico guerrillero argentino. Para descifrar si su padre realmente había delatado al Che, entre otros dilemas, la historiadora francesa desempolvó viejos archivos y periódicos de la época.

En su libro Hija de revolucionarios, Laurence intenta desprenderse ideológicamente de sus progenitores (o por lo menos de aquellos jóvenes que creían en la utopía de un “hombre nuevo”), y se esfuerza por recuperar “el lujo burgués que recibió de sus abuelos paternos”; como escribe el periodista boliviano Fernando Molina. Pero respecto a la supuesta delación del Che, asume el rol de la “buena hija”, buscando expiar la imagen de su progenitor. De hecho, señaló enfáticamente: “Mi padre no habló”. Asimismo, en una entrevista menciona los planos y retratos de los compañeros del Che dibujados por Ciro Bustos, casi sugiriendo al delator del Che.

Así, se sumerge en una desprolijidad histórica, ya que carece de algún documento que libre de culpa a Regis Debray de manera categórica. No obstante, existen fuentes testimoniales y documentales que apuntan a que la CIA y el gobierno de Barrientos sabían que el Che estaba en Bolivia antes de la detención del sociólogo parisino y del pintor argentino. Entonces, el debate entre debrayistas y bustistas respecto a quién delató al Che es insulso.

El contexto político permite entender el temor de las autoridades militares de anunciar públicamente la presencia del Che en Bolivia; pues ello podría haber impulsado acciones de solidaridad del movimiento internacional de izquierda, para alentar y fortalecer el emprendimiento guerrillero. A su vez, la estrategia mediática que apuntaba a la delación del Che por parte de sus allegados ponía en entredicho la utopía en torno al “hombre nuevo”, que enarbolaba el propio guerrillero. La izquierda de aquel entonces mordió la coartada.

Para apaciguar la culpabilidad de Bustos, Laurence Debray interroga: “¿Quiénes somos para juzgar a alguien que se derrumba bajo tortura? ¿Qué haría yo? No lo sé”. Entonces, esa pregunta se extrapola para el caso de su padre. En rigor, Debray no estaba preparado psicológicamente ni ideológicamente para enfrentar las torturas a las que fue sometido. Es totalmente comprensible que cualquier ser humano puede ceder ante las torturas. Ese ascetismo de la “ética revolucionaria” de la izquierda de aquel entonces estaba hambrienta de culpables, y habría erigido a Debray y a Bustos como las cabezas de turco. Quizás el silencio del intelectual parisino fue la respuesta que su hija no quiso descifrar. 

* Sociólogo. (08/07/19)

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El legado del Año Internacional de los Camélidos

/ 14 de febrero de 2025 / 06:00

El Año Internacional de los Camélidos no solo ha sido una fecha simbólica para los productores de América Latina, sino que también ha marcado un hito en la visibilidad y relevancia política de sus protagonistas y del rol de estas especies para la región.

Este reconocimiento, impulsado por el gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia y por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha destacado la importancia cultural y productiva de los camélidos de América del Sur: alpacas, llamas, vicuñas y guanacos, como un símbolo de la identidad y cosmovisión altoandina.

Durante siglos, los camélidos han sido un pilar para sus comunidades, brindando fibras, carne y cuero. Además, juegan un papel clave en la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria —al ser una valiosa fuente de proteína—, en la que afortunadamente nuestra región ha experimentado una disminución por segundo año consecutivo. Además, por su bajo impacto ambiental, capacidad de termorregulación y de desarrollarse con recursos hídricos y alimenticios cada vez más escasos, los convierten en aliados clave para la mitigación de los efectos del cambio climático.

En América Latina y el Caribe en 2023, cerca de 3 millones de personas dejaron de padecer hambre, y la inseguridad alimentaria moderada o grave se redujo, de acuerdo con el último reporte de la FAO. Sin embargo, estas cifras aún son superiores a las de 2019, antes de la pandemia de COVID-19. Sumado a ello, la región enfrenta el costo más alto a nivel mundial para una dieta saludable, lo que dificulta el acceso a alimentos nutritivos para casi 183 millones de personas. En este contexto, los camélidos se presentan como una alternativa sostenible para mejorar esta situación.

Por estas razones, realizar una conmemoración para los camélidos ha sido un acierto. Lo significativo es que se sumaron gobiernos, productores, academia y la sociedad civil de la región, e impulsando acciones concretas. Tal es el caso del primer Encuentro Regional sobre Camélidos Sudamericanos realizado en La Paz, Bolivia, que convocó a comunidades y a autoridades de Argentina, Chile, Ecuador, Perú y del país anfitrión, trazando una hoja de ruta para su valoración, preservación e impulso.

La temática fue incluida también en la primera Conferencia Regional de Ganadería Sostenible celebrada en Uruguay, en noviembre pasado, formalizando su relevancia para la región.

La FAO está comprometida a brindar acompañamiento a los diversos sectores involucrados y sumar voluntades políticas con diálogos técnicos. Esto permite profundizar su importancia no solo para el mundo andino, sino para la sostenibilidad global.

El 2024 ha dejado un legado evidente: lograr un compromiso político y social que los camélidos son esenciales para la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y la preservación cultural. No obstante, tenemos grandes desafíos que seguir enfrentando. Por ello, la celebración del año internacional se extenderá hasta mediados de 2025. Durante este periodo se llevará a cabo un segundo encuentro regional en Chile, una reunión de productores y productoras en Perú, y se impulsarán diversos avances en programas en los países andinos.

Es solo el comienzo de un camino que debe continuar con el mismo ímpetu y colaboración que lo ha caracterizado hasta ahora. Instamos a los gobiernos de la región a continuar con la misma fuerza durante los próximos años más allá de esta conmemoración especial, poniendo en valor el aporte del sector camélido. Este esfuerzo tendrá como consecuencia un futuro más resiliente para las comunidades andinas, avanzando hacia una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.

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¿Tasa cero en el ICE para vinos y singanis?

/ 13 de febrero de 2025 / 06:00

Recientemente, Samuel Doria Medina, conocido político de la vieja escuela, en una conferencia realizada en la ciudad de Tarija, se comprometió a aplicar una tasa cero en el Impuesto al Consumo Específico (ICE) para los vinos y singanis nacionales en caso de ser elegido presidente en las próximas elecciones nacionales. La propuesta fue inmediatamente aplaudida por el sector vitivinícola, cuyo principal representante afirmó días después que el ICE se constituye en una “carga dura y fuerte” que limita no solo la comercialización en el mercado nacional, sino también la exportación de vinos y singanis, y que le resta competitividad y frena su desarrollo. Sin embargo, ¿serán evidentes estas afirmaciones? Y, por tanto, ¿será posible establecer un trato preferencial a los productos nacionales?

Inicialmente, es importante señalar que, por el principio de neutralidad impositiva, el ICE no se aplica a las exportaciones. Esto significa que los productores bolivianos que exportan sus productos no enfrentan la misma carga impositiva que en el mercado local, lo que les permite competir en igualdad de condiciones en el mercado extranjero, debiendo asumir las obligaciones impositivas en el país de destino de la exportación.

Este aspecto se encuentra regulado en el ámbito del comercio internacional, toda vez que, en el marco de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), se tiene como premisa el principio de “Trato Nacional”, el cual establece que los productos extranjeros no deben ser tratados de manera menos favorable que los productos nacionales. Vulnerar este principio, y dar un trato discriminatorio hacia otros productos similares importados, podría abrir la puerta a quejas formales ante la OMC, dando paso a disputas comerciales entre países, considerando que esta medida infringe este principio sobre comercio justo y trato igualitario.

Si bien la idea de una tasa cero en el ICE para los vinos y singanis nacionales reduciría los costos a nivel local, contravenir los acuerdos internacionales, como los de la OMC, podría repercutir en que otros países tomen acciones, afectando las exportaciones bolivianas a largo plazo. Los beneficios inmediatos para los productores nacionales se verían afectados, ya que el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC, que resuelve disputas comerciales entre los países miembros, obligaría al país infractor a cambiar sus políticas o medidas que violen el Trato Nacional. Asimismo, impondrían medidas de represalia como la suspensión de concesiones comerciales, incluyendo la imposición de aranceles más altos sobre productos del país infractor, disminuyendo así la competitividad de sus productos exportables.

Por lo tanto, es incorrecto afirmar que el ICE limita la capacidad de exportación del sector vitivinícola, ya que el impuesto no tiene impacto sobre las ventas fuera del país; y eliminar este impuesto para los citados productos, nos llevaría a vulnerar los principios internacionales, como el Trato Nacional, lo que podría desencadenar efectos contrarios, cerrando oportunidades para el sector y restringiendo su capacidad de expansión y competitividad a nivel mundial.

Se sabe que las elecciones generales en Bolivia están programadas para el 17 de agosto de 2025; por ello, es crucial que los precandidatos presenten propuestas viables y responsables en lugar de lanzar promesas vacías con el único fin de obtener votos, que, a la larga, podrían resultar imposibles de cumplir.

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El espectro marginal del indio

/ 12 de febrero de 2025 / 06:00

El indio es una categoría política representada por un cuerpo y una idea, un ente que sirvió para ordenar el proceso de ocupación colonial y jerarquización social desde la llegada de los españoles y mantuvo su presencia hasta nuestros días. Los barrios de indios, la vestimenta, la forma de hablar y, con el pasar del tiempo, el tono de piel se consolidaron como los márgenes por donde se formó esta figura que señala lo que es aceptable o no en la sociedad colonizada y no india.

En lo que hoy es Bolivia, es sabido que “lo indio” fue la categoría que se asentó como forma descriptiva de un segmento de la población luego del declive de las élites incas y aymaras en la época colonial. Así, “lo indio” hace referencia al espectro que va quedando como “marginal” respecto al centro “civilizador”. Durante siglos esa marginalización fue en aumento, porque se convirtió en la ley del proceso mismo de reproducción social y el sentido de su desarrollo. Para vivir en estas tierras, nadie quiere ni debe ser indio, dicta la Colonia.

En las dinámicas de explotación hay vencidos y vencedores; lo indio para la sociedad colonizada es el vencido. Sin embargo, lo indio, desde el territorio geográfico, social e imaginario que ocupó durante siglos expandió sus formas propias, más allá del margen del cual fue arrojado. En ese ámbito de lo barbarizado, lo marginal, lo que estaba destinado a morir, surgieron hechos que rompieron las barreras impuestas por los jerarcas. Es decir, los vencidos crearan formas de vivir, de ahí el registro de sus resistencias a lo largo de la vida colonial y republicana y el relato de sus victorias.

Con el tiempo esas resistencias de “lo indio” llamaron a la fascinación de intelectuales (hoy callados o borrando con el codo lo que escribieron con la mano) que veían con asombro cómo se presentaban a puertas del siglo XXI una efervescencia de poblaciones movilizadas en torno a su derecho a la vida: marchas, sindicatos, música, sensibilidades artísticas, formas sociales, lenguajes e idiomas rebalsaban de los márgenes donde se habían acumulado los cuerpos y las ideas de lo indio. Irrumpieron en el espacio con un proyecto político que se cristalizó finalmente en la llegada de Evo Morales al poder.

En la actualidad, la marginalización de lo indio ha vuelto a retomar protagonismo en la sociedad colonizada. Las jerarquías y el orden social que reclaman colocar al indio en su lugar, se han aliado para cumplir el rito del desprecio: el indio no puede ni debe hablar, su voz es la barbarie, el indio desde ser expulsado de la ciudad y en las afueras, junto a sus masas de indios, finalmente ser vencido. Pero, una vez más, esa lógica nunca funcionó. Por el contrario, alimentó la insurgencia de aquellos que saben que una vez vencieron y que hoy pueden volver a hacerlo.

Hoy, la falacia democrática del colonialismo interno intenta justificar la lógica de la marginalización para reproducir su capital. Figuras que tanto necesitan los “dueños” de Bolivia: indios buenos, dóciles, domesticables para servir sus intereses, vasallos de la “civilidad” son llamados a servir en las haciendas del poder. Mientras que el bárbaro, el díscolo, el cuerpo e imaginario del indio marginal está representado en el territorio Chapare, en completo aislamiento. Su espectro provoca el rechazo de los “demócratas” bolivianos, nadie puede ver a los ojos al indio del Chapare, nadie puede pensar en debatir con él, su palabra no tiene valor y sin interlocutores; él representa al indio que vivió siglos en los márgenes, al que las jerarquías quieren ver vencido, pero que no se deja; vuelve y gana, porque en ese margen viven millones como él.

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Política aeronáutica: freno para la celebración del Bicentenario

/ 9 de febrero de 2025 / 00:38

Si Bolivia realmente desea consolidarse como un destino turístico atractivo y competitivo, debe reformar urgentemente su política aeronáutica, reducir las barreras burocráticas, flexibilizar las condiciones de operación y adoptar una estrategia de cielos abiertos.

El turismo en Bolivia tiene un potencial extraordinario. Sus paisajes, su cultura y su riqueza natural son inigualables en la región. Sin embargo, uno de los principales obstáculos para su crecimiento es la deficiente conectividad aérea, resultado de una política aeronáutica restrictiva. En un mundo donde la movilidad es clave para el desarrollo económico y social, esta debilidad es determinante para frenar el desarrollo de Bolivia.

El principal problema radica en las dificultades financieras que enfrentan las aerolíneas para operar en el país. La escasez de dólares, las excesivas comisiones bancarias y las actuales restricciones, elevan considerablemente los costos operativos. Esto ha llevado a la salida de importantes aerolíneas como Sky Airlines, Peruvian Airlines y, de manera más preocupante, American Airlines, cuya partida dejó a Bolivia sin una conexión directa con Miami, uno de los principales hubs aéreos del continente.

A esto se suma la falta de una política de cielos abiertos. Mientras otros países han implementado estrategias para atraer aerolíneas y fomentar la competencia, Bolivia sigue protegiendo a su aerolínea estatal, BoA, limitando el ingreso de nuevas compañías. Esto no solo reduce las opciones de vuelo, sino que también encarece los pasajes aéreos, afectando a turistas como a ciudadanos bolivianos.

Las aerolíneas que intentan operar en Bolivia se enfrentan a una burocracia excesiva en la obtención de permisos, lo que desincentiva su ingreso al mercado. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) imponen procedimientos largos y poco flexibles, algo que contrasta con países vecinos que han facilitado la llegada de aerolíneas extranjeras.

Los números son contundentes: mientras Argentina, Chile, Perú y Colombia cuentan con entre 18 y 20 aerolíneas operando en su territorio, Bolivia apenas tiene a BoA, Ecojet (ambas con muchos problemas) y otras cuatro más pequeñas. Esta falta de competitividad encarece boletos, limita el acceso a nuevas rutas y deja al país rezagado en la conectividad internacional.

La falta de conectividad tendrá repercusiones negativas en las actividades programadas para la celebración del Bicentenario de Bolivia en Sucre. Con la expectativa de recibir visitantes nacionales e internacionales, la limitada oferta de vuelos y los altos costos de los pasajes desalentará la llegada de turistas y delegaciones extranjeras. Esto afectará eventos culturales, académicos y conmemorativos, reduciendo el impacto económico positivo que estas festividades podrían generar en la región y el país.

Si Bolivia realmente desea consolidarse como un destino turístico atractivo y competitivo, debe reformar urgentemente su política aeronáutica, reducir las barreras burocráticas, flexibilizar las condiciones de operación y adoptar una estrategia de cielos abiertos que permita la llegada de más aerolíneas, de lo contrario, sin vuelos accesibles y variados; Bolivia seguirá perdiendo oportunidades y quedándose atrás en una región que, cada vez apuesta más por el turismo, la movilidad y la integración global. Es hora de exigir decisiones audaces y cambiar el rumbo para no llegar al Bicentenario de Bolivia, aislados del resto del mundo.

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Locura palaciega

/ 5 de febrero de 2025 / 00:18

El término “locura palaciega” se ha utilizado históricamente para describir comportamientos que rozan lo irracional y absurdo. Este término se ha asociado, mayormente, a personajes en posición de poder, los cuales, totalmente desconectados de la realidad y aislados por un entorno que solo busca complacerlos, pierden la perspectiva objetiva de las necesidades reales de la sociedad. Esto se debe al aislamiento, exceso de adulación y ausencia total de crítica constructiva de su entorno más cercano.

Nerón, por ejemplo, obsesionado por las artes, la música y el teatro, organizaba espectáculos de gran magnitud en los cuales él era el protagonista, aspecto que los romanos consideraban indigno de un emperador. Sin embargo, al estar rodeado de cortesanos que permanentemente alimentaban sus caprichos, las fiestas en la Domus Aurea fueron recurrentes.

Su legado de locura y extravagancia dio lugar a que se rumoreara que, en una oportunidad, tocó el laúd mientras Roma ardía. Naturalmente, dicho relato podría considerarse exagerado, no obstante, históricamente esta es la imagen por la cual se lo recuerda.

En la actualidad algo similar ocurre. El “emperador” de la ciudad de mil colores, desasociado de la realidad y sesgado por un entorno reducido de acólitos, día a día realiza actividades propias de una autoridad que, a cuatro años de gestión, no logra reconocer los problemas públicos de la ciudad. Mientras La Paz presenta un sifonamiento por semana, él visita al niño nacido número doscientos y hasta lo bautiza; inaugura remodelaciones de plazas no consensuadas y mucho menos prioritarias; realiza paseos por la ciudad cada jueves y paga altas sumas de dinero por transmitirlos en reconocidos medios de comunicación. Estas apariciones mediáticas no son más que un vano intento por demostrar algo de trabajo y conexión con la ciudadanía. Sin embargo, la realidad es otra: su gestión está catalogada como la peor en los últimos años.

Al margen de las locuras del emperador, lo realmente preocupante no es que se anteponga un letrero gigante al estilo Hollywood en Cotahuma por sobre los problemas de riesgos que atraviesa la ciudad, lo que genera profunda preocupación son las secuelas que esto dejará a la ciudad, pues visiblemente, esta priorización de la fiesta, el regocijo y las cámaras le está costando a La Paz algo más que su presupuesto, el retroceso en materia de servicios públicos, cumplimiento de la ley y confianza de la población hacia sus autoridades están en decremento constante y las nuevas autoridades tendrán la ardua labor de trabajar en una alcaldía que perdió institucionalidad.

Si bien él no toca el laúd, sí baila mientras la ciudad cae en pedazos y bebe mientras existen familias que no encuentran soluciones a las pérdidas por deslizamientos e inundaciones.

Al emperador de Roma el Senado lo declaró enemigo público y huyó. Como está la situación, es probable que algo similar suceda con el Nerón de mil colores.

Rodrigo Mamani es arquitecto municipalista.

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