Paro cínico
Se quiere hacer pensar que todos los cruceños estamos a favor de descabezar al Tribunal Supremo Electoral.
El martes, el Comité Cívico de Santa Cruz convocó a un paro departamental, el que se obligó a acatar, principalmente en la ciudad. El pretexto de este grosero acto político era exigir la destitución de los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Por donde se vea este paro, que cuenta con el apoyo de los candidatos de la oposición, atenta contra los más elementales principios de la democracia.
En primer lugar, fue convocado por un ente corporativo que reúne a las más arcaicas y conservadoras organizaciones de la sociedad: la federación de comparsas, la federación de cooperativas de servicios públicos, las cámaras empresariales, etc. En segundo lugar, el presidente del Comité Cívico habla a nombre de la democracia, pese haber sido elegido por 200 votos a nombre de 2,5 millones de cruceños. Personalmente, como cruceño ese supuesto presidente “cívico” no me representa, y creo que a cientos de miles de cruceños tampoco, porque obviamente está allí por voluntad de las logias regionalistas y no por voluntad popular. Una tercera incongruencia del “paro cívico” fue la paralización de la ciudad acudiendo al bloqueo de rotondas, calles y avenidas; obligando a la ciudadanía a suspender sus actividades, ignorando el derecho constitucional y democrático a la libre circulación y al trabajo.
Del presupuesto total recaudado por el Comité Cívico para organizar el paro, gran parte se destina a la compra de petardos y cohetería, gastos de movilización y logística. A partir de la medianoche del lunes, grupos de la Unión Juvenil, algunos en estado de ebriedad, tomaron las rotondas, amenazando con pinchar las llantas a quienes intentaban circular. Con una profusa cohetería los “cívicos” anunciaban además que ya no se podía circular. Estas actitudes recuerdan el famoso toque de queda del dictador Luis García Meza, cuyas hordas anunciaban con ráfagas que ya no se podía circular a partir de las 21.00 horas.
A las organizaciones gremiales de transportistas y sindicales que anunciaron que no iban a acatar el paro no solo se las amedrentó, sino que además se instalaron piquetes de bloqueo a pocos metros de sus instalaciones, en una franca provocación y actitud de prepotencia, que muy poco tiene que ver con la democracia.
La pregunta que queda es ¿a qué obedece el paro? En verdad no es difícil darse cuenta que este paro de cívico no tiene nada. Los comités cívicos son organismos que debieran expresar el sentir de los estantes y habitantes de una comunidad territorial, reivindicaciones generales, no intereses particulares. En este caso se quiere hacer pensar que todos los cruceños estamos a favor de descabezar al Tribunal Supremo Electoral, o que todos apoyamos a las candidaturas que la derecha quisiera que ganen en octubre. Lo que en realidad está en juego son las candidaturas que quieren asegurar algunos líderes plataformeros, quienes buscan usar el paro para ganar notoriedad y ser incluidos en las nóminas que en pocos días deben ser presentadas al TSE.
¿Pero será que por satisfacer las ansias electorales de algunos el departamento puede darse el lujo de perder $us 30 millones? ¿De verdad creen los plataformeros y politiqueros que por sus caprichos los miembros de un organismo constitucionalmente establecido van a ser destituidos o van a renunciar? Obviamente saben que no, pero en realidad lo que importa es hacerse notar, para ver si son tomados en cuenta. Lo más irrisorio es que el motivo del paro es pedir la destitución de un organismo constitucionalmente constituido, y se lo hace a nombre nada menos que de la Constitución.
* Abogado. (09/07/19)